Consejos para los Maestros

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Una causa de inestabilidad en los jóvenes

Hay muchas familias de niños que parecen bien educados mientras están bajo la disciplina del adiestramiento; pero cuando el sistema que los sujetaba a reglas fijas se quebranta, parecen incapaces de pensar, actuar o decidir por sí mismos. Estos niños han estado durante tanto tiempo bajo una regla férrea que no les permitía pensar y actuar por su cuenta en las cosas en que era muy propio que lo hicieran, que no tienen confianza en sí mismos para actuar de acuerdo con su propio juicio, ni tienen opinión propia. Cuando se apartan de sus padres para actuar por su cuenta, son fácilmente llevados en la mala dirección por el juicio ajeno. No tienen estabilidad de carácter. No han tenido que depender de su propio juicio en la medida y hasta donde fuese practicable y, por lo tanto, su mente no se ha desarrollado ni fortalecido debidamente. Han estado tanto tiempo dominados absolutamente por sus padres, que dependen completamente de ellos; sus padres les son mente y juicio. CM 74.2

Por otra parte, no hay que dejar que los jóvenes piensen y actúen independientemente del juicio de sus padres y maestros. Se les debe enseñar a los niños a respetar el juicio experimentado. Se los debe educar de tal manera que su mente esté unida con la de sus padres y maestros, e instruirlos de manera que puedan ver cuán propio es escuchar su consejo. Entonces, cuando se aparten de la mano guiadora, su carácter no será como el junco que tiembla al soplo del viento... CM 74.3

Los padres y maestros que se jactan de tener completo dominio de la mente y voluntad de los niños que están bajo su cuidado, dejarían de jactarse si pudiesen ver la vida futura de los así puestos en sujeción por la fuerza o el temor. Están casi completamente sin preparación para participar en las severas responsabilidades de la vida. Cuando estos jóvenes ya no estén bajo sus padres y maestros, y se vean obligados a pensar y a actuar por sí mismos, es casi seguro que seguirán un curso erróneo, y cederán al poder de la tentación. No tendrán éxito en esta vida, y las mismas deficiencias se verán en su vida religiosa. CM 75.1

Si los instructores de los niños y jóvenes pudiesen ver delante de sí el resultado futuro de su disciplina errónea, cambiarían su plan de educación... Nunca quiso Dios que una mente humana estuviese bajo el dominio completo de otra. Los que hacen esfuerzos para que la individualidad de sus alumnos se fusione con la suya propia, y quieren ser mente, voluntad y conciencia para ellos, asumen terribles responsabilidades. Estos alumnos pueden, en ciertas ocasiones, parecer como soldados bien adiestrados; pero cuando desaparezca la restricción, se verá en ellos una falta de acción independiente regida por principios firmes. CM 75.2

Son maestros más útiles y los que tienen éxito más permanente los que se proponen educar de tal manera a sus alumnos, que éstos puedan ver y sentir que está en ellos el poder ser hombres y mujeres de principios firmes, calificados para cualquier posición en la vida. Tal vez su obra no sea tan estimada por los observadores negligentes, y sus labores no sean tan apreciadas como las del maestro que domina las mentes y voluntades de sus alumnos por autoridad absoluta, pero la vida futura de los educandos manifestará los frutos del mejor plan de educación. CM 75.3

Existe el peligro de que tanto los padres como los maestros manden y dicten demasiado, y no entren suficientemente en relaciones sociales con sus hijos o alumnos. Con frecuencia se mantienen demasiado reservados, y ejercen su autoridad de una manera fría, carente de simpatía, que no puede ganar los corazones de los niños. Si tan sólo quieren conseguir que éstos se acerquen a ellos, demostrándoles que los aman y manifestando interés en todos sus esfuerzos, y aun en sus juegos, siendo a veces hasta niños entre ellos, harán a los niños muy felices, y conquistarán su amor y confianza. Y los niños aprenderán más rápidamente a respetar y amar la autoridad de sus padres y maestros. CM 76.1