Hijos e Hijas de Dios

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Debemos trabajar con amor, 18 de septiembre

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Juan 13:35. HHD 270.1

Quiera Dios ayudarnos a comprender que debemos ser colaboradores con él. Comencemos ahora mismo a ser colaboradores del cielo... ¿No os uniréis en el trabajo en favor de vuestras familias, de vuestros amigos y relaciones?—Manuscrito 85, 1909. HHD 270.2

Que cada uno de nuestros jóvenes discípulos de Cristo sienta un amor abnegado por todos los demás discípulos del Maestro... Ved si no hay un pobre niño que no sea un hijo favorito, al cual no se le muestra ninguna atención especial, y hacedlo objeto de vuestra abnegada atención. Los que son especialmente atractivos no carecerán de amigos: mientras que los que son menos agradables en apariencia, que son tímidos y no muy fáciles de tratar, pueden poseer exquisitos rasgos de carácter, y han sido comprados por la sangre de Cristo.—The Youth’s Instructor, 25 de mayo de 1893. HHD 270.3

Necesitamos darnos cuenta diariamente de qué ayudador encontramos en Jesús. Quiera Dios que todos entiendan que pueden ser colaboradores con Jesucristo. Es vuestro privilegio recibir gracia de Cristo, quien desea capacitaros para confortar a otros con el mismo consuelo con que vosotros sois confortados de Dios... Que cada uno trate de hacer su obra como desearía haberla hecho cuando el fin de todas las cosas venga. Que cada uno trate de ayudar al que está a su lado. Así tendréis un cielo en miniatura aquí en la tierra, y los ángeles de Dios obrarán por vuestro medio para causar la debida impresión... Cristo desea emplearos como a sus siervos. Tratad de ayudar siempre que os sea posible hacerlo. Cultivad la mejor disposición, de modo que la gracia de Dios pueda derramarse ricamente sobre vosotros.—Manuscrito 87, 1909. HHD 270.4