Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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Sección 2—El régimen alimenticio y la espiritualidad

La intemperancia como pecado

47. Nadie que profese piedad considere con indiferencia la salud del cuerpo, y se haga la ilusión de que la intemperancia no es pecado, y que ésta no afectará su espiritualidad. Existe una estrecha simpatía entre la naturaleza física y la moral.—The Review and Herald, 25 de enero de 1881; Counsels on Health, 67. CRA 49.1

48. En el caso de nuestros primeros padres, el deseo intemperante dio por resultado la pérdida del Edén. La templanza en todo tiene que ver con nuestra reintegración en el Edén más de lo que los hombres se imaginan.—El Ministerio de Curación, 91 (1905). CRA 49.2

49. La transgresión de la ley física es la transgresión de la ley de Dios. Nuestro Creador es Jesucristo. El es el autor de nuestro ser. El ha creado la estructura humana. Es el autor de las leyes físicas, así como es el autor de la ley moral. Y el ser humano que es descuidado en los hábitos y las prácticas que conciernen a su vida y a su salud física, peca contra Dios. Muchos que profesan amar a Jesucristo no manifiestan la debida reverencia y el debido respeto hacia Aquel que dio su vida para salvarlos de la muerte eterna. El no es reverenciado, o respetado, o reconocido. Esto se manifiesta en el perjuicio que ellos infieren a su propio cuerpo al violar las leyes de su ser.—Manuscrito 49, 1897. CRA 49.3

50. Una transgresión constante de las leyes de la naturaleza es una transgresión constante de la ley de Dios. El peso actual del sufrimiento y la angustia que vemos por doquiera, la actual deformidad, decrepitud, enfermedad e imbecilidad que hoy en día inundan el mundo, en comparación de lo que podría ser y de lo que Dios se propuso que fuera, hacen de este mundo un leprosario; y la actual generación es débil en potencia mental, moral y física. Toda esta miseria se ha acumulado de generación en generación debido a que los hombres caídos quieren violar la ley de Dios. Pecados de la mayor magnitud se cometen por medio de la complacencia del apetito pervertido.—Testimonies for the Church 4:30 (1876). CRA 50.1

51. La excesiva complacencia en el comer, beber y dormir, así como en las cosas que se miran, es pecado. La acción armoniosa y saludable de todas las facultades del cuerpo y de la mente resulta en felicidad; y cuanto más elevadas y refinadas las facultades, más pura la felicidad.—Testimonies for the Church 4:417 (1880). CRA 50.2

[Dios señala el pecado de la complacencia—246] CRA 50.3