La Educación Cristiana

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La obra en todos los países

Nuestro pueblo debiera emprender en todos los países la tarea de aliviar a nuestros colegios. Comiéncenla nuestras iglesias de Australasia. Nuestro colegio allí necesita ayuda, y si nuestro pueblo se une para echar mano de la tarea, puede hacer mucho en el sentido de quitar el peso de la deuda; puede dar aliento al corazón de los que están trabajando para robustecer esto [el colegio], el instrumento del Señor; y puede ayudar a extender su influencia de bendición lejos, hasta los países paganos y las islas del mar. ECR 459.1

Confiamos en que nuestra casa editora de Australasia hará arreglos liberales en la publicación de Lecciones Prácticas. El Señor ha bendecido grandemente a esa institución, y ella debiera presentarle una ofrenda de gratitud, haciendo una donación no escasa tendiente a librar de deudas al colegio. Estamos seguros de que emprenderá la tarea y hará su parte noblemente. Y esta cooperación con Dios dará por resultado tan grande bendición para la casa editora de Australasia como lo fué para nuestras instituciones de América. ECR 459.2

Avanzad en esta obra, mis hermanos de Australia. “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven”. Hebreos 11:1. ¿No hemos comprobado esto en lo pasado? Al avanzar confiando en la promesa de Dios, cosas no vistas, excepto por el ojo de la fe, se convirtieron en cosas visibles. A medida que hemos andado y trabajado por fe, Dios nos ha cumplido toda promesa realizada. La evidencia que tenemos de lo fidedignas que son sus promesas debiera detener todo pensamiento de incredulidad. Es pecado dudar y no creemos que nuestros hermanos de Australasia se hagan culpables de ello. ECR 459.3

El Señor ha hecho mucho por vosotros en todos vuestros confines. Levantad los ojos y mirad los campos ya blancos para la siega. Alabad a Dios porque su palabra se ha cumplido más allá de todo lo que podíais imaginar. ECR 460.1

Suplico a nuestro pueblo que emprenda fervorosa y desinteresadamente la tarea de librar al colegio de deudas. Haga la casa editora su parte en la publicación del libro. Eche mano nuestro pueblo de toda Australasia de la venta de Lecciones Prácticas del Gran Maestro. Dios los bendecirá en esta obra. ECR 460.2

Los obreros de Inglaterra debieran hacer todo esfuerzo posible en la venta de este libro a fin de que se establezca un colegio en aquel país. Mis hermanos de Inglaterra, Alemania y de todos los países europeos donde la luz de la verdad está resplandeciendo: echad mano de esta tarea. Tradúzcase este libro a los diversos idiomas y hágaselo circular en los diferentes países de Europa. Anímese a todos nuestros colportores de todas partes de Europa a ayudar en su venta. La difusión de este libro hará mucho más que ayudar a librar de deudas a nuestras instituciones: abrirá el camino para que nuestros libros más grandes encuentren un mercado preparado. De este modo la verdad alcanzará a muchos que de otra manera no la recibirían. ECR 460.3

Me dirijo especialmente a nuestros hermanos de Escandinavia. ¿No echaréis mano de la tarea que Dios os ha dado? ¿No trabajaréis hasta el máximo de vuestro poder para aliviar a las instituciones de vuestro campo que se ven trabadas por las deudas? No penséis con desesperación, diciendo: “No podemos hacer nada”. Dejad de proferir palabras de desaliento. Asíos del brazo del Poder Infinito. Recordad que vuestros hermanos de otros países se unen para ayudaros. No desmayéis ni estéis desanimados. El Señor sostendrá a sus obreros de Escandinavia, si ellos quieren hacer su parte con fe, oración y esperanza, esforzándose cuanto puedan para adelantar su causa y apresurar su venida. ECR 460.4

Haga nuestro pueblo de Inglaterra el más ardiente esfuerzo para inspirar en sus hermanos de Escandinavia fe y valor. Hermanos, debemos acudir en ayuda de Jehová, en ayuda de Jehová contra los poderosos. ECR 461.1

Recordad que cuanto más nos acerquemos al tiempo de la venida de Cristo, tanto más fervorosa y firmemente tenemos que trabajar; pues está contra nosotros toda la sinagoga de Satanás. No necesitamos excitación febril, sino aquel valor que nace de la fe genuina. ECR 461.2