Hijos e Hijas de Dios

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No tendremos dioses ajenos, 19 de febrero

No tendrás dioses ajenos delante de mí. Éxodo 20:3. HHD 58.1

Los Diez Mandamientos: “Harás, y no harás”, son diez promesas que se nos otorgan si rendimos obediencia a la ley que gobierna el universo.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1105. HHD 58.2

No hay precepto moral que se encuentre en alguna parte de la Biblia, que no esté grabado con el dedo de Dios en su santa ley sobre las dos tablas de piedra. Una copia de ella se le dio a Moisés en el monte Sinaí. Los cuatro primeros mandamientos presentan al hombre su deber de servir al Señor nuestro Dios con todo el corazón, y con toda el alma, y con toda la mente, y con todas las fuerzas. Esto abarca a todo el hombre. Esto requiere un amortan ferviente, tan intenso, que el hombre no pueda atesorar en su mente nada, ni ningún afecto, que rivalice con el que siente por Dios; y su obra llevará la firma del cielo. Todo es secundario frente a la gloria de Dios. Nuestro Padre celestial debiera ser amado como el primero, la alegría y la prosperidad, la luz y la suficiencia de nuestra vida, y nuestra porción eterna.—Carta 15, 1896. HHD 58.3

Que los hombres adoren y sirvan al Señor nuestro Dios, y a él solamente. No elevemos el orgullo para servirlo como a un dios. No hagamos del dinero un dios. Si no se mantiene la sensualidad bajo el dominio de las facultades superiores de la mente, las bajas pasiones dominarán el ser. Todo lo que sea objeto de pensamientos y admiración indebidos, que absorba la mente, es un dios puesto por encima del Señor.—Manuscrito 126, 1901. HHD 58.4