Consejos Sobre la Salud

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Epístolas vivientes

Somos embajadores de Cristo, por lo que debemos vivir, no para salvar nuestra reputación, sino para salvar a las almas que perecen. Debiéramos esforzarnos diariamente para mostrarles que pueden alcanzar la verdad y la justicia. En lugar de ganarnos la simpatía de los demás causando la impresión de que no somos apreciados, debemos olvidarnos enteramente de nuestro yo; y si fallamos en lograr esto, a causa de la falta de discernimiento espiritual y de piedad vital, Dios requerirá de nuestras manos las almas de las personas por quienes debiéramos haber trabajado. Ha hecho provisión para que cada obrero que está a su servicio pueda recibir gracia y sabiduría, a fin de que llegue a ser una epístola viviente, conocida y leída por todos los hombres. CSI 562.2

Por medio del acto de velar y la oración podemos cumplir lo que el Señor se propone que realicemos. Mediante el cumplimiento fiel y cuidadoso de nuestro deber, por medio de la vigilancia de las almas como quienes tienen que rendir cuenta, podemos eliminar las piedras de tropiezo del camino de los demás. Mediante sinceras advertencias e instancias, con nuestras propias almas llenas de tierna solicitud por los que están a punto de perecer, podemos ganar almas para Cristo. CSI 562.3