Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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La mayor necesidad

Nicodemo vino al Señor pensando entablar una larga discusión con él sobre puntos de menor importancia, pero Jesús expuso los primeros principios de la verdad, y mostró a Nicodemo que lo que él más necesitaba era humildad de corazón, un espíritu susceptible de enseñanza, un corazón nuevo; que si quería entrar en el reino de Dios tenía que nacer otra vez. Y, ¿no hay en la escuela sabática quienes ocupan puestos de responsabilidad que se irritarían y fastidiarían si yo les dijera que aunque son maestros de Israel, también necesitan nacer de nuevo? Nicodemo se extrañó de que Cristo le hablara en la forma en que lo hizo, sin respetar su posición de dirigente en Israel, y no estaba preparado para recibir la verdad, contestando a Cristo con palabras llenas de ironía. “Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer, siendo viejo? ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?” El reveló el hecho, como lo hacen muchos cuando la verdad cortante toca en lo vivo de su conciencia, de que el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios. No hay nada en ellos que responda a las cosas espirituales, porque las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. Pero aunque Nicodemo no comprendió sus palabras, Jesús no se impacientó ni se desanimó, sino que procuró hacer más clara su exposición de la verdad. Con solemne y tranquila dignidad, Jesús repitió sus palabras de una manera que le convencería de que eran verdad: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.” COES 71.2