Conflicto y Valor

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Aún demasiados, 2 de mayo

Jueces 7:4-23.

Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Jueces 7:4. CV 128.1

El pueblo, esperando atacar inmediatamente al enemigo, fue conducido a la orilla del agua. Algunos tomaron apresuradamente un poco de agua en la mano, y la sorbieron mientras caminaban; pero casi todos se hincaron, y bebieron a sus anchas de la superficie del arroyo. Aquellos que tomaron el agua en la mano no fueron sino trescientos entre diez mil; no obstante, fueron elegidos, y al resto se les permitió volver a sus hogares. CV 128.2

El carácter se prueba a menudo por los medios más sencillos. Los que en un momento de peligro se empeñaban en suplir sus propias necesidades, no eran hombres en quienes se podía confiar en una emergencia. El Señor no tiene en su obra cabida para los indolentes y para los que suelen complacer el apetito. Escogió a los hombres que no permitieron que sus propias necesidades les hicieran demorar el cumplimiento del deber. No sólo poseían valor y dominio de sí mismos los trescientos hombres elegidos, sino que eran también hombres de fe. No los había contaminado la idolatría. Dios podía dirigirlos, y por su medio librar a Israel. El éxito no depende del número. Tanto puede Dios libertar por medio de pocos como de muchos. No le honra tanto el gran número como el carácter de quienes le sirven.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 592, 593. CV 128.3

Todos los que quieran ser soldados de la cruz de Cristo, deben cubrirse con la armadura y prepararse para el conflicto. No debieran intimidarse por las amenazas o aterrorizarse por los peligros. Deben ser cautelosos en el peligro, y sin embargo firmes y valientes al enfrentar al adversario y presentar batalla por Dios. La consagración del seguidor de Cristo debe ser completa. Padre, madre, esposa, hijos, casas, tierras, todo debe ser dejado en segundo lugar por la obra y la causa de Dios. Debe estar dispuesto a soportar pacientemente, con alegría, con gozo, todo lo que sea llamado a sufrir por la providencia de Dios. Su recompensa final será compartir con Cristo el trono de gloria inmortal. The S.D.A. Bible Commentary 2:1003.* CV 128.4