Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)
Manuscrito 39—La organización confirmada, fortalecida, consolidada
Me han llegado noticias de que algunos de nuestros her-manos proponen eliminar la organización de, al menos, algunas de los ramos de nuestra obra. Sin duda, lo que les ha llevado a proponer que se dé ese paso es que en algunos de nuestros organismos la maquinaria se ha vuelto tan compleja como para en realidad estorbar a la obra. Sin embargo, este no es un argumento contra la organización, sino contra su perversión. MI1 151.1
Han pasado casi cuarenta años desde que se introdujo entre nosotros, como pueblo, la organización. Fui de los que vivimos la experiencia en establecerla desde el comienzo. Conozco las dificultades que hubo que enfrentar, los males para cuya corrección estaba pensada, y he observado su influencia en relación con el desarrollo de la causa. En una fase incipiente de la obra, Dios nos dio luz especial sobre este punto, y esa luz, junto con las lecciones que la experiencia nos ha enseñado, debería ser tenidas muy en cuenta. [...] MI1 151.2
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Solicitado para uso general.
Tuvimos una dura lucha en el establecimiento de la organización. A pesar de que el Señor había dado un Testimonio tras otro sobre este punto, la oposición fue intensa, y tuvo que ser enfrentada una y otra vez. Pero sabíamos que el Señor, el Dios de Israel, nos estaba dirigiendo y nos guiaba por su providencia. Nos ocupamos de la obra de la organización y una notable prosperidad acompañó a ese progreso. A medida que el desarrollo de la obra nos pedía que nos ocupáramos de nuevas iniciativas, íbamos estando preparados para acometerlas. [...] MI1 152.1
Dios ha bendecido nuestros esfuerzos mancomunados. La verdad se ha esparcido y ha florecido. Se han multiplicado las instituciones. El grano de mostaza se ha convertido en un gran árbol. El sistema de la organización ha resultado ser un gran éxito. [...] MI1 152.2
Es verdad que en algunas partes de la obra la maquinaria se ha vuelto demasiado compleja; sobre todo en el colportaje y en la obra misionera; la multiplicación de reglas y normas establecidas es innecesariamente farragosa. Debería tomarse la determinación de simplificar las cosas y evitar innecesarias actuaciones e indecisiones. MI1 152.3
A veces, el desarrollo de los congresos de nuestra Asociación se ha visto sobrecargado con propuestas y acuerdos que no eran esenciales en absoluto y que jamás habrían sido presentados si los hijos de Dios hubieran caminado ante él con sensatez y oración. Cuantas menos reglas y normas podamos tener, mejor será el efecto al final. Cuando se establecen, considérense cuidadosamente y, si es prudente, véase que sean operativas y que no se conviertan en papel mojado. Sin embargo, no recarguen innecesariamente ningún ámbito de la obra con restricciones superfluas y engorrosas invenciones humanas. En este período de la historia del mundo, con la inmensa labor que tenemos ante nosotros, es preciso que actuemos con la mayor simplicidad, y tanto más fuerte será el trabajo por su simplicidad. MI1 152.4
Sin embargo, que a nadie le pase por la cabeza que podemos prescindir de la organización. Nos ha costado mucho estudio y muchas oraciones en petición de sabiduría, a las que sabemos que Dios ha dado respuesta, erigir esta estructura. Se ha edificado por su dirección, a través de mucho sacrificio y mucha oposición. Que ninguno de nuestros hermanos se engañe tanto como para intentar derribarla, porque así se introducirá un estado de cosas que no puede ni imaginarse. Declaro en el nombre del Señor que ha de seguir en pie, confirmada, fortalecida, consolidada.— Carta 32, 1892, pp. 1, 10-12 (a los hermanos de la Asociación General, 19 de diciembre de 1892). MI1 152.5
Patrimonio White, Washington, D. C.