El Gran Movimiento Adventista
¿Cómo pueden éstos prosperar?
Al recordar cuando, en 1846, el pastor Joseph Bates comenzó a escribir su primer libro, el primero publicado sobre el tema del sábado por los adventistas del séptimo día, con doce centavos y medio como el único recurso que tenía en el mundo, viéndose obligado a gastarlo antes que concluyera su primer día de escribir; y al contemplar también al pastor Jaime White imprimiendo su primera hojita, Present Truth, con dinero ganado cosechando un campo de heno, y enviando el periódico gratuitamente a todo el que quisiera leerlo; hablando de éste como un mensaje que había de ir hasta los confines de la tierra –al ver estos humildes comienzos--, uno podría, en las palabras de los días de Amós, preguntarse: “¿Quién levantará a Jacob? porque es pequeño”7. Contrasten eso con la situación en 1905, cuando la publicación de las verdades del mensaje se realiza en veinte casas publicadoras, ubicadas en diversas partes del mundo, a menudo presionadas a su máxima capacidad para suplir la demanda de material de lectura, podemos ciertamente decir: He aquí, “una puerta abierta” que ningún hombre hasta ahora ha cerrado. GMA 386.2
De aquellos que al principio suponían que la obra no podría tener éxito, podemos decir, con las palabras que usó el profeta Zacarías para reprender a quienes pensaban estorbar la obra de Dios de reconstruir a Jerusalén: “¿Quiénes menospreciaron el día de las pequeñeces?”8 De las cosas que parecían como montañas de dificultades en su camino, el Señor dijo por el profeta: GMA 387.1