Elena G. de White en Europa

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Un paseo por las calles de París

Un poco más tarde, esa misma mañana, el Hno. Garside los invitó a realizar un breve paseo por París. Aparentemente estaban cerca de la Bolsa de Comercio, porque en ese edificio subieron al segundo piso para observar desde la galería la sala donde se realizaba una verdadera explosión bursátil. EGWE 258.3

La Sra. de White describió esa rebatiña con las siguientes palabras: EGWE 258.4

“Los hombres se empujaban y apretaban entre sí mientras gritaban desaforadamente. A pesar de que muchos estaban afónicos seguían desgañitándose aún más. Había centenares de hombres que iban y venían mientras luchaban y se apretujaban como locos. ¿Y para qué era todo eso? Para comerciar con ganado. Unos ganaban, otros perdían. Y todo para obtener una pequeña parte de la herencia de esta vida... Pensé en la escena que se producirá en el día del juicio. ¡Qué confusión sobrevendrá a todos los que no hayan puesto su confianza en Dios y no estén preparados para el gran día de la decisión final! Asegurémonos de nuestra vocación y elección”.—Manuscrito 70, 1886. EGWE 258.5

Esta experiencia fue seguida por un paseo en coche hasta Versalles y una visita al exquisito hogar de los monarcas franceses. Elena G. de White lo calificó de “palacios de los reyes”. Se sintió impresionada ante la grandeza y la elegancia de las galerías, los dormitorios y las cámaras; todo muy lujoso y ricamente adornado. Ciertos cuadros, sin embargo, le produjeron desagrado, porque de acuerdo con sus conocimientos describían inadecuadamente algunas escenas bíblicas. Al respecto escribió: EGWE 259.1

“Los hombres que poseen una mente terrenal pueden ser hábiles para el arte, pero son extremadamente incapaces de acercarse al modelo divino”.—Manuscrito 75, 1886. EGWE 259.2