Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Sección 9—La búsqueda de tesoros terrenales

Capítulo 42—El peligro de la codicia

En el pueblo de Dios hay muchos que están adormecidos por el espíritu del mundo, y que niegan su fe mediante sus obras. Cultivan el amor al dinero, a las casas y las tierras, hasta que éste absorbe las facultades de la mente y el ser, y desplaza el amor al Creador y a las almas por quienes Cristo murió. El dios de este mundo ha cegado sus ojos; sus intereses eternos pasan a ocupar un lugar secundario; y colocan un máximo de exigencia sobre el cerebro, los huesos y los músculos a fin de aumentar sus posesiones mundanales. Y toda esa acumulación de preocupaciones y cargas se efectúa en violación directa de esta orden dada por Cristo: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”. Mateo 6:19. CMC 221.1

Olvidan que él también dijo: “Haceos tesoros en el cielo”; y al olvidarlo, obran en favor de sus propios intereses. El tesoro acumulado en el cielo está seguro; ningún ladrón puede aproximarse a él ni la polilla puede arruinarlo. Pero su tesoro está en la tierra y sus afectos están sobre sus tesoros. CMC 221.2