Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)
Manuscrito 88—Llamamiento a un joven descaminado
Tengo el corazón dolorido por su forma de actuar. Si yo lo juzgase por los frutos que da, debería suponer que usted no ha sido un árbol en el huerto del Señor, sino un matorral espinoso. Cuando usted trabajaba con Homer, supuse que usted sería una bendición. para él como soldado de Cristo, llevándolo a Jesús mientras se oye la dulce invitación de misericordia; que usted mismo escucharía su voz y atraería a Homer al atractivo encanto de Jesucristo. Lo vemos ahora actuando de modo completamente opuesto. Si no hubiera sido por la influencia que usted tiene sobre él, no me cabe duda de que él habría buscado al Señor con gran fervor y se habría arrepentido de su pecado. Estoy profundamente decepcionada con usted. MI1 339.1
El lunes por la noche, inmediatamente antes del fin del año, pregunté si Homer estaría en la reunión de jóvenes, y la hermana McDearmon me dijo que se temía que no. Luego MI1 339.2
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Solicitado para su uso en un artículo de la revista The Youth’s Instructor (El instructor de la juventud). me dijo que tenía el corazón muy afligido por Homer. Que en compañía de usted él hacía lo que ella nunca le permitió hacer: ir a fiestas nocturñas y no volver a casa hasta la madrugada. Estaba muy preocupada y angustiada por Homer. Temía que si él no buscaba al Señor durante las reuniones especiales, seguiría como lo había hecho, descuidando completamente su alma.
Le pregunté si había hablado con Homer. Dijo que sí, pero que ella —a quien él debería escuchar y a quien debería obedecer— tenía ahora muy poca influencia sobre él, debido a que la influencia de usted es mucho más fuerte. Le pregunté a ella: «¿Ha hablado usted con John?». Me dijo que sí, y que usted se había levantado con audacia y que había afirmado que no había nada de malo en relacionarse con la buena sociedad, y las palabras de amonestación y ruego de ella no tuvieron efecto alguno. MI1 340.1
Anoche se me dijo que fuera a la reunión de jóvenes en el Tabernáculo. Aunque había hecho llamar al médico, porque varios de nosotros estábamos enfermos y yo mismo lo estaba, mi interés por los jóvenes era, pese a todo, tan grande que fui a la reunión. Esperaba encontrarlos presentes a usted y a Homer, pero no acudieron. [...] Fue una reunión realmente maravillosa. Cincuenta personas pasaron al frente para que oráramos por ellas y muchas de ellas buscaban al Señor por vez primera. Lamenté que usted y Homer no estuvieran presentes. Podría haber sido el momento en que el Señor habría impresionado su corazón y haber oído la voz de nuestro amante Salvador invitándolo a abrir la puerta de su corazón y dejar que Jesús entrara. Me fijé en todos los que vinieron, pero ustedes no estaban entre ellos. [...] MI1 340.2
Aunque disfruto viendo animados y contentos a los jóvenes y a las señoritas, me apena mucho verlos por los caminos por donde usted anda, porque su influencia y su ejemplo apartan a otros de Jesús. Usted cultiva los gustos y el apetito, en sí mismo y en otros, de todo aquello que no da solidez a su carácter ni representa la vida cristiana. Homer dice a su abuela: «John es cristiano; pertenece a la iglesia; no hará nada incorrecto». Pero su abuela, que se ha ocupado de él desde su niñez, se siente muy angustiada por cómo andan las cosas. [...] MI1 340.3
Quiero que usted mire en el espejo de la Palabra de Dios y vea por sí mismo si ha venido ejerciendo una influencia sobre Homer para que sea un hacedor de la Palabra. ¿Le ha venido enseñando que obedezca todos los mandatos de Dios, especialmente el quinto mandamiento, que es el primer mandamiento con promesa? Me ha sorprendido mucho la calidad de la experiencia religiosa de usted, porque, ciertamente, carece de los elementos esenciales para soportar el examen de la prueba de Dios. Ha de zarandearse todo lo que pueda ser zarandeado, y las cosas que no puedan ser conmovidas pueden permanecer. ¿Dónde se encontrará usted en el momento de la prueba? MI1 340.4
¿Está usted, hermano mío, creciendo hacia el cielo? ¿Está creciendo hasta la plena estatura de un hombre en Cristo Jesús, su Cabeza viva? ¿Está usted asiéndose, arraigándose y cimentándose en la verdad como es en Jesús, quien es su fuente de gozo, su paz y su felicidad? ¿Es él la corona de su regocijo? Si así es, usted lo revelará. MI1 341.1
«Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí [...] lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. [...] Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. [...] En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos» (Juan 15: 1-8). ¿Puede usted, hermano mío, reivindicar el derecho de discipulado? ¿Son los frutos de usted para santidad? MI1 341.2
«Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15: 10-14). MI1 341.3
Con reflexión y oración, ¿serán estas palabras objeto de su estudio, y no de mera lectura? ¡Significan tanto para usted! Sí, lo significan todo para usted, para mí y para Homer. Toda palabra hablada por Cristo debería grabarse en las tablas del alma. Los labios de Jesús pronunciaron estas palabras: «En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos» (Juan 15: 8). He aquí la evidencia de su discipulado: «Por sus frutos los conoceréis» (Mat. 7: 20). MI1 341.4
¿Considerará usted cuál es la calidad del fruto que lleva? ¿Es usted una rama fructífera del tallo principal de la vid, o está produciendo fruto que no tiene semejanza alguna con la vid viviente? Le pregunto en serio y solemnemente: ¿Cuál es el carácter del fruto que produce? ¿Hace bien a las almas? ¿Es el fruto de la abnegación, del sacrificio, el fruto de la mansedumbre, la paciencia, el dominio de sí mismo, el amor, el gozo, la paz, la generosidad, la benignidad, la bondad y el amor? ¿Está ese fruto brotando y floreciendo para Dios y su gloria obrando como Cristo obró por salvar a las almas que perecen? Recuerde que si llevamos «mucho fruto”, seremos así sus discípulos. Sin esta evidencia, no se es de Cristo, ni Cristo es de uno. No se tiene derecho alguno al nombre de cristiano. [...] MI1 341.5
«Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros” (Juan 15: 12). ¿De qué calidad es este amor? Un amor tal como el que Cristo reveló en su vida. «Que os améis unos a otros, como yo os he amado” (Juan 15: 12). Un amor por el alma que se distanciaría de las gratificaciones egoístas y practicaría una estricta abnegación para elevar, ennoblecer y santificar a aquellos con los que nos asociemos. MI1 342.1
«Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad» (Juan 17: 19). ¿Ama usted a aquellos con los que se relaciona lo bastante como para renunciar a su deseo de diversión y complacencia propia, de modo que no ponga esas almas en la senda de la tentación, que no las atraiga a seguir un curso de parrandeo y algarabía que lleve a la extinción de los pensamientos serios relativos a la salvación de sus almas? MI1 342.2
¿Cultiva usted la piedad personal y los principios vivientes, claramente inculcados por Cristo, para que sus amigos jóvenes puedan seguir a donde usted guíe, hacia arriba y hacia delante a la obediencia a Dios? MI1 342.3
Sin duda, usted complace a los faltos de consagración y a los inconversos. No es de extrañar que disfruten de su compañía, porque su manera de actuar no produce alteración alguna de la conciencia donde el amor, la alabanza y la honra de Cristo no se expresan con palabras ni con acciones. Sin embargo, ¿cuál es la calidad de su amor? ¿Es de un carácter que haga más semejantes a Cristo a las personas con las que se relaciona? ¿Tendrá una tendencia a aportar a la edificación de su carácter sólidos puntales? MI1 342.4
¿Qué tipo de carácter le gustaría presentar ante el mundo entero? ¿Le gustaría ser respetado y valorado por los que son rectos y temerosos de Dios? Entonces, actúe de forma que se gane su respeto. Sin duda, tendrá una cuenta que ajustar con Dios por los frutos revelados en sus relaciones con Homer y los jóvenes en general. [...] Usted es una falsa señal indicadora que apunta en la dirección indebida, que descarría a las almas que son más ciegas que usted, y nunca ha sabido qué es estar bajo el control del Espíritu de Jesucristo. MI1 342.5
Puede que a aquellos que usted supone que son sus amigos les guste la vida tibia, carente de consagración y poco cristiana que usted lleva. A través de sus relaciones con usted, lo pueden llevar a suponer que, para ser feliz, usted debe participar de los goces placenteros denominados entretenimientos inocentes, pero enmascarados por Satanás para destruir la espiritualidad de usted y la de ellos. No pueden pagar un rescate por el alma de usted, ni puede usted pagar un rescate por las de ellos. Todo el que es salvo debe ser salvo por su fe en Jesucristo. [...] ¿Es posible que usted haya saboreado en algún momento las bendiciones que se derivan de un servicio genuino a Jesucristo? ¿Es verdad que usted se ha alistado bajo el estandarte de Cristo? ¿Nos veremos obligados a considerarlo un desertor a las filas del enemigo? Así me lo parece. Ciertamente, usted no está hoy bajo el estandarte de Jesucristo. [...] ¿No se avergonzará acaso Cristo de un soldado tal como el que usted lleva siendo al menos la mayor parte del año que ha pasado a la eternidad con su carga de anotaciones? ¿Cómo se presentará su autocomplacencia a la vista de Dios y de los santos ángeles? [...] ¿Qué ha hecho por Jesús? ¿Cómo está su historial en el libro de cuentas de Dios? [...] Aquí está el joven Homer. [...] Sus abuelos lo quieren, se han preocupado de él y han orado por su salvación, para que pudiera encontrarse con su madre en el reino de Dios y para que ellos pudieran decir: «Aquí tienes a tu hijo, al que hemos cuidado y educado, por quien hemos orado y trabajado. Ha sido purificado por la sangre del Cordero”. MI1 342.6
Pero aquí este joven está relacionado con usted, y los corazones de los que lo aman y que quieren que se salve ven que usted —quien debería ser colaborador de Dios para acercar y atraer a este joven hacia él— lo está apartado de Dios [...]. ¿Cómo es considerado usted por el cielo? En el momento mismo en que cada brizna de su influencia debería estar del lado de Cristo en este asunto, su nombre está anotado como el de un frívolo, alguien superficial, autosuficiente y seguro de sí mismo, que deja al mero azar la formación de su carácter. [...] MI1 343.1
¿Cómo sabe usted que habrá otra oportunidad tan favorable para que Homer y otros de sus colegas se avengan a las invitaciones de la misericordia? ¿Por qué no reflexiona usted en cuanto al tipo de semilla que siembra cuando se entrega en un momento tan crítico, a esta indiferencia, a esta pereza espiritual, a este amor a los placeres? ¿A quién sirve usted, a Dios o al diablo? Si rehúsa escuchar las palabras de consejo y sigue su propio humor y su propia inclinación, y disfruta de las diversiones; si, descuidado, se deja arrastrar, por la corriente arrolladora de las vicisitudes y avatares de la vida, listo a recibir cualquier impresión o va en cualquier dirección en la que la corriente del placer lo pueda llevar, ¿qué tipo de cosecha espera recoger? Usted necesita buscar a Dios ahora, mientras puede ser hallado, porque sé que Dios no está complacido con usted. [...] MI1 343.2
Usted está educando a Homer para que se forme ideas que lo llevarán a interpretaciones superficiales de lo que constituye el carácter cristiano. Usted ni siquiera se acerca en nada en lo más mínimo a la norma bíblica, y su influencia es llevar a otros a que se sientan satisfechos con logros exiguos. Mientras venimos trabajando con denuedo por la conversión de los jóvenes, usted, con otros jóvenes, han estado llevándolos a sentirse satisfechos con esperanzas y metas que los descalificarán para resistir en medio de los peligros de los últimos días. Usted ha tenido gran luz. Ha sido puesto donde ha tenido oportunidades y privilegios de conocer los requerimientos de Dios, y es usted rápido para discernir la evidencia presentada sobre lo que es verdad. Usted no tendrá excusa en el gran día en que cada alma será juzgada no por sus propias ideas de la norma de justicia, sino por la norma moral de santidad del propio Dios. Se mantendrá de pie o caerá con ella. MI1 344.1
Yo a usted lo aprecio mucho. He estado profundamente interesada en usted. Quiero que usted esté en armonía con Dios. Deseo muchísimo que usted se convierta verdadera e inconfundiblemente a Dios y que sea santificado mediante la verdad. La vida eterna lo vale todo para uno, o no vale nada. La verdad produce belleza en el alma. Una mera profesión de fe nunca salvará a nadie, porque es como metal que resuena y címbalo que retiñe. No quiera Dios que siga usted más tiempo en un engaño, que la fuente de la que debería manar agua pura se envenene; que la vid que debería producir dulces racimos no produzca más que uvas agraces. MI1 344.2
Que Dios lo ayude a ver el valor del alma por la que Cristo pagó el costo del rescate con su propia preciosa sangre. Afiáncese como es debido para trabajar por la salvación de las almas. Dios requiere esto de usted. Le dejo estas líneas para su consideración. Deploro profundamente que el temor y el amor de Dios no circulen más cabalmente en la familia en la que usted hace su hogar. Estamos en medio de los peligros de los últimos días, y ahora, si un hombre ha de estar unido a Dios, precisa aferrarse estrechamente al único poder que le puede dar la victoria, y ese poder es Jesucristo. MI1 344.3
John, yo contaba con que usted honrase a su Redentor. Usted necesita una gran seriedad de pensamiento y un profundo cambio de corazón. Por lo general, cuando se les presenta un llamamiento, los jóvenes son dados a decir: «Soy tan bueno como ese joven. Le encanta el placer y el juego, y no practica más abnegación ni sacrificio que yo. Pertenece a la iglesia, como cristiano. Yo no soy cristiano, y me temo que no me iría mejor que a ese joven». MI1 344.4
Debido a tantas personas que profesan la religión con tibieza, muchos jóvenes se sienten inclinados a pensar que la religión que necesita diversión y jolgorio, chanzas y bromas, no sería de ningún beneficio para ellos, y el asunto de la religión es presentado desde un punto de vista desfavorable. No debería hacerse que la religión parezca lóbrega y poco atractiva, como algo calculado para detraer de la felicidad, que convierte la vida en algo insustancial y de imposible disfrute. Los que realmente disfrutan el amor de Dios tendrán gozo y paz. La religión jamás fue diseñada para privar a uno del gozo. ¿Qué puede producir mayor felicidad que disfrutar de la paz de Cristo, del brillante resplandor de su presencia? ¿Pueden las tinieblas o el descontento rodear el alma de uno? ¿Se cernirá sobre uno la oscura desesperanza? Nunca, mientras la fe de uno esté en Jesucristo. MI1 345.1
John, usted ha venido cultivando sus propensiones de amor a la diversión y al jolgorio. ¿Ha crecido usted en la gracia? ¿Se ha percatado de la enorme importancia de educar a diario el corazón y la mente para cultivar sus facultades más elevadas y más nobles? Necesita obtener perspectivas más correctas de la religión. Usted es impulsivo, emocional, intermitente en su vida espiritual. Es preciso que ejerza gran cautela; si no, cometerá grandes errores. Usted no va hasta el fondo de las cosas. No debe seguir sus propias inclinaciones e ideas. Usted tiene tendencias hereditarias que no son las más favorables para la perfección del carácter cristiano, y puede perder su alma, a no ser que contemple la trascendental cuestión de los intereses eternos desde una perspectiva diferente. [...] MI1 345.2
Espero que se tome en serio lo que le he escrito y permita que se asiente en el fondo de su corazón. Usted puede ser protegido únicamente por el poder de Dios. Entonces, únase al yugo de Cristo. Sitúe alta su mira, y cave más hondo de lo que lo hace ahora. Ponga su cimiento en la roca. MI1 345.3
¿Servirá usted a Dios o a Baal? «Escogeos hoy a quién sirváis” (Jos. 24: 15). Sé que usted no sirve a Dios con su afecto indiviso. No esté en camino de pecadores, en el que ciertamente está ahora. Haga sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no se salga del camino. Espero que deseche su frivolidad y que sea vigilante en la oración. Sea sobrio, sea serio y, pese a todo, un cristiano animoso y alegre [...]. MI1 345.4
Que el Señor lo ayude a ser un cristiano cabal, completo, sin carencias.— Carta 10, 1890, pp. 1-14 (a John Fulton, 2 de enero de 1890). MI1 346.1
Patrimonio White, Washington, D. C., 14 de noviembre de 1956