Exaltad a Jesús

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Nuestro juez infalible, 5 de noviembre

Reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. 1 Crónicas 28:9. EJ 317.1

El Señor es exacto e infalible en su entendimiento. El entiende el funcionamiento de la mente humana, los principios activos de los agentes humanos que ha formado, sabe cómo reaccionarán ante los objetos que se les presentan por delante, y de qué manera actuarán frente a cada tentación que los asedie y en cada circunstancia en que sean colocados. “Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas”. Proverbios 5:21. “Los ojos de Jehová están en todo lugar”. Proverbios 15:3. “El mira hasta los fines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos”. Job 28:24. “Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos”. 1 Crónicas 28:9. El conoce todo lo que pasa por nuestra mente, cada uno de nuestros pensamientos... Dios se compadece de esas pobres almas engañadas que pisotean su verdad. Hay que dejar que el trigo y la cizaña crezcan juntos hasta la cosecha. Compadezcámosnos de las mentes que se encuentran bajo el dominio de Satanás y deploremos su ceguera, pero frenemos la ira y la pasión y no pasemos ningún juicio contra ellas. Dejemos en manos de Dios a los que desprecian su verdad. A nosotros no se nos ha dado el derecho ni la libertad de emitir juicio sobre los demás. A Moisés no se le concedió la facultad de pronunciar juicio contra el rebelde Israel. La debilidad flagrante de sus agentes, como lo demostró Moisés, todavía acarrea sus consecuencias... EJ 317.2

Los obreros de Dios deben continuar soportando que se los culpe de ser los que turban a Israel, pero no se les ha dado la libertad de hacer que tales cargos sean ciertos. No anden en la compañía de los burladores, ni se sienten con los escarnecedores, manténganse alejados de la compañía de las personas que harían de su presencia una ocasión para hablarles de cosas humillantes, y que harían de su fe un motivo de desprecio. No entren en discusión con tales personas. No sólo tienen que vérselas con seres humanos, sino con Satanás y su sinagoga. Cuando se vean obligados a reunirse con ellos, recuerden las palabras del Salvador: “He aquí yo os envío como a ovejas en medio de lobos”. El Señor debe constituir la confianza de ustedes; él los vestirá con la panoplia divina, y su Santo Espíritu influirá de tal modo sobre sus mentes y sus corazones que las voces de ustedes no adquirirán las características del aullido de los lobos. EJ 317.3

Nunca debemos olvidar que somos representantes de Cristo. No debemos utilizar armas carnales cuando entre nosotros se encuentren personas no creyentes y almas engañadas... Ni de nuestros labios ni de nuestras plumas debieran escapar palabras descorteses, en forma defensiva ni ofensiva. Cuando se nos injurie, no debemos responder con injurias. “Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe”.—Carta 18, 1895. EJ 317.4