Consejos para los Maestros

46/279

La responsabilidad del maestro

En nuestro colegio hay una obra para cada maestro. Ninguno está libre de egoísmo. Si el carácter moral y religioso de los maestros fuese lo que debiera ser, se ejercería una mejor influencia sobre los estudiantes. Los maestros no procuran individualmente cumplir su tarea sólo para la gloria de Dios. En vez de mirar a Jesús y copiar su vida y carácter, miran al yo y procuran demasiado satisfacer una norma humana. CM 87.4

¡Ojalá pudiese hacer sentir a cada maestro su plena responsabilidad concerniente a la influencia que ejerce sobre los jóvenes! Satanás es incansable en sus esfuerzos por obtener el servicio de nuestros jóvenes. Con gran cuidado está tendiendo sus trampas para los pies inexpertos. El pueblo de Dios debe precaverse celosamente contra sus asechanzas. CM 87.5

Dios es la personificación de la benevolencia, la misericordia y el amor. Los que están realmente relacionados con él no pueden estar en divergencia unos con otros. Su espíritu, al gobernar en el corazón, creará armonía, amor y unidad. Lo opuesto se ve entre los hijos de Satanás. Su obra consiste en promover envidia, disensiones y celos. En el nombre de mi Maestro, pregunto a los que profesan seguir a Cristo: ¿Qué frutos lleváis? CM 88.1

En el sistema de instrucción seguido en las escuelas comunes, se descuida la parte más esencial de la educación: la religión de la Biblia. No sólo la educación afecta profundamente la vida del estudiante en este mundo, sino que su influencia se extiende hasta la eternidad. ¡Cuán importante es, pues, que los maestros sean personas capaces de ejercer la debida influencia! Deben ser hombres y mujeres de experiencia religiosa, personas que reciban diariamente luz divina para impartirla a sus alumnos. CM 88.2