Consejos Sobre la Salud

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Una experiencia muy solemne

La oración por los enfermos es algo muy solemne, y no debiéramos ocuparnos de esta obra en forma descuidada ni apresurada. Debiéramos averiguar si los que serán bendecidos con salud se han dedicado a hablar mal de otros, si han tenido desavenencias con los demás y si han participado en disensiones. ¿Han manifestado espíritu de discordia entre los hermanos y hermanas de la iglesia? Si han llevado a cabo estas cosas debieran confesarlas delante de Dios y la iglesia. Después de haber confesado lo que han hecho mal, estas personas que buscan oración pueden ser presentadas delante de Dios con fervor y fe, siguiendo la inspiración del Espíritu Santo. CSI 371.2

Pero no siempre es seguro pedir sanamiento incondicional. Las oraciones que se hacen debieran incluir el siguiente pensamiento: “Señor, tú conoces todo secreto del alma. Tú estás familiarizado con estas personas; por Jesús, su abogado, concédeles su vida. El las ama más de lo que nosotros podemos. Por lo tanto, si ha de ser para tu gloria y para el bien de estas personas afligidas concederles la salud, te rogamos en el nombre de Jesús que les proporciones salud en esta ocasión”. En una petición de esta naturaleza no se manifiesta falta de fe. CSI 372.1

El Señor “no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres”. Lamentaciones 3:33. “Como el Padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo”. Salmos 103:13-14. El conoce nuestro corazón porque lee todo secreto del alma. El sabe si las personas por quienes se ora podrán soportar las pruebas que les sobrevendrán si sobreviven. El conoce el fin desde el principio. Se permitirá que muchos duerman en el sueño de la muerte antes de las terribles pruebas que afligirán al mundo en el tiempo de angustia. Esta es otra razón por la cual debiéramos decir después de nuestra ferviente petición: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Lucas 22:42. Tal petición nunca quedará registrada en el cielo como una oración sin fe. CSI 372.2

Se pidió al apóstol que escribiera: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Apocalipsis 14:13. Este pasaje nos indica que no todos se recuperarán; y si no recuperan la salud no debieran ser juzgados indignos de la vida eterna. Si Jesús, el Redentor del mundo oró: “Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa” y a continuación añadió: “Pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39), cuán apropiado es que los mortales finitos se entreguen de la misma forma a la sabiduría y voluntad de Dios. CSI 372.3