Hijos e Hijas de Dios

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Transformados de gloria en gloria, 27 de abril

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18. HHD 126.1

Cuando recibe la iluminación del Espíritu de Dios, el creyente contempla la perfección de Jesús, y al considerarla, se regocija con gozo inexpresable. En el yo ve pecado y desesperanza; en el Redentor ve un carácter inmaculado y un poder infinito. El sacrificio que Cristo hizo a fin de poder impartirnos su justicia, es el tema en el cual podemos meditar con entusiasmo más y más profundo. El yo no vale nada; Jesús es supremo... HHD 126.2

El poder transformador de la gracia puede hacer de mí un participante de la naturaleza divina. En Cristo ha resplandecido la gloria de Dios, y al contemplar a Cristo, contemplamos su abnegación, recordando que en él mora toda la plenitud de la Divinidad corporalmente, y el creyente se acerca más y más a la Fuente de poder... HHD 126.3

Cuán esencial es que tengamos la iluminación del Espíritu de Dios porque sólo de esa manera podemos ver la gloria de Cristo, y al contemplarlo nuestro carácter se transforma debido a nuestra fe en Cristo y por medio de ella... Tiene gracia y perdón para toda alma. Al mirar por la fe a Jesús, nuestra fe atraviesa las sombras, y adoramos a Dios por su maravilloso amor al dar a Jesús el Consolador... HHD 126.4

El pecador puede llegar a ser un hijo de Dios, un heredero del cielo. Puede levantarse del polvo y permanecer revestido con la vestimenta de la luz... Con cada paso que da. ve nuevas bellezas en Cristo, y se asemeja más y más a él en carácter.—Manuscrito 20, 1892. HHD 126.5