Hijos e Hijas de Dios

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Dios obra en nosotros, 18 de noviembre

Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:12, 13. HHD 331.1

Nuestra relación con Dios es la misma que la de los niñitos hacia sus padres. El Dios de los cielos observa a su pueblo, su iglesia, lo mismo que los padres amantes vigilan a sus hijos. Y somos tan desatinados como lo son los niños pequeños; porque cuán dispuestos estamos a pensar en que lo sabemos todo, cuando en realidad no hemos comenzado a conocer lo que Dios espera enseñarnos cuando demostramos buena voluntad para seguir sus huellas. HHD 331.2

¿No descenderemos de nuestra posición de justificación propia, y nos haremos cargo de la obra de Dios con la humildad de un niñito? ¿No estaremos deseosos de que él nos enseñe y nos guíe? Recién comenzamos a caminar con pasos vacilantes. Con el tiempo a tropezar y caer en cualquier momento. Del más alto al más bajo, cada uno de nosotros tiene debilidades espirituales y dificultades semejantes a las debilidades y las dificultades de los niños desvalidos. Y como estos niños inexpertos no pueden depender el uno del otro, sino de sus padres, del mismo modo nosotros debemos aprender a no fijar nuestras almas desvalidas en ningún ser humano, sino a unirnos al que es poderoso para salvar. Los planes humanos no tienen valor. Debemos depender individualmente de Dios para nuestra fortaleza y dirección... HHD 331.3

Estaremos a salvo mientras actuemos de acuerdo con el plan de Cristo, sosteniéndonos del brazo del Todopoderoso; pero tan pronto como perdamos el apoyo de su brazo y comencemos a depender de los seres humanos, estaremos en gran peligro.—Manuscrito 96, 1902. HHD 331.4