Joyas de los Testimonios 2

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La asistencia a la escuela en sábado

Algunos de nuestros hermanos han enviado a sus hijos a la escuela en sábado. No estaban obligados a hacer esto, pero las autoridades escolares ponían reparosenrecibir a los niños a menos que asistieran los seís días. En algunas de estas escuelas, los alumnos no sólo reciben instrucción en los ramos comunes de estudio, sino que se les enseña a hacer diversas clases de trabajo; y allí los niños de los que profesan guardar los mandamientos de Dios han sido enviados en sábado. Algunos padres han procurado justificar su conducta citando la declaración de Cristo, de que es lícito hacer bien en sábado. Pero el mismo raciocinio demostraría que los hombres pueden trabajar en sábado porque deben ganar el pan de sus hijos; y no habría límite ni frontera para indicarnos lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse. 2JT 181.3

Si estos amados hermanos hubiesen poseído mayor espiritualidad, si hubiesen comprendido el carácter obligatorio de la ley de Dios, como debiera comprenderlo cada uno de nosotros, habrían conocido su deber, y no habrían andado en tinieblas. Les fué muy difícil ver cómo podían seguir otra conducta. Pero Dios no consulta nuestra conveniencia en cuanto a sus mandamientos. Espera de nosotros que los obedezcamos, y que así enseñemos a nuestros hijos. Tenemos delante de nosotros el ejemplo de Abrahán, el padre de los fieles. El Dios del cielo dice: “Porque yo lo he conocido, sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová.” Génesis 18:19. Y ésta fué la razón por la cual se pronunciaron grandes bendiciones sobre él y su posteridad. 2JT 182.1

Nuestros hermanos no pueden esperar la aprobación de Dios mientras colocan a sus hijos donde les es imposible obedecer al cuarto mandamiento. Deben esforzarse por hacer algún arreglo con las autoridades para que sus hijos sean excusados de asistir a la escuela el séptimo día. Si esto fracasa, entonces su deber es claro: obedecer a cualquier costo los requerimientos de Dios. 2JT 182.2

En algunos lugares de la Europa Central, ciertas personas han sido multadas y encarceladas por no mandar a sus hijos a la escuela en sábado. En un lugar, después que un hermano hubo presentado claramente su fe, vino el oficial de justicia a su puerta y obligó a los niños a ir a la escuela. Los padres les dieron una Biblia en vez de sus libros de texto comunes, y dedicaron el tiempo a estudiarla. Pero dondequiera que pueda hacerse, nuestros hermanos deben establecer escuelas propias. Donde no pueden hacer esto, deben trasladarse tan pronto como sea posible a algún lugar donde puedan estar libres para guardar los mandamientos de Dios. 2JT 182.3