Hijos e Hijas de Dios

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Cuidemos de los detalles, 5 de octubre

Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. 1 Juan 3:24. HHD 287.1

Dios requiere de nosotros que seamos fieles hasta en los detalles más insignificantes de la vida, para preservar nuestras palabras, nuestro espíritu y nuestras acciones. Para lograr esto, necesitamos alcanzar un dominio propio perfecto, lo que nos exigirá vigilancia continua e incesante... Cuando la voluntad de Dios llegue a ser nuestra voluntad individual, descubriremos que todas las cosas se mueven en forma armoniosa... HHD 287.2

Si se mantuviera el yo bajo sujeción, se evitarían serios errores en la vida del hogar y de los negocios. Entre los miembros de muchas familias se acostumbra a hablar sin ton ni son, en forma descuidada, y el hábito de molestar y hablar palabras descomedidas se fortalece a medida que se lo cultiva, y en esa forma se pronuncian muchas palabras objetables que están a las órdenes de Satanás y no a las de Dios. Si los que se dejan dominar por el hábito de hablar palabras encolerizadas estudiaran el Libro Guía, y procuraran conocer seriamente sus requerimientos y cumplirlos, para poner así en práctica sus mandamientos, ¡qué transformación se operaría en la conducta y la conversación!... Cada amistad en la vida, cada puesto de responsabilidad, cada afecto y hábito, y cada acto de la mente deben acomodarse a la gran norma de justicia, los mandamientos de Dios, que son sumamente abarcantes. Debemos tener sencillez de corazón para entender, y buena disposición mental para practicar todas las enseñanzas de la Palabra de Dios.—The Youth’s Instructor, 20 de septiembre de 1894. HHD 287.3