Conflicto y Valor

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Habilidad no santificada, 11 de julio

Y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios. 2 Crónicas 4:11, úp. CV 198.1

Hombres escogidos fueron capacitados especialmente por Dios con habilidades y sabiduría para la construcción del tabernáculo del desierto... Los descendientes de esos hombres heredaron una gran parte de la habilidad concedida a sus antepasados... Por un tiempo estos hombres permanecieron humildes y desinteresados; pero en forma gradual, casi imperceptiblemente perdieron su asidero en Dios y en su verdad. Comenzaron a pedir sueldos más altos a causa de su habilidad superior. En algunos casos su pedido fue concedido, pero muy a menudo los que pedían sueldos más elevados encontraron empleo en las naciones circundantes... Salomón buscó entre esos apóstatas un supervisor para que dirigiera la construcción del templo en el monte Moria... CV 198.2

Este contramaestre, Hiram-abi, era un descendiente, por la línea materna, de Aholiab, a quien, cientos de años antes, Dios había concedido sabiduría especial para la construcción del tabernáculo. De este modo, al frente de la compañía de obreros de Salomón, se había colocado a un hombre no santificado, que pedía una remuneración superior debido a su habilidad excepcional... La influencia perjudicial puesta en marcha al emplear a este hombre de espíritu codicioso, compenetró todas las ramas del servicio del Señor, y se extendió por todo el reino de Salomón. En todos lados podía verse la extravagancia y la corrupción. Los pobres eran oprimidos por los ricos; el espíritu de abnegación en el servicio de Dios casi había desaparecido. CV 198.3

Esto constituye una lección importantísima para el pueblo de Dios de la actualidad: una lección que muchos tardan en aprender... Los que pretenden ser seguidores del Maestro de los obreros, y que entran a su servicio como colaboradores con Dios, deben poner en su obra la exactitud y la habilidad, el tacto y la sabiduría, que el Dios de perfección requirió en la edificación del santuario terrenal. Y ahora, tal como en aquel tiempo y en los días del ministerio terrenal de Cristo, la devoción a Dios y el espíritu de sacrificio deberían considerarse como los primeros requisitos de un servicio aceptable. Mensajes Selectos 2:198-200.* CV 198.4