Consejos para la Iglesia

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El tabaco es un veneno lento

El tabaco es un veneno lento, insidioso, pero de los más nocivos. En cualquier forma en que se haga uso de él, mina la constitución; es tanto más peligroso cuanto sus efectos son lentos y apenas perceptibles al principio. Excita y después paraliza los nervios. Debilita y anubla el cerebro. A menudo afecta los nervios más poderosamente que las bebidas alcohólicas. Es un veneno más sutil, y es difícil eliminar sus efectos en el organismo. Su uso despierta sed de bebidas fuertes, y en muchos casos echa los cimientos del hábito de beber alcohol. CPI 186.3

El uso del tabaco es perjudicial, costoso y sucio; contamina al que lo usa y molesta a los demás. CPI 186.4

Entre los niños y los jóvenes el uso del tabaco hace un daño incalculable. CPI 186.5

Los muchachos empiezan a hacer uso del tabaco en edad muy temprana. El hábito que adquieren cuando el cuerpo y la mente son particularmente susceptibles a sus efectos, socava la fuerza física, impide el crecimiento del cuerpo, embota la inteligencia y corrompe la moralidad.12 CPI 186.6

No hay apetito natural por el tabaco en la naturaleza, a menos que sea heredado. CPI 186.7

Por el uso del té y del café se forma un apetito por el tabaco. CPI 187.1

El alimento preparado con condimentos y especias, inflama el estómago, corrompe la sangre y prepara el camino para estimulantes más fuertes.13 CPI 187.2

Los alimentos a base de carne y altamente sazonados, y el té y café cuyo consumo algunas madres fomentan en sus hijos, los preparan para desear estimulantes más fuertes, como el tabaco. El uso de éste despierta el deseo de ingerir bebidas alcohólicas.14 CPI 187.3