Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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Las reuniones deben ser espiritualizadas

A fin de hacer la voluntad de Dios, tenemos que escudriñar su Palabra, para conocer su doctrina, y empeñar en ello toda la capacidad que nos ha sido confiada. Tenemos que ser diligentes en la oración, y fervientes en el servicio sencillo y sincero para Dios. Los que están ocupados como maestros en la escuela sabática deberían tener hambre y sed de la verdad divina, a fin de poder impartir el mismo espíritu a los que están bajo su cuidado, e inducir a sus alumnos a buscar la verdad como un tesoro escondido. No queremos que nuestras escuelas sabáticas sean dirigidas de una manera que haga hipócritas a los alumnos; porque los tales no pueden fomentar los intereses de la verdadera religión. Dedíquese, pues, más atención a buscar a Dios, para que el Espíritu del Señor esté en vuestra escuela, que a procurar tener toda la organización mecánica deseable. Las pretensiones jactanciosas de cualquier clase no convienen en la obra de la escuela sabática, y el funcionamiento mecánico de la escuela es de poco valor si el Espíritu de Dios no enternece y amolda el corazón de los maestros y alumnos.—Testimonies on Sabbath-School Work, 76. COES 80.1