Hijos e Hijas de Dios

212/374

Joyas de Dios, 29 de julio

Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Malaquías 3:17. HHD 219.1

Grande es la obra del Señor. Los hombres se están decidiendo. Hasta aquellos que consideramos paganos decidirán ponerse del lado de Cristo, mientras que los que se ofenden, como los discípulos, se apartarán y no andarán más con él... HHD 219.2

¿Qué efecto tiene sobre los justos la intención de los hombres de invalidar la ley de Dios? ¿Se sentirán intimidados debido al escarnio universal en que se tiene a la santa ley de Dios? ¿Vacilará el verdadero creyente frente a un “así dice Jehová”, y se avergonzará porque todo el mundo desprecia su justa ley? ¿Serán desviados por el mal prevaleciente? No; para los que se han consagrado a Dios a fin de servirle, la ley de Dios resulta más preciosa cuando se establece el contraste entre los obedientes y los transgresores. En la misma proporción en que los atributos satánicos se desarrollan en los que desprecian y transgreden la ley de Dios, la fiel adherencia al santo precepto resulta más querida y valiosa. Declarará: “Disipado han tu ley. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro”. Aquellos que han sido fieles dispensadores de las gracias de Dios, verán crecer su amor a los mandamientos juntamente con el desprecio con que los consideran todos los que los rodean.—General Conference Bulletin, 112-114. HHD 219.3