Hijos e Hijas de Dios

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Será nuestra justicia, 29 de febrero

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio 6:25. HHD 68.1

La felicidad del hombre se encuentra en la obediencia a los estatutos de Dios. Al obedecer la ley de Dios queda rodeado como de un vallado, y protegido del mal.—The Signs of the Times, 29 de agosto de 1911. HHD 68.2

Se escuchará por todas partes la voz del tentador diciendo que ya no se requiere de vosotros que guardéis la ley de Dios. Esta es una trampa de Satanás. Dios tiene una ley, y los hombres deben guardarla. Si descuidan estas reglas no tendrán esa percepción de carácter... requerida para llegar a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial; porque Dios escribió estos diez preceptos sagrados en tablas de piedra, y los conservó en el arca hecha para ellos, llamada arca del testimonio de Dios. La cubierta de esta arca, de oro puro, se llamaba propiciatorio [trono de la misericordia, de la gracia] para significar que aunque la muerte era el castigo por la transgresión de la ley, la misericordia vino por medio de Jesucristo para perdón del pecador arrepentido y creyente. HHD 68.3

La única esperanza del hombre yace en Jesucristo, quien trajo el manto de su justicia para ponerlo sobre el pecador que quiera dejar de lado sus sucios andrajos... No se han preparado los mantos puros y santos para que alguien se los ponga después de haber entrado por los portales de la ciudad. Todos los que entren tendrán la túnica de la justicia de Jesucristo... No habrá cobertor de pecados y faltas, que oculte la deformidad del carácter; no habrá ropa medio lavada; por el contrario, todos serán puros y sin mácula.—The Youth’s Instructor, 18 de agosto de 1886. HHD 68.4