Hijos e Hijas de Dios

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Fieles a pesar de la oposición, 25 de julio

Y les envié mensajeros, diciendo: yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. Nehemías 6:3. HHD 215.1

Dios tiene hombres en reserva, preparados para hacer frente a la demanda, a fin de que su obra sea preservada de toda influencia contaminadora. Dios será honrado y glorificado. Cuando el Espíritu divino impresionaba la mente de los hombres señalados por Dios como eficientes para hacer su obra, éstos respondían diciendo: “Heme aquí, envíame a mí”... Nehemías se manifestó como un hombre a quien Dios podía usar para derribar los principios falsos y restaurar los celestiales; y Dios lo honró. El Señor empleará en su obra a los que sean tan leales como el acero a los principios, y que no se dejen apartar por las sofisterías de los que han perdido su visión espiritual. HHD 215.2

Nehemías fue elegido por Dios porque estuvo dispuesto a cooperar con el Señor como restaurador. La falsedad y la intriga se emplearon para pervertir su integridad, pero él no se dejó entrampar. Rehusó dejarse corromper por las trampas de hombres sin principios, a quienes se les pagaba para que hicieran una mala obra. No permitió que se lo intimidara ni se lo indujera a seguir una conducta cobarde. Cuando vio que se ponían en práctica principios erróneos, no permaneció a un lado como mero espectador, ni prestó su consentimiento mediante el silencio. No permitió que el pueblo llegara a la conclusión de que estaba de parte de lo malo. Tomó una actitud firme e inflexible por lo recto. No cedió una jota de influencia para pervertir los principios que Dios había establecido. Cualquiera sea la conducta que quisieran seguir los demás, él estaba en condiciones de decir: “No hice tal cosa, por temor del Señor”. En su obra, Nehemías mantuvo siempre en vista la honra y la gloria de Dios.—The Review and Herald, 2 de mayo de 1899. HHD 215.3