Hijos e Hijas de Dios

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La primera resurrección, 18 de diciembre

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 1 Tesalonicenses 4:16. HHD 361.1

En la primera resurrección el Dador de la vida llamará a la posesión que él ha comprado, y hasta esa hora de triunfo, en la cual resonará la trompeta final y el vasto ejército se adelantará para apropiarse de la victoria eterna, todo santo que duerme será salvaguardado y protegido como una joya preciosa, a la cual Dios conoce por nombre. Gracias al poder del Salvador que moraba en ellos mientras vivían y debido a que fueron participantes de la naturaleza divina, serán levantados de entre los muertos.—Carta 65a, 1894. HHD 361.2

Gloriosa será la victoria de los santos que duermen [en el Señor] en la mañana de la resurrección... El Dador de la vida coronará de inmortalidad a todos los que se levanten del sepulcro.—The Youth’s Instructor, 11 de agosto de 1898. HHD 361.3

Allí estará la hueste que ha resucitado. Su último pensamiento se refería a la muerte y sus dolores. Sus pensamientos postreros fueron referentes al sepulcro y la muerte. Pero ahora proclaman: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”... Reciben el toque final de la inmortalidad y se adelantan para encontrar a su Señor en el aire... Del otro lado están las columnas de ángeles; ... entonces el coro angélico da la nota de victoria y los ángeles, en dos grupos, inician el himno, y la hueste de redimidos se les une como si ya sobre la tierra lo hubiesen entonado, y en realidad lo han hecho. ¡Oh, qué música! No hay una sola nota discordante. Toda voz proclama: “El Cordero que fue inmolado, es digno”. El, por su parte, contempla el trabajo de su alma y se siente saciado.—Manuscrito 18, 1894. HHD 361.4