Elena G. de White en Europa
Una escuela para obreros
“Esta es una ocasión importante para los que están reunidos aquí—escribió la Sra. de White—, tal vez nunca más vuelvan a disfrutar de una situación tan favorable para recibir instrucción”.—Manuscrito 65, 1886. Al hablar de instrucción, ella se refería al hecho de que las reuniones se estaban desarrollando como si se tratara de una escuela para obreros. EGWE 217.3
Se llevaba a cabo un activo programa, que comenzaba con una reunión social o de testimonios todas las mañanas a las 6.30. A las 9 se dictaba una clase de contabilidad; a las 11.30 se daba instrucción acerca de las “labores misioneras”. Luego, a las 4 de la tarde se enseñaba a dar estudios bíblicos, y finalmente terminaba el día con un servicio de predicación, a las 8 de la noche. Todo esto reflejaba el buen espíritu con que los obreros suecos respondieron a las exhortaciones hechas por la Sra. de White y otras personas durante el tercer concilio europeo en Basilea, con el propósito de lograr un conjunto de obreros mejor preparados. EGWE 218.1
Elena G. de White predicó su primer sermón el sábado por la tarde. Después de la reunión de testimonios que tuvo lugar, exclamó: “Sólo podemos decir: Un Señor, una fe, un bautismo. Los hermanos suecos disfrutan de una experiencia idéntica a la de nuestros hermanos norteamericanos”. Ibid. Mientras estuvo en Europa, repitió más de una vez estos mismos conceptos, como un reflejo de las buenas impresiones que recibió allí. EGWE 218.2