A Fin de Conocerle

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La influencia de nuestras palabras, 11 de mayo

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:17. AFC 137.3

Los hombres están grandemente bajo la influencia de sus propias palabras, usted no comprende cuánto le afectan sus palabras. Se acostumbra a hablar de cierta manera, y sus pensamientos y acciones siguen a sus palabras. Uno se acostumbra a asegurar ciertas cosas de sí mismo, y al final las cree. Nuestros pensamientos producen nuestras palabras y nuestras palabras tienen una reacción sobre nuestros pensamientos. Si un hombre forma el hábito de usar palabras sagradas reverentemente, adquirirá la costumbre de hablar con cuidado, sabiendo que hay un Testigo de cada palabra que pronuncia. Cuando los sentimientos se excitan y el habla se exagera, el modo de hablar siempre es extremo. Actúa y reacciona sobre nosotros mismos. AFC 137.4

La Palabra declara: “Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:37. Si nuestras palabras actúan sobre nosotros, actúan más poderosamente sobre otros. Hay un gran daño que hacen las palabras pronunciadas. Solo Dios mide y conoce el resultado del modo de hablar descuidado y exagerado. Hay mucha blasfemia efectuada en espíritu, y a veces en palabras, que es el producto inconsciente de los pensamientos íntimos. AFC 138.1

Usted está reproduciendo su propio carácter en otros. Usted puede expresar muchas cosas que crearán en la mente de otros una corriente de pensamiento que los guiará por falsas sendas. Dios le conceda la gracia de que venza a sus sentimientos desesperados y llegue a pensar con cordura. Usted puede vencer sus dudas, y por medio del arrepentimiento y la fe en Jesucristo podrá escapar de la trampa del cazador. Puede pasar a la luz del sol de la fe, pero quizá nunca comprenda... que esas palabras están haciendo una obra maligna en el terreno del corazón de otros, envenenándolo. Allí hay una cosecha que alguien debe recoger.—Carta 124, 1893. AFC 138.2