Consejos para los Maestros

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La escuela ha de continuar el trabajo del hogar

Los que asisten a nuestros colegios deben recibir una preparación diferente de la que se da en las escuelas comunes de hoy. Generalmente, a nuestros jóvenes que tienen padres sabios y temerosos de Dios, se les han enseñado los principios del cristianismo. La Palabra de Dios ha sido respetada en sus hogares, y sus enseñanzas han sido hechas la ley de la vida. Han sido criados en la amonestación del Evangelio. Cuando entran en la escuela, ha de continuar esta misma educación y preparación. Las máximas, las costumbres y prácticas del mundo no son la enseñanza que necesitan. Déjeseles ver que los maestros de la escuela cuidan de sus almas, que tienen un interés definido en su bienestar espiritual. La religión es el gran principio que se debe inculcar; porque el temor de Dios es el principio de la sabiduría. CM 487.3