Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161)
Manuscrito 109—El diezmo Evitar las influencias humanas
Mi hermano, quiero decirle: sea cuidadoso en su conducta. Usted no está actuando con prudencia. Cuanto menos usted hable respecto al diezmo que ha sido destinado a los campos más necesitados y más difíciles de todo el mundo, más sensible usted será. 2MI 93.1
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A solicitud de una comisión para el fortalecimiento de la obra de publi caciones, el secretario del Patrimonio White preparó una declaración respecto a «Elena G. de White y el diezmo» con el fin de que, si fuera necesario, se usara para enfrentar los errores diseminados ampliamente por C. A. Anderson, por La Vara del Pastor y por otros. Con tal fin se cita una declaración redactada por la señora White en 1905 y dirigida a G. F. Watson, presidente de la Asociación de Colorado. Parecería aconsejable, al tratar este asunto, incluir en el documento la carta completa dirigida a Watson, además de otras declaraciones al respecto emanadas de la pluma de Elena G. de White. Aunque la carta enviada al pastor Watson ha sido impresa por seis u ocho personas diferentes y ha tenido una gran difusión, esta es la primera vez que ha sido reproducida por el Patrimonio White desde que fue escrita en 1905 .— Arthur L. White.
Se me ha presentado durante años que yo misma debía destinar mi diezmo para ayudar a los pastores, tanto de la raza blanca como de la negra, que habían sido tratados en forma descuidada y que no recibían lo necesario para el sostén de sus familias. Cuando mi atención fue dirigida a los pastores de mayor edad, blancos o negros, sentí que tenía la solemne responsabilidad de averiguar acerca de sus necesidades y satisfacerlas. Aquella tenía que ser mi especial tarea, y lo he hecho en numerosos casos. El público no debería saber que en casos especiales el diezmo es utilizado de esa manera. 2MI 94.1
Respecto a la obra entre la población de color en el Sur, ese campo ha sido y aún continúa siendo privado de los recursos que deberían llegar a los obreros de dicho territorio. Si es que ha habido casos en los que nuestras hermanas han asignado sus diezmos para el sostén de los pastores que trabajan a favor de la gente de color en el Sur, todo el que sea prudente debe guardar silencio. 2MI 94.2
Yo misma he usado mi diezmo en casos de gran necesidad que se me han presentado. He recibido instrucciones para hacer esto; y como no se ha retirado dinero de la tesorería del Señor no hay que hacer comentarios al respecto, porque ello haría necesario dar a conocer ese asunto, y no lo deseo hacer porque no es lo más recomendable. 2MI 94.3
Algunos casos los he tenido presente durante años, y he satisfecho sus necesidades utilizando los diezmos, según Dios me ha instruido que lo haga. Y si alguien me dice: «Hermana White, ¿utilizaría usted mi diezmo donde más se necesita?». Yo le contestaría: «Sí, lo haría; y lo he hecho». Yo felicito a esas hermanas que han empleado su diezmo donde más se necesita, para ayudar a la realización de una obra que no se está haciendo. Si a este asunto se le diera publicidad, crearía un precedente, por lo que será mejor dejar las cosas como están. No me interesa dar publicidad a esto que el Señor me ha encargado hacer y que ha encargado también a otros. 2MI 94.4
Le presento este asunto para que usted no cometa un error. Las circunstancias afectan a cada caso. No recomendaría que nadie se acostumbre a recolectar dinero de diezmos. Sin embargo, durante años ha habido, y aún hay, personas que han perdido su confianza en cómo se usa el diezmo y lo han traído a mí, diciendo que si yo no lo aceptaba, ellas lo entregarían a las familias de los pastores más necesitados que pudieran encontrar. He tomado el dinero, les he entregado un recibo y luego les he informado en cuanto a cómo fue empleado. 2MI 94.5
Esto le escribo para que usted se mantenga sereno y no se anime a publicar este asunto, no sea que muchos otros sigan el ejemplo de aquellas personas. — Carta 267, 1905, pp. 1, 2 (al pastor Watson, 22 de enero de 1905). 2MI 95.1
Tengo en mi poder setenta y cinco dólares que son el diezmo del hermano . Creo que lo mejor sería enviarlo al campo del Sur con el fin de ayudar a los pastores de color [...]. Deseo que se asignen especialmente a ellos para contribuir con sus salarios. — Carta 262, 1902, p. 1 (al pastor J. E. White y esposa, 23 de octubre de 1902; Biografía, t. 5, p. 396). 2MI 95.2
Usted me pregunta si yo aceptaría diezmos de su parte para emplearlos donde sean más necesarios en la causa de Dios. Le diría que no me rehusaré a hacerlo, pero al mismo tiempo le diré que hay un mejor método. Es mejor confiar en los pastores de la Asociación donde usted vive y en los dirigentes de la iglesia donde usted adora. Acérquese a sus hermanos. Amelos de verdad, con genuinos sentimientos, y anímelos a cumplir con sus responsabilidades fielmente, en el temor del Señor. «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza» [1 Tim. 4: 12]. — Carta 96, 1911 (Publicada en The Early Elmshaven Years , p. 397). 2MI 95.3
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El Señor me ha encargado que no entre en controversias con nadie que tras la publicación de un mensaje, pregunte: «¿Quién se lo dijo a la hermana White?» — Manuscrito 156, 1901, p. 2 (diario personal, 27 de noviembre de 1901). 2MI 95.4
No he tenido la costumbre de leer ningún artículo doctrinal en la revista [Review and Herald], para que mi mente no tenga conocimiento alguno de las ideas y opiniones de nadie, a fin de que ninguna influencia de las teorías de alguien tenga relación alguna con lo que yo escribo. — Carta 37, 1887, p. 1 (a E. J. Waggoner y A. T. Jones, 18 de febrero de 1887; Mensajes selectos, t. 3: 69). 2MI 95.5
Sara me dice que tiene en su poder una carta para mí de parte suya, pero le he dicho que no me la entregue aún, porque tengo algo que escribirle a usted antes de ver su carta. Creo que usted lo entenderá. — Carta 172, 1902, p. 1 (al pastor S. N. Haskell y esposa, 9 de noviembre de 1902). 2MI 95.6
Patrimonio White,
1958
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Solicitado para artículos de la Review and Herald, preparados por Arthur L. White.