El Gran Movimiento Adventista
La gente atónita por la obra de Cristo
Las maravillosas palabras y enseñanzas de Cristo llevaron a la gente a decir: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”21 Y cuando sanó a un hombre ciego y mudo, “toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?”.22 O en otras palabras, ¿no es éste la simiente de David, el Salvador prometido? “Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?”23 GMA 46.2
Alrededor del tercer año del ministerio de Cristo, cuando estaba en el templo participando de la fiesta de la dedicación, los judíos vinieron a él y le dijeron: “¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente”.24 El año anterior, cuando había hecho el asombroso milagro de la alimentación de cinco mil con “cinco panes de cebada y dos pececillos”, “entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo”.25 GMA 46.3