Consejos Sobre la Salud

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Cada uno en su lugar*

Los médicos del Instituto de Salud no debieran sentirse obligados a efectuar el trabajo que los auxiliares pueden hacer. No debieran servir en las salas de baño ni en los retretes, porque así gastarían su vitalidad haciendo cosas que corresponden a otros. No debiera haber falta de auxiliares para atender a los enfermos y cuidar a los débiles que necesitan vigilancia. Los médicos debieran reservar sus fuerzas para la realización exitosa de sus deberes profesionales. Debieran decir a otros lo que deben hacer. Si no hay un número suficiente de personas de confianza que puedan hacer esas cosas, habría que emplear a personas adecuadas e instruirlas en forma debida, y habría que pagarles una remuneración adecuada por sus servicios.—Testimonies for the Church 3:177-178 (1872). CSI 357.2