Joyas de los Testimonios 2

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Los obreros misioneros médicos

El Señor necesita toda clase de obreros hábiles. “El mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo.” Efesios 4:11-13. 2JT 529.2

Todo hijo de Dios debe tener un juicio santificado para considerar la causa en su conjunto y la relación que sostiene cada parte con las demás, a fin de que ninguna sufra necesidad. El campo es vasto, y hay una gran obra de reforma que ejecutar, no en uno o dos ramos, sino en todos los ramos. El trabajo misionero médico es parte de esta obra de reforma, pero nunca debe llegar a ser un medio de separar de su campo de labor a los obreros del ministerio. La educación de los estudiantes de medicina no es completa si no se preparan para trabajar en relación con la iglesia y el ministerio, y la utilidad de los que se están preparando para el ministerio quedaría grandemente aumentada si ellos adquiriesen comprensión del grande e importante tema de la salud. Se necesita la influencia del Espíritu Santo para que la obra quede debidamente equilibrada, y que pueda progresar sólidamente en todo ramo. 2JT 529.3

La obra del Señor es una, y su pueblo ha de ser uno. El no ha indicado que alguna parte del mensaje se lleve adelante independientemente o llegue a absorberlo todo. En todas sus labores, unió él la obra misionera médica con el ministerio de la Palabra. Envió a los doce apóstoles, y más tarde a los setenta, a predicar el Evangelio a la gente, y les dió también poder para sanar a los enfermos y echar demonios en su nombre. Así también deben los mensajeros del Señor hacer su obra hoy. El mensaje que nos llega hoy es: “Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y como hubo dicho esto, sopló y díjoles: Tomad el Espíritu Santo.” Juan 20:21, 22. 2JT 530.1