Hijos e Hijas de Dios

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Consideración, 17 de marzo

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. Colosenses 3:12. HHD 85.1

Mirad a Jesús como vuestro guía y modelo... Tratad de ver cómo podéis ser semejantes a él, en vuestra consideración por los demás, en mansedumbre y humildad. De ese modo podréis crecer “en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo”; podréis reflejar su imagen, y ser aceptados por él como propios en el día de su venida.—The Youth’s Instructor, 5 de diciembre de 1883. HHD 85.2

Cuando se acepta a Jesús por fe, y se lo entroniza en el lugar santísimo del alma, el Espíritu Santo modela el carácter de acuerdo con la semejanza de Cristo. Entonces se aprenderán diariamente lecciones en la escuela de Cristo. El carácter de los árboles se conocerá por sus frutos. “Por sus frutos los conoceréis”. El cristiano resplandecerá como una luz en medio de las tinieblas morales de este mundo. Será tierno de corazón y considerado con los sentimientos del prójimo. La Palabra de Dios nos enseña a ser “prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”, y es el deber de cada cristiano ponerse bajo la disciplina de las reglas de la Biblia para que pueda ser “como obrero que no tiene de qué avergonzarse”. La obra que proceda de las manos de los tales durará tanto como la eternidad. No estará mezclada con los jirones del egoísmo, y no será una obra floja y descuidada.—The Youth’s Instructor, 20 de septiembre de 1894. HHD 85.3

Lo que vale ante Dios es el adorno interno, las gracias del Espíritu, las palabras bondadosas, la consideración atenta hacia otros.—Conducción del Niño, 403. HHD 85.4