Consejos Sobre la Salud

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Extremos en el régimen alimentario

Muchos de los conceptos observados por los adventistas del séptimo día difieren grandemente de los practicados por el mundo en general. Los que predican una verdad impopular deben ser consecuentes en su propia vida. No tratarán de ver cuán diferentes de los demás logran ser, sino cuánto pueden acercarse a quienes desean impresionar con el fin de ayudarlos a alcanzar blancos elevados. Tal curso de acción recomendará a los demás las verdades que sostienen ellos mismos. CSI 150.3

Los que predican una reforma de la alimentación, deben demostrar tan claramente como les sea posible las ventajas de la higiene mediante lo que sirven en sus propias mesas. Deben ejemplificar sus principios de tal manera que resulten llamativos para las mentes sinceras.* CSI 150.4

Hay muchos que rechazarán cualquier reforma, por muy razonable que sea, si restringe el apetito. Estas personas consultan al paladar en lugar de la razón y las leyes de la salud. Según ellos, todos los que se aparten del camino acostumbrado y defiendan la reforma, serán considerados radicales, aunque sigan un proceder consecuente. CSI 151.1

Pero nadie debe permitir que la oposición y el ridículo lo hagan retroceder en la obra de la reforma o que lo impulsen a tomarla livianamente. Quienes estén imbuidos del espíritu que actuó sobre Daniel, no serán orgullosos ni estrechos de mente, sino que decidirán ponerse firmemente del lado de lo correcto. En todas sus asociaciones, ya sea con sus hermanos o con otros, no se apartarán de los principios, al mismo tiempo que mostrarán una paciencia similar a la de Cristo. Cuando los que predican la reforma de la salud llevan las cosas al extremo, no se debe culpar a la gente si su posición los molesta. A menudo este asunto trae oprobio sobre nuestra fe, y en muchos casos los testigos de tales demostraciones de inconsecuencia nunca más pueden ser convencidos de que hay algo bueno en la reforma. Estos extremistas hacen más daño en unos cuantos meses que el bien que podrían realizar en toda una vida. Participan de una labor que a Satanás le encanta ver progresar... CSI 151.2

No pensemos que es de poca importancia lo que se come, sólo porque por principio desechamos los alimentos que irritan el estómago y destruyen la salud. Yo no recomiendo un régimen empobrecido. Muchos que necesitan los beneficios de una vida saludable, y que debido a motivos de conciencia adoptan lo que consideran una alimentación sana, se engañan al suponer que un régimen de alimentación de acuerdo con los principios de la reforma de la salud consiste de una cantidad pequeña de alimento preparado sin un cuidado minucioso, y constituido por pastas espesas de cereales cocidos y panecillos pesados. Algunos usan leche con los cereales y les agregan una abundante cantidad de azúcar, pensando que así practican la reforma de la salud. Pero el azúcar y la leche combinadas causan fermentación en el estómago y por lo tanto son dañinas. El uso liberal de azúcar en cualquier forma tiende a congestionar el organismo y es causa frecuente de enfermedad. Algunos piensan que deben limitarse a dos o tres diferentes tipos de alimentos. Pero al consumir pequeñas cantidades de comida de mala calidad, no reciben la alimentación apropiada. CSI 151.3

Existe verdadero sentido común en la reforma pro salud. No toda la gente puede comer las mismas cosas. Algunos alimentos, nutritivos y agradables al paladar de una persona, pueden ser dañinos para otra. Hay quienes no pueden consumir leche, mientras que otros subsisten gracias a ella. Para algunos los frijoles y chícharos son saludables, mientras que otros no los pueden digerir. Algunos estómagos son tan sensibles que no pueden digerir la harina no refinada. Por eso, es imposible establecer una regla invariable para controlar los hábitos alimentarios de todos. CSI 152.1

Las ideas estrechas y un énfasis exagerado sobre asuntos sin importancia, han ocasionado gran daño a la causa de la higiene. Puede ser que un esfuerzo por economizar en la preparación de la comida produzca una alimentación pobre en vez de un régimen saludable. ¿Cuál es el resultado? Una sangre debilitada. He visto casos de enfermedades difíciles de curar, producidas por una alimentación empobrecida. Las personas así afligidas no se vieron obligadas a adoptar ese régimen escaso debido a la pobreza, sino que lo hicieron en obediencia a sus propias ideas erróneas de lo que constituye la reforma de la salud. Día tras día se prepararon los mismos alimentos, sin ninguna variación, comida tras comida, hasta que se produjeron trastornos digestivos y debilidad general. CSI 152.2

Muchos, al adoptar la reforma pro salud se quejan de que ésta no les asienta; pero después de haberme sentado a sus mesas, llego a la conclusión de que no es la reforma pro salud la culpable, sino los alimentos mal preparados. Ruego a los hombres y mujeres a quienes Dios ha dado inteligencia que aprendan a cocinar. No me equivoco al decir hombres, porque ellos, al igual que las mujeres, necesitan entender la preparación sencilla de los alimentos saludables. Sus negocios frecuentemente los llevan a lugares donde no se los puede obtener. Tal vez tengan que permanecer días y aun semanas en hogares de familias que ignoran estos asuntos. En tales casos, si saben cómo preparar alimentos saludablemente, pueden darle buen uso a ese conocimiento. CSI 153.1

Investigue los hábitos alimentarios. Estudie las cosas de causa a efecto, pero no dé un testimonio falso contra la reforma pro salud al seguir ignorantemente un curso de acción contrario a ella. No abuse de su cuerpo ni lo descuide incapacitándolo para rendir a Dios el servicio que él merece. Tengo la certeza de que algunos de nuestros obreros más útiles han muerto debido a su negligencia en ese respecto. Uno de los primeros deberes del ama de casa es cuidar del cuerpo proveyéndole alimentos agradables y fortalecedores. Es mucho mejor tener ropa y muebles más baratos que privarse de artículos necesarios para la mesa. CSI 153.2

La mayoría de la gente disfruta de mejor salud si come dos comidas al día en lugar de tres; otros, debido a circunstancias particulares, tal vez necesiten comer algo a la hora de la cena; pero esta comida debe ser muy liviana. Que nadie pretenda imponer su criterio a los demás, para que todos hagan exactamente lo que él hace. CSI 153.3

Nunca prive al estómago de lo que la salud demanda, y nunca abuse de él sobrecargándolo con algo perjudicial. Sea temperante. Controle el apetito; manténgalo bajo el dominio de la razón. No sienta que debe cargar su mesa con alimentos malsanos cuando tiene visitas. La salud de su familia y la influencia sobre sus hijos debe tomarse en cuenta tanto como los hábitos y gustos de sus invitados... CSI 153.4

La reforma pro salud es importante para nosotros y no debemos restarle importancia con nuestras prácticas y opiniones estrechas. Debemos ser fieles a nuestras convicciones de lo que es correcto. Daniel fue bendecido porque hizo consecuentemente lo que sabía que era correcto, y nosotros seremos bendecidos si nos empeñamos en honrar a Dios de todo corazón.* CSI 154.1