Consejos para la Iglesia

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No mancilléis el templo de Dios

La obra especial de Satanás en estos últimos días es posesionarse de la mente de la juventud, corromper los pensamientos e inflamar las pasiones; porque sabe que al hacer esto, puede guiarlos a acciones impuras y así se denigrarán todas las nobles facultades de la mente y puede dominarlos de acuerdo con sus propios propósitos.5 CPI 194.1

Mi alma se aflige por los jóvenes que forman su carácter en esta era de degeneración. Tiemblo también por sus padres, porque se me ha mostrado que en general no entienden su obligación de educar a sus hijos en el camino por donde deben andar. Consultan las costumbres y las modas; y los niños no tardan en dejarse llevar por éstas y se corrompen, mientras sus indulgentes padres no advierten el peligro. Pero muy pocos jóvenes están libres de hábitos corrompidos. En extenso grado se los exime de ejercicio físico por temor a que trabajen demasiado. Los padres mismos llevan las cargas que sus hijos debieran llevar. Es malo trabajar con exceso, pero los resultados de la indolencia son más temibles. La ociosidad conduce a la práctica de hábitos corrompidos. La laboriosidad no cansa ni agota una quinta parte de lo que rinde el hábito pernicioso del abuso propio. Si el trabajo sencillo y bien regulado agota a vuestros hijos, tened la seguridad, padres, de que hay, además del trabajo, algo que enerva su organismo y les produce una sensación se cansancio continuo. Dad a vuestros hijos trabajo físico para que pongan en ejercicio los nervios y los músculos. El cansancio que acompaña un trabajo tal, disminuirá su inclinación a participar en hábitos viciosos. La ociosidad es una maldición. Produce hábitos licenciosos.6 CPI 194.2

Evitad el leer y mirar cosas que sugerirán pensamientos impuros. Cultivad los poderes morales e intelectuales.7 CPI 195.1

No sólo Dios requiere que usted controle sus pensamientos, sino también sus pasiones y afectos. Su salvación depende de que usted se gobierne en estas cosas. La pasión y los afectos son instrumentos poderosos. Si se aplican mal, si se ejercen con motivos equivocados, si son mal colocados, son poderosos para llevar a cabo su ruina y dejarla como a una náufraga desvalida, sin Dios y sin esperanza. CPI 195.2

Si usted consiente en vanas imaginaciones, permitiendo que su mente se ocupe de temas impuros, en cierto grado es tan culpable delante de Dios como si sus pensamientos se tradujeran en acción. Todo lo que impide la acción es la falta de oportunidad. Forjar fantasías y hacerse castillos en el aire son hábitos malos y excesivamente peligrosos. Una vez que se han establecido, es casi imposible romper con hábitos tales, y dirigir los pensamientos a temas puros, santos y elevadores. Usted tiene que convertirse en un fiel centinela que vigile sus ojos, oídos y todos sus sentidos si desea dominar su mente e impedir que vanos y corruptos pensamientos mancillen su alma. El poder de la gracia únicamente puede realizar esta obra tan deseable.8 CPI 195.3

El exceso de estudio, al incrementar la afluencia de sangre al cerebro, produce una excitación enfermiza que tiende a debilitar el dominio propio, y con demasiada frecuencia da lugar al impulso o al capricho. De ese modo se abre la puerta a la impureza. El uso indebido o la falta de uso de las facultades físicas es, en gran medida, la causa de la corriente de corrupción que se extiende por el mundo. La “soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad” son enemigos tan fatales del progreso humano en esta generación, como cuando causaron la destrucción de Sodoma.9 CPI 196.1

La satisfacción de las pasiones más bajas inducirá a muchos a cerrar los ojos a la luz, porque temen ver pecados que no están dispuestos a abandonar. Todos pueden ver si lo desean. Si prefieren las tinieblas a la luz, su criminalidad no disminuirá por ello.10 CPI 196.2

La muerte antes que el deshonor o la transgresión de la ley de Dios, debiera ser el lema de todo cristiano. Como pueblo que profesa estar constituido por reformadores que atesoran las más solemnes y purificadoras verdades de la Palabra de Dios, debemos elevar la norma mucho más alto de lo que está puesta actualmente. El pecado y los pecadores que hay en la iglesia deben ser eliminados prestamente, a fin de que no contaminen a otros. La verdad y la pureza requieren que hagamos una obra más cabal para limpiar de Acanes el campamento. No toleren el pecado en un hermano los que tienen cargos de responsabilidad. Muéstrenle que debe dejar sus pecados o ser separado de la iglesia.11 CPI 196.3

Los jóvenes pueden tener principios tan firmes que las más poderosas tentaciones de Satanás no podrán apartarlos de su fidelidad. Samuel era un niño rodeado de las influencias más corruptoras. Veía y oía cosas que afligían su alma. Los hijos de Elí, que ministraban en cargos sagrados, estaban dominados por Satanás. Esos hombres contaminaban la misma atmósfera circundante. Muchos hombres y mujeres se dejaban fascinar diariamente por el pecado y el mal; pero Samuel quedaba sin tacha. Las vestiduras de su carácter eran inmaculadas. No tenía la menor participación ni deleite en los pecados que llenaban todo Israel de terribles informes. Samuel amaba a Dios; mantenía su alma en tan íntima relación con el cielo, que se envió a un ángel para hablar con él acerca de los pecados de los hijos de Elí que estaban corrompiendo a Israel.12 CPI 197.1