Elena G. de White en Europa

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En casa para el invierno

Compromisos en Basilea, Ginebra y Lausana

Elena G. de White pasó el primer día del año 1886 escribiendo y tejiendo medias. En una carta dirigida a su sobrina Addie Walling, le mencionó sus resoluciones para el nuevo año: EGWE 167.1

“El año viejo quedó en el pasado y tenemos ante nosotros uno nuevo. Día tras día subirán los registros hasta Dios. ¿Qué historia presentaré? ¡Oh, que el registro de mi vida sea tal que no me avergüence al enfrentarlo en el juicio! Deseo que Jesús me acompañe a todas horas”.—Carta 91, 1886. EGWE 167.2

Al día siguiente, sábado, por la mañana temprano, Cristina Dahl fue hasta la habitación de la Sra. de White y le abrió su corazón. Dijo que quería ser cristiana y que había tomado la decisión de bautizarse ese día. Su interlocutora exclamó: “¡Cuán agradecida estoy de que haya tenido valor para hacer esto—identificarse con el pueblo de Dios!”—Manuscrito 61, 1886. EGWE 167.3

Esa tarde, Cristina y tres personas más fueron sumergidas en las aguas bautismales. Luego todos compartieron los ritos de la cena del Señor. Después de su decisión, Cristina participó regularmente del culto diario que realizaba la familia White, y leía las Escrituras cuando le llegaba el turno. Antes de ir a Basilea había vivido con su familia en Noruega. Ese sábado fue también un día especial de victoria en otro sentido. Los dirigentes de la obra en Basilea tenían esperanzas de reunir dinero extra durante la época de vacaciones, para comprar carpas para la obra evangélica en Europa Central. La exhortación para recolectar fondos se demoró debido a la muerte de Edith Andrews, pero Elena G. de White se sintió contentísima cuando recibieron 140 dólares el primer sábado del año. EGWE 167.4