Exaltad a Jesús

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El pan de vida para el hambriento, 22 de abril

El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Juan 6:56. EJ 120.1

El Señor ha hecho todas las provisiones necesarias para que el Salvador crucificado pueda ser revelado a los pecadores. Aunque están muertos en transgresiones y pecados, su atención se debe despertar mediante la predicación de Cristo y de éste crucificado... EJ 120.2

El valor infinito del sacrificio requerido para nuestra redención revela el hecho de que el pecado es un tremendo mal. Dios podría haber borrado esta terrible mancha de su creación eliminando al pecador de sobre la faz de la tierra. Pero “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16. ¿Por qué no están todos los que dicen amar a Dios tratando de iluminar a sus vecinos y conocidos, para que no sigan descuidando esta salvación tan grande?... EJ 120.3

¡Cristo es capaz, Cristo está dispuesto, Cristo anhela salvar a todos los que acuden a él! Hablen a las almas que están en peligro e indúzcanlas a contemplar a Jesús en la cruz, muriendo con el fin de hacer posible la salvación de ellas. Háblenle al pecador con su propio corazón rebosando del amor tierno y compasivo de Cristo. Que en esto haya un profundo empeño; pero que ninguna nota áspera ni dura proceda de los labios de la persona que está tratando de ganar al alma para que mire y viva. Consagre primero su propia alma a Dios. Que su corazón sea quebrantado al contemplar a nuestro Intercesor en el cielo. Entonces, suavizado y subyugado, se puede dirigir a los pecadores arrepentidos como alguien que ha experimentado el poder del amor redentor. Ore por esas almas, trayéndolas por fe al pie de la cruz; lleve sus mentes hacia arriba junto con la suya, y al mirar fije el ojo de la fe en Jesús, el portador de los pecados. Logre que quiten la vista de su pobre yo pecador y la fijen en el Salvador, y la victoria habrá sido ganada. Ahora pueden observar personalmente al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Ven el Camino, la Verdad, y la Vida. El Sol de justicia arroja sus rayos brillantes sobre el corazón. La fuerte corriente del amor redentor se derrama sobre el alma sedienta y seca, y el pecador es salvado para Jesucristo. EJ 120.4

Cristo crucificado: hable acerca de él, ore con él, cante de él, y quebrantará los corazones y los ganará. En esto consiste el poder y la sabiduría de Dios para ganar almas para Cristo... El corazón compasivo de Dios revelado en los corazones de sus obreros será reconocido por las personas en cuyo favor se trabaja. Las almas tienen sed del agua de vida. No seamos cisternas rotas. Si usted revela el amor que Cristo les tiene, podrá conducir a Jesús a los que tienen hambre y sed, y él les dará el pan de vida y el agua de la salvación.—Testimonies for the Church 6:66-67. EJ 120.5