Hijos e Hijas de Dios

59/374

No mentiremos, 27 de febrero

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Éxodo 20:16. HHD 66.1

El noveno mandamiento requiere de nosotros una consideración inviolable por la verdad exacta de cada declaración que pueda afectar el carácter de nuestros semejantes. La lengua, que los seres humanos logran mantener tan poco bajo dominio, debe ser enjaezada por fuertes principios de conciencia, por la ley de amor hacia Dios y al hombre.—Carta 15, 1895. HHD 66.2

La mentira acerca de cualquier asunto, todo intento o propósito de engañar a nuestro prójimo, están incluidos en este mandamiento. La falsedad consiste en la intención de engañar. Mediante una mirada, un ademán, una expresión del semblante, se puede mentir tan eficazmente como si se usaran palabras. Toda exageración intencionada, toda insinuación o palabras indirectas dichas con el fin de producir un concepto erróneo o exagerado, hasta la exposición de los hechos de manera que den una idea equivocada, todo esto es mentir. Este precepto prohíbe todo intento de dañar la reputación de nuestros semejantes por medio de tergiversaciones o suposiciones malintencionadas, mediante calumnias o chismes. Hasta la supresión intencional de la verdad, hecha con el fin de perjudicar a otros, es una violación del noveno mandamiento.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 317, 318. HHD 66.3

Jesús... enseña que la verdad exacta debe ser la ley del hablar. “Sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. HHD 66.4

Estas palabras condenan todas las frases e interjecciones insensatas que rayan profanidad. Condenan los cumplidos engañosos, el disimulo de la verdad, las frases lisonjeras, las exageraciones, las falsedades en el comercio, que prevalecen en la sociedad y en el mundo de los negocios. Enseñan que nadie puede llamarse veraz si trata de aparentar lo que no es o si sus palabras no llevan el verdadero sentimiento de su corazón.—El discurso maestro de Jesucristo, 60. HHD 66.5