Historia del Sábado
6 – El sábado durante el día de tentación
Historia general del sábado en el desierto – Su violación una causa de la exclusión de esa generación de la tierra prometida – Su violación por sus hijos en el desierto una de las causas de su dispersión final de su propia tierra – El estatuto respecto a los fuegos en sábado – Diversos preceptos relacionados con el sábado – El sábado no es una fiesta judía – El hombre que recogía leña en sábado – Apelación de Moisés en favor del decálogo – El sábado no es derivado del pacto de Horeb – Apelación final de Moisés en favor del sábado – El cuarto mandamiento original – El sábado no es un monumento a la huida de Egipto – Qué palabras estaban grabadas sobre piedra – Resumen general de los libros de Moisés
La historia del sábado durante la provocación en el día de la tentación en el desierto cuando Dios fue entristecido durante cuarenta años por su pueblo puede ser expresada en pocas palabras. Aun bajo el ojo de Moisés, y con los milagros más estupendos en su memoria y ante sus ojos, ellos fueron idólatras,1 descuidados en sus sacrificios, descuidados de la circuncisión,2 murmuradores contra Dios, despreciadores de su ley3 y violadores de sus sábados. De su tratamiento del sábado mientras estuvieron en el desierto, Ezequiel nos da la siguiente descripción gráfica: HSPDS 45.1
“Pero se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá; y mis sábados profanaron en gran manera. Dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos. Pero actué a causa de mi nombre, para que no fuera profanado a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado”.4 HSPDS 45.2
Este lenguaje muestra una violación general del sábado, y evidentemente se refiere a la apostasía de Israel durante los primeros cuarenta días en que Moisés estuvo apartado de ellos. Dios entonces se propuso su destrucción; pero por la intercesión de Moisés los preservó por la misma razón designada por el profeta.5 Un tiempo de prueba les fue otorgado y significativamente fracasaron una segunda vez, de modo que Dios levantó su mano contra ellos de que no entrarían en la tierra prometida. De este modo el profeta continúa: HSPDS 45.3
“También yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había dado, la cual fluye leche y miel y es la más hermosa de todas las tierras; PORQUE desecharon mis decretos, no anduvieron en mis estatutos y profanaron mis sábados, porque tras sus ídolos iba su corazón. Con todo, los miré con piedad: no los maté ni los exterminé en el desierto”. HSPDS 45.4
Este lenguaje sin duda se refiere al acto de Dios de excluir a todos aquellos mayores de veinte años de la tierra prometida.6 Debe notarse que la violación del sábado está afirmada claramente como una de las razones por las que aquella generación fue excluida de la tierra prometida. Dios conservó su pueblo para que la nación no fuera totalmente cortada, porque él extendió a la parte más joven un nuevo período de prueba. El profeta continúa así: HSPDS 46.1
“Antes bien, dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de vuestros padres ni guardéis sus leyes ni os contaminéis con sus ídolos. Yo soy Jehová, vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y ponedlos por obra. Santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios. Pero los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá; y profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para consumar mi enojo en ellos en el desierto. Sin embargo, retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no fuera profanado a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado. También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría entre las naciones y que los dispersaría por las tierra, porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos, profanaron mis sábados y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos”. HSPDS 46.2
Así aparece que la generación más joven, que Dios había preservado cuando excluyó a sus padres de la tierra prometida, hicieron, como sus padres, trasgredieron la ley de Dios, contaminaron sus sábados, y se adhirieron a la idolatría. Dios no vio conveniente excluirlos de la tierra de Canaán, pero alzó su mano sobre ellos en el desierto, de que los entregaría a una dispersión entre sus enemigos después que hubieran entrado en la tierra prometida. De ese modo se ve que los hebreos mientras estuvieron en el desierto echaron el fundamento de su posterior dispersión de su propia tierra; y que uno de los actos que condujeron a su ruina final como nación fue la violación del sábado antes de que hubieran entrado en la tierra prometida. Bien pudo Moisés decirles en el último mes de su vida: “Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día en que yo os conozco”.7 En Caleb y Josué había otro espíritu porque ellos siguieron a Jehová completamente.8 HSPDS 46.3
Tal es la historia general de la observancia sabática en el desierto. Aun el milagro del maná, que cada semana durante cuarenta años dio testimonio público del sábado,9 llegó a ser para la masa de los hebreos un evento meramente ordinario, de modo que se atrevieron a murmurar contra el pan así enviado del cielo;10 y bien podemos creer que aquellos que fueron así endurecidos por medio de la falacia del pecado, tuvieron poca consideración por el testimonio del maná en favor del sábado.11 En el registro mosaico leemos luego del sábado lo que sigue: HSPDS 46.4
“Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que Jehová ha mandado que se hagan: Seis días se trabajará, pero el día séptimo os será santo, día de descanso para Jehová; cualquiera que haga en él algún trabajo, morirá.12 No encenderéis fuego en ninguna de vuestras casas en sábado”.13 HSPDS 47.1
La característica principal de interés en este texto se relaciona con la prohibición de encender fuego en sábado. Como ésta es la única prohibición de su clase en la Biblia, a menudo se ha presentado como razón por la que no debe guardarse el sábado, un breve examen de la dificultad no estará fuera de lugar. Debe observarse: HSPDS 47.2
1) Que este lenguaje no forma parte del cuarto mandamiento, la gran ley del sábado. HSPDS 47.3
2) Que como había leyes correspondientes al sábado, no era parte de la institución sabática, sino que surgió de haber sido confiada a los hebreos, tales como la ley con respecto a la presentación de los panes de la proposición en el sábado; y con respecto a los holocaustos para el sábado:14 por lo menos es posible que este sea un precepto correspondiente solo a esa nación, y no una parte de la institución original. HSPDS 47.4
3) Que como había leyes peculiares solo para los hebreos, había muchas otras que correspondían a ellos mientras estuvieran en el desierto. Tales eran todos aquellos preceptos que se relacionaban con el maná, la construcción del tabernáculo y su armado, la forma en que debían acampar alrededor de él, etc. HSPDS 47.5
4) Que de esta clase eran todos los estatutos dados desde el tiempo en que Moisés trajo las segundas tablas de piedra hasta el fin del libro de Éxodo, a menos que las palabras bajo consideración fueran una excepción. HSPDS 47.6
5) Que la prohibición de fuegos era una ley de esta clase, o sea, una ley diseñada solo para el desierto, es evidente de varios factores decisivos. HSPDS 47.7
A. Que la tierra de Palestina durante una parte del año es tan fría que es necesario encender fuegos para evitar sufrimientos.15 HSPDS 47.8
B. Que el sábado no fue designado para ser una causa de molestia y sufrimiento, sino de descanso, delicia y de bendición.16 HSPDS 48.1
C. Que el desierto del Sinaí, donde se dio el precepto con respecto a los fuegos en sábado, no era causa de sufrimiento, ya que estaba a trescientos sesenta kilómetros (200 millas) al sur de Jerusalén, en el cálido clima de Arabia. HSPDS 48.2
D. Que este precepto era de carácter temporario, además resulta porque mientras de otras leyes se dice que son estatutos y preceptos perpetuos para ser guardados después que entraran en la tierra,17 no aparece ningún indicio de esta clase. Por lo contrario, esto parece similar en carácter al precepto respecto al maná,18 para coexistir con él y adaptarlo a él. HSPDS 48.3
E. Si la prohibición acerca del fuego realmente pertenecía a la tierra prometida, y no meramente al desierto, cada pocos años estaría en conflicto con la ley de la pascua. Porque la pascua era asada por cada familia de los hijos de Israel en la noche que sigue al día decimocuarto del primer mes,19 que ocasionalmente caería en sábado. La prohibición de fuegos en sábado no entraría en conflicto con la pascua mientras los hebreos estuvieran en el desierto; porque la pascua no fue observada hasta que llegaron a la tierra.20 Pero si esa prohibición se extendiera hacia adelante, a la tierra prometida, donde la pascua debía ser observada regularmente, estos dos estatutos a menudo entrarían en conflicto directo. Esto es ciertamente una confirmación sólida del concepto de que la prohibición de hacer fuego en sábado era un estatuto temporario, solo relacionado con el desierto.21 HSPDS 48.4
De estos hechos se concluye que el argumento favorito obtenido de la prohibición de hacer fuego, de que el sábado era una institución local, adaptado sólo a la tierra de Canaán, debe abandonarse; porque es evidente de que la prohibición fue un estatuto temporario ni siquiera adaptado a la tierra prometida, y no diseñada para esa tierra. Luego leemos del sábado lo que sigue: HSPDS 49.1
“Habló Jehová a Moisés y le dijo: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: Santos seréis, porque santo soy yo, Jehová, vuestro Dios. Cada uno temerá a su madre y a su padre. Mis sábados guardaréis. Yo Jehová, vuestro Dios… Mis sábados guardaréis, y por mi santuario tendréis reverencia. Yo, Jehová”.22 HSPDS 49.2
Estas continuas referencias al sábado contrastan notablemente con la desobediencia general de la gente. Y así Dios habló otra vez: HSPDS 49.3
“Seis días se trabajará, pero el séptimo día será de descanso, santa convocación; ningún trabajo haréis. Es el día de descanso dedicado a Jehová dondequiera que habitéis”.23 HSPDS 49.4
De esta manera Dios designa solemnemente su día de reposo como un tiempo de santa adoración, y como el día de asambleas religiosas semanales. Otra vez el Legislador presenta su sábado: HSPDS 49.5
“No haréis para vosotros ídolos ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros ante ella, porque yo soy Jehová, vuestro Dios. Guardad mis sábados y reverenciad mi santuario. Yo, Jehová”.24 HSPDS 49.6
Bienaventurado hubiera sido para el pueblo de Dios si se hubiera refrenado de la idolatría y considerado sagrado el día de reposo del Creador. No obstante la idolatría y el quebrantamiento del sábado fueron tan generales en el desierto que la generación que salió de Egipto fue excluida de la tierra prometida.25 Después de que Dios hubo separado de la herencia de la tierra a los hombres que se habían rebelado contra él,26 luego leemos del sábado lo siguiente: HSPDS 50.1
“Cuando los hijos de Israel estaban en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en sábado. Los que lo hallaron recogiendo leña lo llevaron ante Moisés, Aarón y toda la congregación. Lo pusieron en la cárcel, porque no estaba determinado qué se le había de hacer. Entonces Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente ese hombre debe morir: apedréelo toda la congregación fuera del campamento. La congregación lo sacó fuera del campamento, y lo apedrearon hasta que murió, como Jehová había mandado a Moisés”.27 HSPDS 50.2
Los siguientes hechos deberían considerarse al explicar este texto: HSPDS 50.3
1) Que este era un caso de culpa peculiar; porque toda la congregación delante de la que este hombre estuvo en juicio, y por quién había de ser muerto, ellos mismos eran culpables de violar el sábado, y acababan de ser excluidos de la tierra prometida por este y otros pecados.28 HSPDS 50.4
2) Que este no era un caso que cayera bajo la pena de muerte existente por trabajar en el sábado; porque el hombre fue puesto en confinamiento hasta que se pudiera saber la opinión de Jehová respecto de su culpa. La peculiaridad de su transgresión puede saberse por el contexto. Los versículos precedentes del caso en cuestión dicen así: HSPDS 50.5
“Pero la persona que haga algo con soberbia, sea el natural o el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será eliminada de en medio de su pueblo. Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová y menospreció su mandamiento, esa persona será eliminada por completo y su pecado caerá sobre ella”.29 HSPDS 50.6
Que estas palabras sean seguidas por este notable caso fue evidentemente designado para ilustrarlas. Por lo tanto, es manifiesto que éste era un caso de pecado de presunción, en el que el transgresor tenía la intención de menospreciar el espíritu de gracia y los estatutos del Altísimo. Por ello, este caso no puede ser citado como evidencia de una estrictez extraordinaria de parte de los hebreos en la observancia del sábado; porque tenemos evidencia directa de que ellos lo contaminaron grandemente durante el total de cuarenta años de su peregrinación por el desierto.30 Entonces es un caso de transgresión en el cual el pecador quería mostrar desprecio por el Dador de la ley, y en esto consistía su culpabilidad peculiar.31 HSPDS 50.7
En el último mes de su larga y fecunda vida, Moisés repasó todos los grandes actos de Dios en favor del pueblo, con los estatutos y preceptos que les había dado. Este repaso está contenido en el libro de Deuteronomio, nombre que significa segunda ley, y que se aplica a ese libro, porque es una segunda escritura de la ley. Es la despedida de Moisés al pueblo desobediente y rebelde; y él procura fijar sobre ellos el más fuerte sentido de obligación personal de obedecer. Así, cuando está por repasar los diez mandamientos, él usa un lenguaje evidentemente designado para imprimir sobre las mentes de los hebreos un sentido de su obligación individual de hacer lo que Dios había ordenado. Así, él dice: HSPDS 51.1
“Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos. Aprendedlos y guardadlos, para ponerlos por obra. Jehová, nuestro Dios, hizo un pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros, todos los que estamos aquí hoy vivos”.32 HSPDS 51.2
No fue el acto de vuestros padres los que pusieron esta responsabilidad sobre vosotros, sino vuestros propios actos individuales lo que los trajeron en ese vínculo del pacto. Vosotros habéis comprometido personalmente con el Altísimo de guardar estos preceptos.33 Ese es el sentido obvio de este lenguaje; no obstante se lo ha presentado gravemente como prueba de que el sábado de Jehová fue hecho para los hebreos, y no era obligatorio para los patriarcas. La singularidad de esta deducción aparece en que es planteada contra el cuarto mandamiento solo; mientras que, si fuera un argumento justo y lógico, mostraría que los antiguos patriarcas no estaban bajo ninguna obligación con respecto a ninguno de los preceptos de la ley moral. Pero es seguro que el pacto en Horeb fue sencillamente una encarnación de los preceptos de la ley moral, con compromisos mutuos con respecto a ellos entre Dios y el pueblo, y que ese pacto no le daba la existencia a ninguno de los diez mandamientos. En todo caso, encontramos que el sábado fue ordenado por Dios al final de la creación34 y que fue obligatorio sobre los hebreos en el desierto antes que Dios les hubiera dado un nuevo precepto sobre el tema.35 Como esto fue antes del pacto en Horeb es una prueba concluyente de que el sábado no se originó por ese pacto más que la prohibición de la idolatría, el robo o el homicidio. HSPDS 51.3
El hombre de Dios entonces repite los diez mandamientos. Y así da el cuarto: HSPDS 52.1
“Guardarás el sábado para santificarlo, como Jehová, tu Dios, te ha mandado. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios. Ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que tu siervo y tu sierva puedan descansar como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová, tu Dios, te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual Jehová, tu Dios te ha mandado que guardes el sábado”.36 HSPDS 52.2
Es un hecho singular que este pasaje es uniformemente citado por los que escriben contra el sábado, como el cuarto mandamiento original; mientras el precepto original mismo está cuidadosamente dejado afuera. Sin embargo hay la evidencia más sólida de que este no es el precepto original; porque Moisés repasa estas palabras al final de la peregrinación de los cuarenta años, mientras el mandamiento original fue dado en el tercer mes después de la partida de Egipto.37 El mandamiento mismo, como se da aquí, contiene una prueba directa del punto. Así es que dice: “Guardarás el sábado para santificarlo, como Jehová, tu Dios, te HA MANDADO”; citando otro lugar para el estatuto original. Además, el precepto como aparece aquí es evidentemente incompleto. No tiene indicio del origen del sábado de Jehová, ni muestra los actos por los cuales el sábado llegó a la existencia. Por esto aquellos que presentan el sábado como hecho en el desierto y no en la creación citan éste como el cuarto mandamiento y omiten el el precepto original, que Dios mismo proclamó, donde todos estos hechos están claramente afirmados.38 HSPDS 52.3
Pero mientras Moisés en este repaso omite una gran parte del cuarto mandamiento, se refiere al precepto original de todo el tema, y luego añade a este repaso un poderoso alegato de obligación de parte de los hebreos de guardar el sábado. Debe recordarse que muchos en el pueblo habían persistido consistentemente en la violación del sábado; esta es la última vez que Moisés habla en favor de ellos. Así él dice: HSPDS 52.4
“Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová, tu Dios, te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual Jehová, tu Dios, te ha mandado que guardes el sábado”. HSPDS 52.5
Estas palabras a menudo se han citado como prueba de que el sábado se originó en ocasión de la salida de Israel de Egipto, y que fue ordenado en ese tiempo como monumento de su liberación de allí. Pero se observará: HSPDS 52.6
1) Que este texto no dice una palabra con respecto al origen del sábado o día de reposo de Jehová. HSPDS 52.7
2) Que los hechos en este punto se dan todos en el cuarto mandamiento original, y que están referidos a la creación. HSPDS 53.1
3) Que no hay razón para creer que Dios descansó en el séptimo día en ocasión de esta huida de Egipto, ni que entonces bendijo y santificó ese día. HSPDS 53.2
4) Que el sábado no tiene en sí nada para conmemorar la liberación de Egipto, ya que eso fue una huida y éste es un descanso; y que esa huida fue en el día decimoquinto del primer mes, y este descanso en el séptimo día de cada semana. Así uno ocurriría anualmente; el otro, semanalmente. HSPDS 53.3
5) Que Dios ordenó un memorial adecuado de esa liberación para ser observado por los hebreos: la pascua, en el día catorce del mes primero, en memoria de que Dios pasó por alto cuando hirió a los egipcios; y que la fiesta de los panes sin levadura, en memoria de comer este pan cuando salieron huyendo de Egipto.39 HSPDS 53.4
¿Qué significan entonces estas palabras? Tal vez su significado puede ser más fácilmente percibido al compararlos con un paralelo exacto que se encuentra en el mismo libro y de la pluma del mismo escritor: HSPDS 53.5
“No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda, sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto y que de allí te rescató Jehová, tu Dios. Por tanto, yo te mando que hagas esto”.40 HSPDS 53.6
Se verá de un vistazo que este precepto no fue dado para conmemorar la liberación de Israel de la esclavitud egipcia; ni tampoco pudo esa liberación dar existencia a la obligación moral expresada en él. Si el lenguaje, en un caso, prueba que los hombres no estaban bajo la obligación de guardar el sábado antes de la liberación de Israel de Egipto, prueba con igual convicción en el otro que antes de la liberación no estaban bajo la obligación de tratar con justicia y misericordia al extranjero, al huérfano, y a la viuda. Y si el sábado se muestra en un caso ser judío, en el otro, el estatuto del gran Legislador en favor de los necesitados e impotentes deben compartir la misma suerte. Es manifiesto que este lenguaje es en cada caso una apelación a su sentido de gratitud. Ustedes fueron esclavos en Egipto, y Dios los rescató; por lo tanto, recuerden a otros que están en aflicción, y no los opriman. Ustedes fueron esclavos en Egipto, y Dios los redimió; por lo tanto santifiquen al Señor el día que él ha reservado para sí; una apelación más poderosa a quienes habían hasta allí persistido en contaminarlo. La liberación de una servidumbre abyecta era necesaria, en cada caso, a fin de que las cosas ordenadas pudieran ser plenamente observadas; pero esa liberación no dio existencia a ninguno de estos deberes. Era de hecho uno de los actos por los cuales el sábado de Jehová fue dado a la nación, pero no era uno de los actos por los cuales Dios hizo el sábado, ni constituyó como institución judía el día de reposo de Jehová. HSPDS 53.7
Que las palabras grabadas sobre piedra eran sencillamente los diez mandamientos es evidente. HSPDS 53.8
1) Se dice de las primeras tablas: HSPDS 54.1
“Entonces Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, pero a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra: los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra”.41 HSPDS 54.2
2) De este modo las primeras tablas de piedra contenían solo los diez mandamientos. Que las segundas tablas eran una copia exacta de lo que estaba escrito en las primeras, está claramente afirmado: HSPDS 54.3
“Jehová dijo a Moisés: Prepara dos tablas de piedra, como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste”. “Yo escribiré en esas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste, y tú las pondrás en el arca”.42 HSPDS 54.4
3) Esto lo confirma el siguiente testimonio decisivo: HSPDS 54.5
“Y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos”. “Él escribió en las tablas lo mismo que había escrito antes: los diez mandamientos que Jehová había proclamado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea. Y me las entregó Jehová”.43 HSPDS 54.6
Estos textos explicarán el siguiente lenguaje: “Jehová me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios, y en ellas estaban escritas todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea”.44 Así se dice que Dios escribió sobre las tablas de acuerdo con todas las palabras que él habló en el día de la asamblea; y estas palabras que él escribió así, se dice que fueron DIEZ PALABRAS. Pero el prefacio del decálogo no era una de esas diez palabras, y de allí que no fue escrito por el dedo de Dios sobre la piedra. Que debe prestarse atención a esta distinción, se verá al examinar el siguiente texto y su conexión: HSPDS 54.7
“ESTAS PALABRAS las pronunció Jehová con potente voz ante toda vuestra congregación, en el monte, de en medio del fuego, la nube y la oscuridad, y no añadió más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, que me entregó a mí”.45 HSPDS 54.8
ESTAS PALABRAS que aquí fueron traídas a la vista por el dedo de Dios después de haber sido expresadas por él en oídos de todo el pueblo, debe entenderse como una de dos cosas. 1. Ellas son sencillamente las diez palabras de la ley de Dios; o, 2. Ellas son las palabras que usó Moisés en este repaso del decálogo. Pero no pueden referirse a las palabras usadas en este repaso; porque 1. Moisés omite una parte importante del cuarto precepto como lo dio Dios en su proclamación desde el monte. 2. En este repaso de ese precepto él cita el original para lo que está omitido.46 3. Él agrega a este precepto una apelación en favor de su gratitud que no fue hecha por Dios al darlo. 4. Este lenguaje sólo pretende ser un repaso y no el original mismo; y esto está además evidenciado por muchas desviaciones verbales del decálogo original.47 Estos hechos son decisivos en cuanto a qué fue puesto en las tablas de piedra. No fue una copia incompleta; citando que en otra parte está el original, sino el código original mismo. Y de aquí que cuando Moisés habló ESTAS PALABRAS como grabadas sobre las tablas, se refiere no a las palabras que él usó en este repaso, sino a las DIEZ PALABRAS de la ley de Dios, y excluye todo lo demás. HSPDS 54.9
De esta manera hemos recorrido el sábado a través de los libros de Moisés. Hemos encontrado su origen en el paraíso cuando el hombre estaba en su rectitud; hemos visto que los hebreos fueron separados de toda la humanidad como los depositarios de la verdad divina; hemos visto el sábado y toda la ley moral entregada como un sagrado compromiso a ellos; hemos visto que el sábado fue proclamado por Dios como uno de los diez mandamientos; hemos visto que los escribió el dedo de Dios sobre la piedra en el centro de la ley moral; hemos visto esa ley que tenía rasgos no judíos, sino sencillamente morales y divinos, puesta bajo el propiciatorio en el arca del testimonio de Dios; hemos visto que varios preceptos pertenecientes al sábado fueron dados a los hebreos y designados solo para ellos; hemos visto que los hebreos contaminaron grandemente el sábado durante su peregrinación en el desierto; y hemos oído la apelación final hecha en su favor por Moisés a ese pueblo rebelde. HSPDS 55.1
Apoyamos el fundamento de la institución del sábado sobre su santificación antes de la caída del hombre; el cuarto mandamiento es su gran ciudadela de defensa; su lugar en el centro de la ley moral debajo del propiciatorio muestra su relación con la expiación y su obligación inmutable. HSPDS 55.2