La Educación Cristiana

173/201

Economía

En la construcción de edificios escolares, en su equipo y en cada detalle de su administración debe practicarse la más estricta economía. Nuestros colegios no deben dirigirse con planes estrechos o egoístas. Tienen que ser tan semejantes al hogar como sea posible y en cada detalle deben enseñar lecciones correctas de sencillez, utilidad, parsimonia y economía. ECR 442.3

Los alumnos acuden para recibir una preparación especial y familiarizarse con todos los ramos de trabajo, de modo que si tuviesen que ir como misioneros pudieran valerse a sí mismos y ser aptos, merced a sus perfeccionadas aptitudes, para proporcionarse las comodidades y las facilidades necesarias. Sean hombres o mujeres, deben aprender a remendar, lavar y tener en orden su ropa. Deben ser capaces de hacerse la comida. Deben familiarizarse con la agricultura y con los trabajos de mecánica. De este modo pueden reducir sus gastos y por su ejemplo inculcar principios de parsimonia y economía. Estas lecciones pueden enseñarse mejor donde se práctica concienzudamente el ahorro en todas las cosas. ECR 443.1

No sólo a causa del bienestar financiero de los colegios, sino también como educación para los alumnos, debiera estudiarse fielmente la economía y aplicársela concienzuda y diligentemente. Los administradores deben vigilar cuidadosamente cada detalle a fin de que no haya gastos innecesarios que acarreen deudas al colegio. Todo alumno que ame a Dios por sobre todas las cosas ayudará a llevar la responsabilidad en este asunto. Los que han sido enseñados a proceder así podrán demostrar por precepto y ejemplo a aquellos con quienes se pongan en contacto los principios enseñados por nuestro abnegado Redentor. La complacencia propia es un mal grande y debe ser dominado. ECR 443.2

Algunos prefieren que los alumnos no conozcan la situación financiera apremiante de los colegios. Pero será muchísimo mejor que vean y comprendan nuestra falta de recursos, porque así podrán ayudar en la práctica de la economía. Muchos de los que concurren a nuestros colegios provienen de hogares sin lujo alguno, donde se acostumbraron a comer alimentos sencillos con prescindencia de muchos platos. ¿Qué influencia tendrá nuestro ejemplo sobre éstos? Enseñémosles que mientras tenemos tantos modos de emplear nuestros recursos y miles se hallan sumidos en la mayor miseria, muriendo a causa de plagas, hambre, derramamiento de sangre y fuego, es propio que cada uno piense cuidadosamente y no adquiera cosas innecesarias sólo con el fin de satisfacer el apetito o el deseo de aparentar. ECR 443.3

Si nuestros colegios son dirigidos como es debido, las deudas no se amontonarán y hasta podrán los alumnos gozar de comodidad y la mesa surtirse de alimento abundante, bueno y sustancioso. Jamás debe el deseo de ahorrar inducirnos a proporcionar comidas escasas. Los alumnos deben tener abundancia de alimentos saludables. Pero los que estén encargados de cocinar deben saber recoger los fragmentos para que nada se pierda. ECR 444.1

Se debiera enseñar a los alumnos a proteger cuidadosamente las cosas que les pertenecen como también las del colegio. Se les debiera inculcar la obligación de evitar cualquier gasto innecesario, tanto en el colegio como cuando van y vienen de sus casas. La abnegación es esencial. Debemos escuchar la instrucción recibida, porque nos estamos acercando al fin del tiempo. Cada vez más estaremos obligados a hacer planes para economizar. No podemos administrar las cosas como si tuviésemos un banco de donde sacar en caso de emergencia; por lo tanto, no debemos meternos en apreturas Como individuos y como administradores de las instituciones del Señor tenemos necesariamente que suprimir todo lo que tenga carácter ostensivo y ajustar nuestros gastos dentro del estrecho círculo de nuestros ingresos. ECR 444.2