Elena G. de White en Europa
Una profecía acerca del futuro
Durante una de las reuniones del concilio uno de los oradores, después de referirse a algunas barreras que impedían el progreso del mensaje, exhortó a la Sra. de White a que les dijera qué más podían hacer, y si cabía esperar que surgieran algunos cambios en las circunstancias negativas que enfrentaban los obreros. EGWE 252.1
Ella respondió diciendo que se producirían cambios que iban a abrir puertas que hasta entonces estaban cerradas y prohibidas; cambios que transformarían las condiciones y despertarían las mentes para que la gente pudiera comprender y apreciar la verdad presente. Los problemas políticos y los cambios que sobrevendrían en el mundo industrial, además de los grandes reavivamientos religiosos, prepararían las mentes a fin de que prestasen atención al mensaje del tercer ángel. “Sí, habrá cambios—les aseguró—, pero no debéis esperar ninguno. Vuestra obra es avanzar, presentar la verdad en toda su sencillez, levantando ante la gente la luz de la verdad”. EGWE 252.2
A continuación les relató cómo le había sido revelado esto en visión. Las multitudes que habitan nuestro mundo, a las cuales está dirigido el mensaje de advertencia acerca de la pronta venida de Cristo, le fueron presentadas como si estuvieran envueltas en niebla, nubes y una densa oscuridad, tal como lo describió el profeta Isaías, con las palabras del capítulo 60, versículo 2 de su libro: “He aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones”. EGWE 252.3
Debido a la intensa tristeza que le produjo contemplar esta escena en visión, el ángel que la acompañaba le dijo: “Mira”; y al hacerlo nuevamente, pudo observar pequeños puntos luminosos, semejantes a estrellas que brillaban débilmente en la oscuridad. Vio que la luz se iba haciendo cada vez más brillante y que los puntos luminosos aumentaban, porque cada luz encendía nuevas luces. Por momentos, las luces se unían, como si procuraran animarse entre sí, y nuevamente volvían a dispersarse: Cada vez llegaban más lejos y surgían otras. De este modo prosiguió la obra hasta que todo el mundo quedó iluminado con su resplandor. EGWE 252.4
Para concluir, dijo: EGWE 253.1
“Esta es una imagen de la obra que debéis hacer. ‘Vosotros sois la luz del mundo’ Mateo 5:14. Vuestra obra es levantar la luz ante la gente que os rodea. Sostenedla firmemente. Elevadla un poco más. Encended otras luces. No os desaniméis si vuestra luz no es muy grande. Aunque sea apenas una velita de un centavo, sostenedla. Dejadla brillar. Haced lo mejor que podáis, y Dios bendecirá vuestros esfuerzos”.—Life Sketches of Ellen G. White, 295. EGWE 253.2