Hijos e Hijas de Dios

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Dos jóvenes valientes, 20 de julio

Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. 1 Samuel 14:6. HHD 210.1

Estos dos hombres dieron evidencia de que estaban actuando bajo la influencia y el mandato de alguien superior a un general humano. De acuerdo con las apariencias externas, esta aventura era temeraria, y contraria a todas las reglas militares. Pero el acto de Jonatán no se llevó a cabo en base a arrojo humano. No dependía de lo que él con su escudero pudieran hacer; era el instrumento que Dios empleó en favor de su pueblo de Israel. Trazaron sus planes y dejaron su caso en manos de Dios. Si los ejércitos filisteos los desafiaban, avanzarían. Si decían: “Venid”, irían a su encuentro... Jonatán y su escudero pidieron una señal al Señor, y el desafío vino y la señal fue dada. Estos dos hombres pusieron su esperanza en Dios, y avanzaron. No era una caminata fácil para los valientes aventureros. Tenían que ascender duramente para llegar a la cima,... pero Jonatán y su escudero se aventuraron a subir por los senderos escarpados de esa eminencia rocosa, empleando las manos y los pies en la ascensión... HHD 210.2

Los hombres de la cima, que vagaban de un lugar a otro, miraban, demasiado sorprendidos para adivinar el posible propósito de esta ascensión. Supusieron que esos hombres eran desertores, y les permitieron venir sin hacerles daño... “Y los que caían delante de Jonatán, su paje de armas, que iba tras él, los mataba”. Esta obra osada sembró el pánico en el campamento. Allí yacían veinte cadáveres, y a la vista del enemigo les pareció que estos dos hombres eran cientos de soldados preparados para la guerra. Los ejércitos del cielo se les revelaron a las huestes de los filisteos.—The Youth’s Instructor, 24 de noviembre de 1898. HHD 210.3