Cada Día con Dios

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El cielo está muy cerca, 3 de enero

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20. CDCD 9.1

Trabajen, velen y oren por las almas como quienes tienen que dar cuenta. Este año prueben el remedio que el Señor prescribe para contrarrestar el mal. Haga cada cual lo que el Señor le pide, mirando a Jesús, que es el dueño de toda alma... CDCD 9.2

Congréguense pequeños grupos en la tarde o en la mañana temprano para estudiar la Biblia. Celebren una reunión de oración para que el Espíritu Santo los pueda fortalecer, iluminar y santificar... CDCD 9.3

Si lo hacen serán grandemente bendecidos por Aquel que dedicó totalmente su vida al servicio, y que nos redimió por medio de ella. Deben recibir el poder del Espíritu Santo; en caso contrario, no podrán vencer. ¡Qué testimonio deberían dar de la cordial relación que mantienen con sus compañeros de labor en esos preciosos momentos cuando buscan la bendición de Dios! Cada cual cuente con palabras sencillas lo que le ha ocurrido... CDCD 9.4

La obra de cada creyente debe ser agresiva. Es una lucha diaria. Cristo nos dice...: “Vosotros sois mis testigos”. Isaías 43:10. Piensen en esto, hablen acerca de ello, háganlo. El cielo está muy cerca. Abran la puerta que conduce al cielo y cierren la que lleva a la tierra... ¿Escucharán ustedes la voz de Jesús y le abrirán la puerta del corazón? ¿Amarán al que dio su vida por ustedes? CDCD 9.5

Reúnanse pequeños grupos para estudiar las Escrituras. No perderán nada y ganarán mucho. Los ángeles del cielo asistirán a sus reuniones y al alimentarse con el pan de vida recibirán fortaleza espiritual. Se estarán alimentando, por así decirlo, con las hojas del árbol de la vida. Sólo así mantendrán su integridad. La lealtad a Jesucristo les asegurará la más preciosa recompensa. Procure cada alma la vida eterna, aceptando a Cristo en palabra y en espíritu. Ha empeñado su palabra de que nos reconocerá alegre, cordial y gozosamente ante su Padre que está en los cielos: ¿No vale acaso la pena luchar por esto? Vean qué pueden hacer personalmente para ser fieles a los principios, para mantenerse incontaminados en todo aspecto de la vida, y entonces contemplarán su gloria.—Carta 2, del 3 de enero de 1900, dirigida a la Hna. y el Hno. Sisley. CDCD 9.6