Consejos Sobre la Salud

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La Biblia como consejera

Dios desea que los que se desempeñan como misioneros médicos del Evangelio aprendan con diligencia las lecciones del Gran Maestro. Deben hacerlo si desean encontrar paz y reposo. Al aprender de Cristo, sus corazones se llenarán de la paz que solamente él puede proporcionar. CSI 366.1

El libro que es indispensable que todos estudien es la Biblia. Estudiada con reverencia y temor piadoso, resulta el mayor de todos los educadores. En ella no hay engaño. Sus páginas rebosan de verdad. ¿Deseamos obtener conocimiento de Dios y de Cristo, a quien él envió al mundo para vivir y morir por los pecadores? Un estudio fervoroso y diligente de la Biblia es necesario para obtener este conocimiento. CSI 366.2

Muchos de los libros que se amontonan en las grandes bibliotecas confunden la mente más de lo que ayudan al entendimiento. Sin embargo, hay personas que gastan grandes sumas de dinero en la adquisición de tales obras y emplean años en su estudio, cuando tienen a su alcance el Libro que contiene las palabras de Aquel que es el Alfa y Omega de la sabiduría. El tiempo pasado en un estudio de esos libros podría emplearse mejor en conocer a Aquel cuyo conocimiento adecuado es vida eterna. Únicamente los que adquieren este conocimiento podrán escuchar las palabras: “Estáis completos en él”. Colosenses 2:10. CSI 366.3

Estudiad más la Biblia y menos las teorías de la fraternidad médica, y gozaréis de mejor salud espiritual. Vuestra mente estará más clara y vigorosa. Mucho de lo que se abarca en un curso de medicina es positivamente innecesario. Los estudiantes de medicina dedican una gran cantidad de tiempo a un aprendizaje que es inútil. Muchas de las teorías que aprenden pueden compararse en valor a las tradiciones y máximas enseñadas por los escribas y fariseos. Muchas de las complicaciones con que tienen que familiarizarse perjudican su mente.* CSI 366.4

Dios me ha estado presentando estas cosas durante muchos años. En nuestros colegios e instituciones médicos necesitamos hombres que posean un profundo conocimiento de las Escrituras, hombres que hayan aprendido las lecciones enseñadas en la Palabra de Dios, y que puedan enseñar esas lecciones a otros en forma clara y sencilla, tal como Cristo enseñó a sus discípulos el conocimiento que él consideraba más importante. CSI 367.1