Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)
Manuscrito 28—Daniel y Apocalipsis
El poderoso ángel que instruyó a Juan era nada menos que Jesucristo. Al poner el pie derecho en el mar y el izquierdo sobre tierra firme, muestra el papel que desempeña en las escenas finales del gran conflicto con Satanás. Esta posición denota su supremo poder y autoridad sobre toda la tierra. El conflicto se ha intensificado y enconado de una época a otra, y seguirá intensificándose hasta las escenas finales, cuando la obra maestra de los poderes de las tinieblas llegue al colmo. Satanás, unido a hombres impíos, engañará al mundo entero y a las iglesias que no reciban el amor de la verdad. Pero el ángel poderoso exige atención. Clama en alta voz. Ha de mostrar el poder y la autoridad de su voz a aquellos que se han unido con Satanás para oponerse a la verdad. Después de que los siete truenos emitieran sus voces, Juan recibe la orden, como a Daniel con respecto al librito: «Sella las cosas que los siete truenos MI1 97.1
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Solicitado para su uso en la clase de Apocalipsis del Seminario. han dicho” (Apoc. 10:4). Estos se refieren a sucesos futuros que serán revelados a su debido tiempo. Daniel se levantará para recibir su heredad al fin de los días. Juan ve el librito sin sellos. Entonces, las profecías de Daniel tienen su debido lugar en los mensajes proclamados al mundo por los ángeles primero, segundo y tercero. La apertura del librito era el mensaje en relación con el tiempo.
Los libros de Daniel y Apocalipsis son uno. El primero es una profecía; el otro, una revelación; uno es un libro sellado; el otro, un libro abierto. Juan escuchó los misterios que pronunciaron los truenos; pero se le ordenó que no los escribiera. La luz especial que se dio a Juan que estaba expresada en los siete truenos era un bosquejo de sucesos que debían ocurrir bajo los mensajes del primer y del segundo ángel. No era lo mejor que la gente conociera estas cosas, porque su fe debía necesariamente ser probada. En el plan de Dios, se proclamarían verdades sumamente maravillosas y avanzadas. Los mensajes de los ángeles primero y segundo habían de ser proclamados, pero no iba a revelarse luz adicional antes de que esos mensajes hubieran alcanzado su propósito. Esto se representa por medio del ángel que estaba erguido con un pie en el mar, proclamando con un solemne juramento que el tiempo no sería más. MI1 98.1
Este tiempo que el ángel declara con un solemne juramento no es el fin de la historia de este mundo, ni el del tiempo de gracia, sino del tiempo profético, que debía preceder al advenimiento de nuestro Señor. Es decir, la gente no tendrá otro mensaje acerca de un tiempo definido. Después de ese lapso, que abarca de 1842 a 1844, no puede haber ningún cómputo definido de tiempo profético. El cálculo más prolongado llega hasta el otoño de 1844. La posición del ángel, con un pie sobre el mar y el otro sobre la tierra, significa la amplia extensión de la proclamación del mensaje. Cruzará los anchos océanos y será proclamado en otros países, en el mundo entero. La comprensión de la verdad —la gozosa recepción del mensaje— está representada por el acto de devorar el librito. La verdad en cuanto al advenimiento de nuestro Señor fue un precioso mensaje para nuestras almas.— Ms 59, 1900, pp. 8, 9 («Jots and Tittles, II» [Jotas y tildes, II], 16 de agosto de 1900). MI1 98.2
Patrimonio White, Washington, D. C., 4 de mayo de 1950