Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)

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Manuscrito 76—Ubicación y misión del Pacific Union College

Considerando que ya no ofrece garantías confiar nuestros jóvenes a infieles o a maestros irreligiosos o incluso a maestros que envenenarían su mente con errores doctrinales, hemos erigido nuestra actual espaciosa residencia y Colegio de Healdsburg. Vimos la necesidad de que la formación religiosa estuviese entretejida con su educación, también de que conocieran algo de los diferentes oficios y de las distintas ramas de los negocios. Para que desarrollen caracteres equilibrados precisan no solo las ventajas de una educación intelectual cabal, sino de una educación de las facultades físicas. Entonces sus aptitudes mentales se desarrollarán en proporción. Es penoso ver cuántos caracteres faltos de equilibrio, a medio desarrollar, hay en nuestro mundo. Nuestras iglesias muestran hoy que estos defectos se han introducido en la vida religiosa con gran detriment MI1 291.1

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Solicitado por el Departamento de Historia del Pacific Union College para referencia y uso. para la iglesia. Hay una gran obra por hacer por nuestros jóvenes. En nuestro Colegio no se debe trabajar con descuido en nada. Los gustos de los que acudan a ella deben ser refinados, su imaginación pura y correcta, y todas sus aspiraciones ennoblecidas y purificadas por el modelo que se mantiene constantemente ante ellos: Jesucristo. Si aprenden a sujetarse a su influjo y son controlados por motivos puros y ennoblecedores, pueden salir capacitados para cualquier puesto de responsabilidad o confianza.

Los jóvenes tienen una obra que hacer en esta vida que serán incapaces de realizar a no ser que formen hábitos correctos. Toda alma que ha sido redimida por la sangre de Jesús tiene un destino que cumplir. Nadie vive para sí. Todos ejercemos una influencia para bien o para mal. El mandato del apóstol es que seamos colaboradores de Cristo y participantes con él en su abnegación, su sacrificio, su paciencia y su benevolencia misericordiosa. MI1 292.1

Dice el apóstol: «Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno” (1 Juan 2: 14). Ustedes son los agentes de Dios para trabajar en la edificación, el avance de su causa; por lo tanto, deberían dejar a un lado toda frivolidad, toda chanza y toda broma que no sean convenientes. Dejen a un lado sus hábitos de derroche y aprendan hábitos de economía. No vayan en pos de entretenimientos, no vivan para su propia gratificación egoísta, sean sobrios de mente. Con la fortaleza que Dios les ha dado, superen todo hábito esclavizador y degradante, y practiquen y alienten el debido aprecio de su elevada vocación. Reflexionen bien sobre las sendas que pisan sus pies. Escudriñen su Biblia con meticulosidad y oración. Estudien los hitos e inquieran con diligencia si sus pies están en la senda que conduce hacia el cielo o en la senda que conduce a la perdición. MI1 292.2

Es preciso que aprendan más de Dios y del cielo. ¡Qué importante es que comiencen bien, que inicien una vida activa con acierto! Una pequeña divergencia de la senda del bien al comienzo los llevará a alejarse cada vez más de la senda de la seguridad y la felicidad. Un solo paso imprudente los pondrá en el terreno del enemigo y menoscabará y adormecerá las energías intelectuales y morales. Vivimos en una época de infidelidad y de deslealtad a Dios. Malas disposiciones y tendencias hereditarias se oponen al evangelio de Cristo. Todos los rasgos de carácter desmoralizadores, toda la depravación y el libertinaje desbordado que prevalece en nuestro mundo se deben a que no se hace de la ley de Dios la norma del carácter. Satanás trabaja con fábulas que fascinan a los profesos cristianos para dejar sin efecto la ley de Dios, que es la reveladora del pecado. Dios quiere hombres y mujeres fieles que se opongan con firmeza a los ardides de Satanás y den impulso a la verdad contra errores y engaños destructivos. MI1 292.3

Nuestra facultad es de gran alcance en sus principios. Tiene como gran objetivo singular la educación y la formación de jóvenes para que sean útiles en esta vida y en el servicio a Dios. Si estos jóvenes tienen en vista únicamente la gloria de Dios, procurarán capacitarse para un servicio en exclusiva al Señor. El amor de Dios tendrá una influencia controladora en su vida cotidiana, e imparte una energía más que finita, que califica para logros que son divinos. Sus obras mostrarán cierta proporción de la intensidad de sus motivos. Será su gran objetivo la salvación de los seres humanos por los que Cristo ha pagado un precio infinito. Todas las demás consideraciones —hogar, familia, éxito social— son secundarias con respecto a esto. MI1 293.1

El obrero de Dios debe buscar a la gente donde se encuentre, inmersa en la oscuridad, hundida en el vicio y mancillada por la corrupción. Así precisamente mostró Cristo su amor por la humanidad caída. Vino a nuestro mundo, desde un cielo de dicha en el que era apreciado, amado y honrado, para encontrarse con la humanidad en su condición caída. Su obra era reformar a los hombres y capacitarlos para un cielo puro y santo. No se detuvo ante ningún sacrificio; no vaciló ante ningún acto de abnegación. Por nuestra causa se hizo pobre, para que por su pobreza pudiéramos ser enriquecidos. Jesús tuvo que realizar un intensísimo trabajo entre personas toscas, incultas y depravadas. Buscaba a los hombres allí donde se encontraban, y adaptaba su método de trabajo al material con el que tenía que trabajar. Los obreros de Dios deben trabajar como trabajó Cristo. Deben captar y comprender las condiciones de los seres por los que trabajan para alcanzar la victoria. Quienes quieran ser colaboradores efectivos de Dios en la viña del Señor no deben esperar una suerte ni un trato mejores que los que tuvo el Redentor del mundo. Deben esperar llevar su ministerio a la comprensión de la gente por la que trabajan. MI1 293.2

Habrá quienes acudan a la escuela que no tengan principios firmes ni ningún propósito concreto. No son conscientes de lo mucho que el Señor espera de ellos. A no ser que pueda infundirse en ellos valentía, aspiraciones elevadas y un ardiente deseo de mejorar sus talentos para aumentar su conocimiento, para que puedan aumentar su utilidad, mejor estarían en su casa y arando la tierra. Los que tienen el propósito de trabajar para la salvación de las almas no deben tener cobardía moral, sino motivos puros y elevados. Las horas de estos serán bendecidas, sus oportunidades apreciadas. Se empaparán de conocimiento. Serán re-presentantes de la laboriosidad, la sobriedad y la puntualidad. Promoverán siempre el orden y la disciplina. Serán vigilantes. No habrá nada impreciso ni descuidado, sino que tomarán decisiones firmes y perseverantes y tendrán una sincera fidelidad. MI1 293.3

El Señor desea que sus obreros aspiren a la perfección y se esfuercen fervientemente por alcanzarla. Cuando salgan, se encontrarán con hombres mundanos. Algunos son toscos y rudos, otros son inteligentes y un refinamiento mundano. Todos estos deben tener el molde del carácter de Cristo. La gente tiene derecho a esperar que aquel que se presente como maestro de verdades bíblicas tenga modales refinados. Emitirán un juicio severo contra quien afirme ser maestro y no sea refinado y cortés. Debería poder merecerse el respeto de todos. Del Colegio deberían salir jóvenes bien preparados para este trabajo mediante el estudio diligente y una fiel educación. Deberían evitarse todos los malos caminos y las vulgaridades, y mantener una estricta vigilancia sobre los pensamientos y los modales, no vayan a caer en formas erróneas de hablar y de actuar. MI1 294.1

Los maestros de nuestros colegios deberían trabajar con tenacidad para que su propia voz y sus modales sean lo más correctos posible. Se consigue muy poco al dedicar todo el tiempo al estudio de los libros mientras se descuidan los modales y la voz. Deberían recalcar a los estudiantes a su cargo la importancia del cultivo de uno mismo, y después el estudiante debería ocuparse de practicar las lecciones enseñadas para poder vencer hábitos incorrectos del habla. Si estos hábitos erróneos se perpetúan en su formación universitaria, quedarán fijados y serán muy difíciles de vencer. A menudo, jóvenes inteligentes dificultan así su propio éxito al retener defectos que esfuerzos serios y denodados superarían. Si se ocuparan de sí mismos con determinación, lograrían cambiar sus hábitos y sus modales de inmediato y para siempre. MI1 294.2

Hay mucha delicadeza y musicalidad en la voz humana, y si el que aprende realiza esfuerzos decididos, adquirirá hábitos de dicción y de canto que serán para él un poder para ganar almas para Cristo. Los maestros de nuestros colegios no deberían tolerar en los estudiantes actitudes vulgares ni gestos groseros, entonación inadecuada en la lectura ni tonos o énfasis incorrectos. Debería inculcarse a todos los estudiantes que perfeccionen el lenguaje y la dicción. A menudo, por descuido y una mala formación, se contraen hábitos que son grandes impedimentos en el trabajo de un pastor que, por lo demás, tiene talento y formación. Debe recalcarse al estudiante que está en su mano, combinando la gracia divina con su esfuerzo, alcanzar la madurez. Las aptitudes mentales y físicas con la que Dios lo ha adornado pueden convertirse, mediante el cultivo y el esfuerzo denodado, en un poder para beneficio de sus semejantes. MI1 294.3

Todos los relacionados con nuestra institución como maestros y obreros deberían ser hombres temerosos de Dios, que detesten el pecado, que menosprecien toda tentación que los lleve a la impureza. Deberían mantenerse firmes como una roca al deber, conscientes de que tienen un trabajo responsable de cuyo desempeño deben rendir cuentas ante Dios. Todo maestro de nuestro Colegio debería sentir un profundo interés en que los jóvenes reciban una educación y una disciplina tales que puedan salir de él con motivaciones más elevadas y más santas y con principios más firmes que cuando entraron en la escuela. No solo deberían llegar a estar bien preparados en las ciencias, sino que su intelecto debería expandirse, fortalecerse y desarrollarse, y deberían crecer en la gracia y en el conocimiento de la verdad. Mientras cultivan el intelecto, deberían cultivar la rectitud del corazón, aquella inalterable integridad que poseía José. Entonces menospreciarán ceder a la tentación que mancillaría su pureza. Como Daniel, decidirán ser fieles a los principios y darán el mejor de los a usos a la inteligencia con la que Dios los ha dotado. La religión pura y genuina jamás anquilosa el cerebro, sino que despierta los pensamientos más elevados y más nobles y fortalece el intelecto para que ejerza sus poderes al máximo. MI1 295.1

Resulta imposible que el maestro o el estudiante estén conectados con el Dios de la sabiduría sin que su intelecto se desarrolle y se fortalezca por la gracia de Cristo. Entonces pueden convertirse en obreros de valía para llevar otras almas a la verdad divina. La mayor obra del maestro es conducir a los que tiene a su cargo para que sean cristianos inteligentes. Entonces se desarrollarán armoniosamente los poderes mentales y morales, y serán aptos para cualquier puesto de confianza. La gracia divina dará claridad y fuerza al entendimiento. A la fe se añadirá un carácter virtuoso y serán una luz brillante en el mundo. Presentan el poder del cristianismo en la vida ordenada y la conversación piadosa. Despreciarán la frivolidad y las chanzas triviales y necias. Adornarán la doctrina de Cristo. Los principios de la verdad están entretejidos en su vida, y reflejan brillantes haces de luz hacia el mundo en buenas obras. Su justicia los precede como en el caso de Daniel, y la gloria del Señor es su retaguardia. El Señor ha dicho: «Yo honro a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco» (1 Sam. 2: 30). Se cumplirá la Palabra de Dios; ni una jota ni una tilde pasará. Muchos de los que se encuentren ante el trono de Dios vestidos de lino fino, que es la justicia de los santos, serán las gavillas que el ejemplo fiel y el esfuerzo ferviente han llevado al Maestro.— Ms 22, 1886, pp. 1-6 («The Healdsburg College” [El Colegio de Healdsburg], 1886). MI1 295.2

Tenga por seguro, hermano mío, que los testimonios de reprobación que el Señor ha dado a Battle Creek han de ser tenidos muy en cuenta. Eviten todo lo que en el pasado ha hecho necesarias estas amonestaciones. No era preciso que el Colegio de Healdsburg se hubiera endeudado si se hubiesen considerado meticulosamente los gastos y se hubiese hecho que el desembolso fuera proporcional a los ingresos. La solución no está en incurrir en deudas ya durante el primer trimestre del año escolar . Se dio esta advertencia a Battle Creek, pero no fue atendida. Se acumularon deudas en las que jamás se debería haber incurrido. Trimestre tras trimestre, se ha cometido el mismo error; no obstante, continúan siguiendo los acuerdos previos. Esta no es una gestión prudente. Aquí [en Avondale] debe realizarse una renovación mucho más a fondo que la que se acometió en Healdsburg o en Battle Creek. Resulta fácil fijar una matrícula muy baja, pero luego no es nada fácil conseguir que los gastos se equilibren con los ingresos. En esta escuela no puede realizarse una labor mediocre. No tenemos fondos de los que echar mano de los que disponen las escuelas en Estados Unidos, y es preciso econo-mizar al máximo. Los que viajen, en lugar de darse el capricho de alojarse y comer en hoteles lujosos, deberían conseguir pan y fruta, y así ahorrar unos chelines.— Carta 89, 1897, pp. 8, 9 (al hermano Lacey y su esposa, 30 de junio de 1897). MI1 296.1

Es el deseo de Dios que se preste mayor atención a las necesidades espirituales de los niños y los jóvenes del Colegio de Healdsburg, y en todas nuestras escuelas. Cuando los administradores de nuestras escuelas se decidan a ejecutar los principios que Dios lleva presentándoles desde hace años, estarán mucho mejor preparados para dedicar atención a las necesidades de los estudiantes. MI1 296.2

Si, en el pasado, los encargados del Colegio de Healdsburg hubieran tenido visión espiritual, habrían adquirido el terreno cercano al internado de la escuela, que ahora está ocupado por casas. No proporcionar a los estudiantes una ocupación al aire libre, en el cultivo de la tierra, está haciendo su avance espiritual muy lento e incompleto. El resultado de este descuido debería llevar a los maestros a ser sabios para salvación. Es un error que tantas viviendas cercanas al internado estén atestadas. Esto incide muy negativamente en los estudiantes. Se demostró falta de experiencia al no adquirir el terreno que rodeaba el internado. Esto hará que el trabajo de conservar el orden y mantener la disciplina resulte más difícil de lo que habría sido en caso contrario. Pero el orden debe mantenerse a toda cosa, y los obreros de la escuela deben planear la forma en que se hará con la máxima eficacia.— Ms 11, 1901, pp. 6, 7 («Words of Instruction to the Church at Healdsburg» [Indicaciones a la iglesia de Healdsburg], 5 de febrero de 1901). MI1 296.3

El hermano Cady llegó ayer a Santa Helena en el tren de la mañana, y hablé un rato con él antes de cenar. Me dijo que yo le había dicho que mantuviera los ojos abiertos, mientras iba de un sitio a otro, en busca de un lugar favorable en el que establecer la escuela, y que había encontrado un lugar que parecía adecuado. Está a diez u once kilómetros de Sebastopol, y hay sesenta hectáreas de tierra excelente. MI1 297.1

El terreno es propiedad de una mujer que lo compró para crear un centro de salud. Ha llegado a recibir hasta ciento cincuenta personas a la vez. La casa levantada en el emplazamiento no es un edificio caro; no obstante, todas las habitaciones son espaciosas. MI1 297.2

Hay doce hectáreas de frutales, y los árboles están en producción. Hay dieciséis hectáreas de terreno boscoso, cubierto de robles, pinos y otros tipos de árboles. MI1 297.3

A la señora le gustaría vender parte del terreno para cubrir una hipoteca que pesa sobre la finca. El hermano Cady le preguntó si le gustaría vender toda la finca, y contestó con mucha decisión que no. Después, recibió una carta de ella, diciendo que vendería el terreno por quince mil dólares. Le escribió preguntándole si ese era el precio más bajo que aceptaría, pero aún no ha recibido respuesta. El hermano Cady tiene una impresión muy favorable del lugar. Habría sitio de sobra para que los estudiantes realizaran labores agrícolas. Hay abundante suministro de agua y no hay heladas. Cree que se darían las naranjas. MI1 297.4

Cuando vuelvas a casa, tienes que ir a ver el lugar.— Carta 87, 1904, pp. 1, 2 (a William C. White, 15 de febrero de 1904). MI1 297.5

Hay idea de trasladar el Colegio de Healdsburg a una zona rural en la que los estudiantes tengan más oportunidad de dedicarse a la agricultura, a la carpintería y a otros tipos de trabajo manual; y el hermano Cady anda buscando un lugar adecuado.— Carta 141, 1904, p. 2 (a Edson White y su esposa Emma, 27 de abril de 1904). MI1 297.6

Ahora estamos en Lodi, asistiendo a un congreso campestre. El congreso está terminando, y esperamos irnos el domingo por la mañana. Vamos a salir de aquí poco antes de que se clausure el congreso, esperando encontrar a algunos de los hermanos que buscan un emplazamiento para el Colegio de Healdsburg. El terreno que los hermanos tienen pensado está cerca de Sebastopol. El profesor Reed está muy deseoso de que Willie y yo veamos el lugar y demos consejo sobre si debemos establecer la escuela allí.— Carta 146, 1908, pp. 1, 2 (a la Sra. de H. G. Bree, 9 de mayo de 1908). MI1 297.7

Esta mañana les escribiré solo unas líneas. Desde que volví de Lodi lo he pasado bastante mal. Me resfrié y he estado bastante enferma. MI1 298.1

Me han dicho que han anunciado que voy a hablar en el Colegio de Healdsburg el sábado que viene. Pondré mi confianza en el Señor. Él es mi fuerza y mi sabiduría. MI1 298.2

Me gustaría que me dijeran cuál de los dos lugares que los hermanos contemplan como posible emplazamiento para la escuela creen que cuenta con más ventajas. Willliam C. White se decanta por el terreno de Santa Rosa, y este tiene un precio mucho menor. Por favor, díganme cómo ven el asunto. Se espera que yo vea el lugar el viernes que viene. Estaré en el terreno ese día hacia el mediodía. MI1 298.3

Me gustaría que me respondieran de inmediato y me hicieran saber cuál de los dos lugares creen que es el más adecuado.— Carta 154, 1908, p. 1 (al pastor S. N. Haskell y su esposa, 19 de mayor de 1908). MI1 298.4

Llevamos tiempo queriendo trasladar de Healdsburg nuestro colegio de la Asociación, y hemos seguido preguntando al Señor: «¿Qué debemos hacer?». MI1 298.5

Diferentes propietarios han presentado varias buenas ofertas de terrenos adecuados para el emplazamiento de una escuela. Hubo ofrecimientos de excelentes tierras de labranza en las inmediaciones de Lodi y otros lugares; pero se creyó que sería mejor no aceptar ninguno de ellos. Creíamos que la escuela debería estar situada en algún lugar más retirado que ninguno de los vistos hasta el momento. MI1 298.6

Hace unos meses, mientras los hermanos seguían buscando un em-plazamiento adecuado para la escuela, recibieron información de un terreno muy adecuado que estaba a la venta cerca de la ciudad de Sonoma. MI1 298.7

Visitamos este terreno la mañana del 2 de septiembre, en compañía de varios miembros de la Junta para el emplazamiento de la escuela. Dos caballeros nos esperaban en la estación de tren con carruajes que habían alquilado, en los cuales nos llevaron a ver el emplazamiento en cuestión. MI1 298.8

Antes de llegar a la finca Buena Vista, nos mostraron otra propiedad: una magnífica casa, rodeada por hermosas tierras con huertos frutales; pero no se asemejaba a ninguno de los terrenos que habíamos esperado encontrar. MI1 299.1

De ese lugar nos llevaron a la finca Buena Vista, que algunos de nuestros hermanos habían considerado como un posible emplazamiento para la escuela. Encontramos, a unos tres kilómetros de la ciudad de Sonoma, y a bastante distancia de cualquiera casa, un extenso terreno en el que había una bonita vivienda de grandes dimensiones llamada The Castle [El Castillo] y varios edificios menores. Descubrimos que The Castle tenía tres pisos con doce espaciosas habitaciones en cada piso, además de un sótano, y una gran bóveda por encima del segundo piso susceptible de ser transformada en buenas habitaciones. MI1 299.2

Subí las escaleras al primer piso, y vi parcialmente las habitaciones de los dos primeros pisos. Solo fui capaz de aventurarme hasta ahí; pero los hermanos que habían visitado la finca con anterioridad declararon que habían examinado las habitaciones del siguiente piso y descubrieron que estaban tan bien amuebladas y dotadas como las que yo acababa de ver. Cada piso estaba dotado con excelentes instalaciones de baño. MI1 299.3

Cuando volví a la primera planta, hablé poco. Creía que estábamos ante una finca que se correspondía con las descripciones que se me habían dado. MI1 299.4

Nos movimos en carruaje por la finca, pero no la examinamos ex-haustivamente. Nos encontrábamos en medio de un paisaje montañoso, y en los espaciosos terrenos que rodeaban la casa había muchos hermosos árboles. A cierta distancia de The Castle se alzaba una gran bodega de piedra, que ahora se usa como establo para el ganado. Había algunos árboles frutales en el lugar, y cerca del edificio principal una fuente termal que alimentaba una alberca. Había abundancia de agua pura y blanda, que era llevada por tuberías a los diferentes edificios. MI1 299.5

Tras dar un apresurado vistazo a los terrenos —porque nuestro tiempo era limitado—, nos fuimos, para devolver los carruajes en Oakland; pero quedé convencida de que este era precisamente el tipo de emplazamiento que veníamos buscando para nuestra escuela. Aquí había un extenso terreno alejado de las ciudades en el que podíamos disponer de agua y madera abundantes y de un clima sano. En este lugar retirado podríamos evitar un gran conjunto de tentaciones que en un emplazamiento menos favorecido se presentarían de muy diversas maneras. MI1 299.6

Había una causa de perplejidad. ¿Dónde podríamos obtener los medios para adquirir esta finca, tan bien dotada de muchas de las instalaciones que necesitábamos? Nos temíamos que el precio solicitado por el dueño era mayor que lo que podíamos considerar y teníamos la impresión de que debíamos dedicar tiempo a reconsiderar la oferta. MI1 300.1

Aquella noche, en mi sueño, me pareció que trazaba planes relativos a esta finca. Uno se dirigió a mí y dijo: «¿Qué impresión has tenido de este emplazamiento?». Contesté: «Favorable; pero no veo forma de que lo compremos; no disponemos de recursos. Podríamos disminuir el precio vendiendo la bodega de piedra». MI1 300.2

«No pueden hacer eso», dijo nuestro consejero. «En el supuesto caso de que lo hicieran, habría personas que no valoran el séptimo día trabajando en la finca en sábado. El único plan de ustedes será comprar la finca completa y mantener todas sus partes bajo el control de ustedes. No debería permitirse que ni un palmo del terreno esté bajo el control de los que lo trabajarían en sábado”. MI1 300.3

A la mañana siguiente mantuvimos una conversación con el hermano Covell. Él tenía un mapa de toda la zona, y los puso ante nosotros para que lo estudiáramos. Señaló varias cosas que podríamos hacer para disminuir el precio de compra de la finca. Pero estaba claro que el plan más prudente sería no dejar ninguna parte sin comprar. Debíamos tener el terreno bajo control absoluto. Dije: «Al tener tierra de cultivo, se dará a los estudiantes amplia oportunidad de ejercitar el cerebro y los músculos por igual. Aquí los estudiantes pueden construir viviendas, pues muchos han aprendido a hacerlo en la escuela cerca de Madison, Tennessee, y obtener un conocimiento práctico en muchos frentes que los convertirán en miembros útiles de la sociedad. Y este tipo de formación contribuirá a dotarlos para salir a otros lugares como educadores”. MI1 300.4

Bueno sería que los alumnos de todas nuestras escuelas pudieran aprender a aprovechar al máximo el cerebro, los huesos y los músculos. Cuando salgan como obreros a países extranjeros, esos estudiantes descubrirán que su conocimiento del trabajo práctico es del más alto valor, no solo para sí mismos, sino también para aquellos para los que trabajan. Los que aprenden a trabajar con sencillez según la propia forma de trabajar que tenía Cristo lograrán mucho en el cumplimiento del mandato de Cristo de que prediquemos el evangelio «a toda nación, tribu, lengua y pueblo». Si alguna vez ha sido esencial que entendamos y sigamos los métodos de enseñanza adecuados y sigamos el ejemplo de Cristo es ahora. MI1 300.5

Ahora pido a los miembros de nuestras iglesias de la Asociación de California que nos ayuden a reunir el dinero para la compra de esta estupenda finca y para dotar al internado de buen mobiliario, aunque sencillo. ¿No procuraremos hacer de esta escuela una escuela conforme a los propósitos del Señor? Les pedimos que no permitan que pase esta oportunidad de hacer de esta escuela lo que el Señor quiere que sea. Necesitamos la ayuda de todos ustedes para poder adquirir esta escuela y gestionarla con maestros prudentes y completamente equilibrados. Creemos que nuestros hermanos ayudarán en esta ocasión. No podemos permitirnos el lujo de demorar el asunto; hay que dejarlo zanjado de inmediato, si queremos adquirir la finca. Les envío esta invitación para contribuir en esta emergencia. Si la hermandad hace su parte en esta obra, el Señor los bendecirá por haberlo hecho. MI1 301.1

Pido a nuestras iglesias de California que consideren precisamente ahora qué pueden hacer para venir en ayuda del Señor en este momento de oportunidad. Los que no tengan dinero que enviar de inmediato pueden adquirir el compromiso de hacerlo; puede solicitarse un préstamo de dinero con el aval de los compromisos de ustedes. Los hermanos Cottrell y Knox están luchando denodadamente por llevar este asunto a una conclusión satisfactoria. Hagamos cuanto podamos para que no quede resquicio para el fracaso. Humillemos nuestro corazón ante Dios y oremos con fe. El Señor obrará maravillas por medio de un pueblo abnegado, dándonos una rica medida de gracia para trabajar por la salvación de las almas. El ejemplo de Cristo está ante nosotros. Como seguidores suyos, apropiémonos de su ejemplo. MI1 301.2

Los juicios de Dios están en la tierra, y Cristo está próximo a venir. Los incendios, las inundaciones y los terremotos nos advierten que el fin de todas las cosas está próximo. Es preciso que los creyentes asuman sus privilegios y sus responsabilidades. Es preciso que nuestra comprensión sea estimulada cada día por el Espíritu Santo. Es preciso que nos mantengamos humildes y contritos ante Dios. No es momento de elevar nuestra alma con orgullo ni de manifestar despreocupación o indiferencia. Es preciso que nos levantemos y demos a nuestros jóvenes la prueba de que creemos en este mensaje final de advertencia. Pongamos en el altar del Señor nuestras ofrendas voluntarias. Al hacerlo, solo estamos dándole lo que ya es suyo, porque Cristo ha pagado el precio de nuestra redención. «No sois vuestros», declara Cristo, «pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» (1 Cor. 6: 19, 20).— Carta 322, 1908, pp. 1-5 (a los miembros de nuestras iglesias de la Asociación de California, 1º de noviembre de 1908). MI1 301.3

Estoy deseosa de que se zanje el asunto relativo a la compra de la escuela de nuestra Asociación. Me han pedido que escriba la luz que me fue dada en cuanto a este emplazamiento para la escuela, lo que he hecho. Te enviaré una copia de la carta que escribí. MI1 302.1

Nos ofrecieron cuarenta hectáreas de terreno cerca de Modesto como donación si queríamos establecer nuestra escuela allí. Pero no pude ver nada que nos invitase en las carreteras llanas y los amplios terrenos casi carentes de árboles. Cuando preguntaron: «¿Aceptamos esta oferta?”, respondí: «No; no podemos aceptarla. No ofrece las ventajas que nuestros maestros y nuestros alumnos deberían tener”. También se nos hizo otra oferta de cuarenta hectáreas, pero no tuvimos claro el aceptarla. MI1 302.2

Luego nos animaron a que visitásemos la finca Buena Vista cerca de Sonoma. En la soledad de este lugar, en sus tierras boscosas y su abundancia de agua, en su casa bien dotada de toda comodidad, vi lo que respondía a las descripciones que se habían dado. MI1 302.3

El hermano Covell ha realizado una investigación exhaustiva del huerto, y dice que la fruta es excelente. Esa es una ventaja a tener en cuenta. MI1 302.4

Una vez que volví a Oakland, por la noche recibí la indicación de que el único curso seguro que podíamos seguir en la compra de esta finca era adquirir cada palmo de terreno. Se me mostró que no debía permitirse que ninguna parte de él quedase bajo el control de personas que lo trabajarían en sábado. Por lo tanto, trazamos planes para comprarlo todo. La propuesta es comprar la finca por cuarenta y cinco mil dólares aceptando el dueño el internado del Colegio de Healdsburg como pago parcial de dicha cantidad. Esto nos ayudará mucho. Los hermanos Cottrell y Knox y los interesados en el asunto están a favor de comprarlo. Disponemos de sesenta días para concluir la negociación. Los hermanos Cottrell y Knox se ocupan del asunto. Quedaremos muy agradecidos cuando se cierre por fin la operación. MI1 302.5

Llevo semanas en las que solo he podido dormir unas horas cada noche. He estado deseosa de que este asunto del emplazamiento de la escuela culmine con éxito. Es preciso que contemos con el mejor emplazamiento posible, el mejor talento didáctico, el mejor preceptor que podamos conseguir. Mientras han estado en curso las negociaciones para la compra de la finca Buena Vista, me he sentido tremendamente preocupada, temiendo que no consigamos precisamente el lugar que necesitamos.— Carta 324, 1908, pp. 1-3 (a J. Edson White, 3 de noviembre de 1908). MI1 302.6

Obtengamos todos los medios posibles como donativos directos. Si hoy se entregasen más donativos a la tesorería del Señor, el sacrificio produciría una rica cosecha. En Cooranbong, sentimos gratitud por obtener medios y pagar un bajo tipo de interés por su uso. Pero decíamos a todos: «Que sus donativos sean lo más grandes posible; porque pedir prestadas grandes sumas de dinero puede conducir a la vergüenza futura del que esté usando el dinero”. Que este punto sea objeto de cautela en el asunto del traslado del Colegio de Healdsburg para su establecimiento en otro lugar. MI1 303.1

Healdsburg lleva muchos años siendo un centro educativo. Sin embargo, ahora ha llegado el momento en que es preciso que se traslade a un emplazamiento en el que disponga de mejores instalaciones. Que cuantos puedan hacerlo entreguen su dinero como donativo para esta iniciativa. Cuando pensamos en lo que Cristo ha hecho por nosotros, no se considerará que este sea un gran sacrificio. Èl comisionó a sus discípulos como obreros que han de poner el cimiento de su iglesia en diversos campos. Establecer centros educativos es parte de su trabajo.— Carta 330, 1908, p. 2 (al pastor S. N. Haskell, 11 de noviembre de 1908). MI1 303.2

He leído su carta, y le agradezco su interés. Deseaba intensamente estar en el encuentro de Nashville, pero era consciente de que no podría acudir a ese encuentro e ir a Washington también. MI1 303.3

Acabo de tener que pedir al banco un préstamo de mil quinientos dólares para dar desahogo al pastor Haskell en una situación que le sobrevino. Tenía que ver con una transacción económica relacionada con la finca Buena Vista. Uno de nuestros obreros contemplaba comprar una parcela de más de siete hectáreas de tierra con el fin de establecer una residencia para discapacitados, pero no estaba dispuesto a pagar más de mil quinientos dólares por ella. La tierra no pudo adquirirse por menos de dos mil. Una vez que se efectuó la compra, el hermano Vaughan creyó que no podía pagar más de mil quinientos dólares, de modo que la finca quedó en manos del pastor Haskell. Nos pareció que no podíamos permitir que ese terreno volviera a manos de incrédulos, y el pastor Haskell me preguntó si no quería comprarlo yo. Consentí en hacerlo, y el lugar está ahora a mi nombre. Para hacerlo, he pedido al banco un préstamo de mil quinientos dólares al ocho por ciento. Ahora la preocupación del pastor Haskell quedará aliviada, y no será preciso que siga angustiándose. No sabemos para qué se usará este terreno. Podría llegar a ser un sitio espléndido para una iglesia, pero esa cuestión puede decidirse más tarde. MI1 303.4

Entiendo que usted no ha visto la finca de Sonoma. Es un gran terreno en que se alza un edificio grande y bonito llamado The Castle. El edificio tiene tres pisos y un sótano, con doce espaciosas habitaciones en cada piso. La finca está a dos o tres kilómetros de la ciudad de Sonoma, y a bastante distancia de cualquier casa. He visitado una vez este lugar, pero en esa ocasión no pude ir más allá del primer piso. Espero volver a visitarlo tan pronto como los hermanos se hayan hecho con el título de propiedad, dándoles derecho a tomar posesión. Entonces espero ir en carruaje de Santa Helena a Buena Vista y pasar algún tiempo allí. [...] MI1 304.1

En nombre de la escuela de Sonoma le damos las gracias por su ofrecimiento. Necesitamos ayuda precisamente ahora.— Carta 2, 1909, pp. 1, 2 (a la Sra. de J. Gotzian, 1º de enero de 1909). MI1 304.2

Llevamos algún tiempo muy interesados en adquirir un lugar para nuestra escuela en el que pudiéramos encontrar precisamente lo que necesitamos para que nuestro proyecto educativo puedan avanzar en la debida dirección. MI1 304.3

He visto varias ubicaciones con algunos de los hermanos. En un lugar había un gran terreno de zarzamoras de producción abundante, pero había poca tierra que pudiera ser cultivada. Este no era un lugar adecuado para un centro educativo. Nuestra escuela debería estar ubicada donde los alumnos puedan recibir una educación más amplia que la ofrecida por el estudio de los libros. Deben recibir una educación que los capacite para un servicio aceptable si son llamados a realizar un trabajo pionero en campos de misión, ya sea en Estados Unidos o en el extranjero. Debe haber suficiente tierra para enseñar el cultivo de la tierra y para contribuir en buena medida a que la institución sea de sostén propio. MI1 304.4

La pasada primavera algunos nos desplazamos al Condado de Lake, y yo me fui fijando de camino, pero no vi nada que fuera deseable como emplazamiento para nuestra escuela. MI1 304.5

A nuestra vuelta de la California meridional el pasado septiembre, algunos de nuestros hermanos nos pidieron que mirásemos lugares cerca de Sonoma. Desde la estación nos llevaron en carruajes a un lugar en el que había dos grandes casas situadas en medio de un gran huerto de frutales. Dije a los hermanos que ese no era el lugar que andaba buscando y que no podíamos permitimos el lujo de ocupar esas casas para una escuela, aun en el supuesto caso de que nos las regalaran. MI1 304.6

De allí fuimos a la finca Buena Vista, y nos mostraron la bonita casa. Miramos las grandes habitaciones del primer y del segundo piso, y nos dijeron que las habitaciones del tercero eran exactamente iguales. MI1 305.1

Tras salir de la casa, recorrimos rápidamente en carruaje algunas partes del terreno. La consideración de lo que vi y la descripción dada de otras partes de la finca hacían evidente que tenía enormes ventajas. Estaba alejado de las fuertes tentaciones de la vida urbana. Había abundante tierra de cultivo, y los recursos acuíferos eran muy valiosos. Entre los montes había pequeños valles en los que podrían asentarse familias y disponer de un buen pedazo de terreno para jardín o árboles frutales. Las muchas tuberías tendidas sobre los terrenos posibilitaban usar el agua con prodigalidad tanto para los edificios como para la tierra. MI1 305.2

Para mí, los edificios eran un argumento muy convincente a favor de esta finca. Con los edificios ya erigidos, podemos empezar el trabajo escolar sin demora, y los estudiantes pueden recibir una educación sumamente valiosa al construir los otros edificios que puedan ser necesarios. Además del edificio principal y los graneros, hay dos grandes bodegas de piedra. Y todo ello puede usarse sacándole mucho partido. MI1 305.3

Durante la noche que siguió a la visita, me parecía que veía el terreno mientras un Mensajero me señalaba sus muchas ventajas. A la mañana siguiente pedí ver al hermano Covell, ya que me habían informado que él había examinado la finca. El hermano Covell trajo consigo un mapa que mostraba la ubicación y la extensión del terreno. Se había sugerido que compráramos el lugar y que pusiéramos a la venta la mayor parte del terreno, quedándonos solo con lo que rodeaba a los edificios. MI1 305.4

Entonces recordé las palabras que me fueron dichas durante la noche. Es el propósito de Dios que, si nos hacemos de cualquier parte de esta finca, adquiramos la totalidad. Es preciso que consigamos el control de todo el terreno. El terreno no debe ser compartido con gente que trabajaría en sábado; porque, si así se hiciera, nos colocaríamos en una posición muy desfavorable. No debe haber oportunidad alguna de que los incrédulos se asienten cerca de los edificios de la escuela ni de que conserven un lugar en el que se pudieran vender licores embriagantes. No debemos tener a nadie en la propiedad que pudiera reivindicar el derecho de llevar adelante su negocio como le pareciese. Todo el terreno debe estar bajo nuestra propia supervisión. MI1 305.5

Me pareció que si podía conseguirse todo el terreno, sería un lugar ideal; porque allí los alumnos podrían encontrar abundante empleo al aire libre y, así, podrían combinar la formación mental con la física. Cuando supe que podía comprarse toda la finca, sentí deseos de alabar al Señor. Sé que si quiere que nos quedemos con ese lugar, sucederá de tal manera que no tengamos que estar unidos con los que no observan el sábado del Señor. Aquí habrá un lugar para nuestra escuela en el que los jóvenes puedan obtener precisamente la educación que es esencial. En esta escuela que se establecerá queremos demostrar qué es la educación superior. Debemos hacer que la formación física se combine con la mental. Es preciso que nuestro cuerpo haga ejercicio. Ha habido muchos fallecimientos por falta de suficiente ejercicio para mantener la salud. MI1 306.1

No es preciso que me explaye en cuanto a la finca Buena Vista. Sin duda, otros la describirán mejor que yo. Pero diré que se ajusta mejor a las descripciones que me fueron dadas de una ubicación ideal para nuestra escuela que cualquier otra cosa que yo haya visto. Sus ventajas superan las previsiones. Llevo esperando con paciencia que el Señor ponga el lugar en nuestra posesión. MI1 306.2

Ahora Dios pone a su pueblo a prueba en este sentido. Esta prueba es si darán o no lo mejor de sí mismos para adquirir la finca Buena Vista. Tengo fe en que Dios ha venido dirigiendo este asunto y, aunque yo solo tenía poco dinero para invertir, pedí al banco un préstamo de mil quinientos dólares e invertí dos mil en una parcela que debería estar incluida en la compra de la finca. Esta parcela había sido segregada del terreno y vendida antes de nuestra adquisición, pero también debería estar bajo nuestro control. MI1 306.3

Deseamos que nuestra escuela esté en un lugar retirado. Sin embargo, hay un trabajo que hacer por la comunidad en la que puede que nos asentemos. Hay ciudades y pueblos alrededor donde pueden trabajar los maestros y los alumnos. Y esperamos celebrar este verano un buen congreso campestre precisamente en esta finca, y suscitar interés entre la gente de Sonoma por oír más de la verdad presente. MI1 306.4

Esta finca va a costar bastante. Pero si todo el mundo está dispuesto a cumplir con su deber en el temor de Dios, podremos establecer una escuela que agrade al Señor. Ahí cantaremos sus alabanzas, enseñaremos su verdad y magnificaremos su nombre. MI1 306.5

Yo quería que pudiéramos entrar en posesión de la finca enseguida. Pero hubo cierta ventaja en la demora, porque ahora tenemos más tiempo para reunir el dinero para pagar por el lugar. Ahora, que nuestro pueblo cobre fuerza desinteresadamente y obtenga los medios, para que, cuando nos digan: «Aquí tienen su propiedad libre de cargas», podarnos tomar la escritura y decir: «Aquí tienen el dinero por su finca”. MI1 306.6

El Señor desea que ejerzamos la fe a cada paso. Quiere que manifestemos confianza en su actuación. Confiemos en él y procuremos actuar en armonía con su providencia. Estoy segura de que el Señor ha obrado por nosotros y de que si dirigimos nuestra escuela en el temor de Dios, nunca volverá a pesar sobre ella una deuda como la que existe en la actualidad. Hemos decidido que la experiencia pasada no se repita. MI1 307.1

Nuestras escuelas son un factor muy importante en nuestra obra. Queremos educar a nuestros jóvenes para que trabajen en armonía con el pensamiento y la voluntad de Dios. Queremos ayudarlos a preparar su corazón para que actúen en armonía con Jesucristo, el gran Maestro, que en apoyo de sus enseñanzas podía decir: «Escrito está», y llevaba la luz de la verdad dondequiera iba. Igualmente, nuestros alumnos, una vez que hayan recibido formación, estarán listos para ser trasladados de la escuela a los campos de misión en todas partes del mundo. Estos campos se están abriendo y llegan de todas partes más llamamientos pidiendo ayuda de los que podemos atender. Que todo el mundo se interese en este asunto, y que cuantos puedan hacerlo den ofrendas voluntarias para ayudar en la adquisición de esta finca. MI1 307.2

El Señor podría crear abundancia de medios para llevar adelante su obra, y podría proporcionarlos sin pedir a su pueblo que hiciera ningún sacrificio. El oro y la plata son suyos. Todo lo que poseemos, hasta nuestra propia alma y nuestro propio cuerpo, es suyo. Sin embargo, el Señor nunca ha actuado así. Ustedes recuerdan cómo, cuando tenía que construirse el santuario en el desierto, pidió a todo el pueblo que presentara sus ofrendas voluntarias. Y todos sus integrantes quisieron participar de la bendición. Dieron hasta que los dirigentes pudieron decir: «Basta. No traigan más ofrendas». MI1 307.3

Así deseamos ver a todas las almas de nuestro pueblo participar de la bendición que proviene de devolver al Señor lo que es suyo. Hay en ello una bendición para todo el que haga su parte. Cuando lleguemos al momento del acuerdo y nos digan: «Aquí tienen la escritura», queremos poder contestar: «Aquí tienen el dinero». MI1 307.4

Deseamos ver en este lugar una institución en la que muchos jóvenes serán educados para salir como misioneros para el Señor. Esperamos ver una señalada manifestación de la salvación de Dios. Y la veremos si abrimos nuestro corazón y nuestra billetera para colaborar.— Ms 9, 1909, pp. 1-6 («The Buena Vista School Property» [La finca Buena Vista para la escuela], 6 de febrero de 1909). MI1 307.5

En cuanto a la finca Buena Vista, diría: «Si se requiere un pequeño aumento en el precio, adelanten algo a cuenta”. Mejor será hacer esto que renunciar a todas las ventajas que han de obtenerse adquiriendo esta finca. Debemos actuar con percepción santificada. No es extraño en absoluto que el enemigo obre por medio de estos hombres. Estoy segura de que estaría bien adelantar más medios para hacernos con un título sin cargas. Escribo esto porque no quiero que nuestra obra pierda esa finca. Espero que considere lo que he escrito y que razone de causa a efecto. MI1 308.1

Puede presentar este asunto a los hermanos Knox y Cottrell. Puede que a usted le parezca que esta es una propuesta fuera de lugar, pero le aconsejaría que lleve la negociación a su conclusión tan pronto como sea posible.— Carta 74, 1909, p. 3 (al pastor S. N. Haskell, 27 de abril de 1909). MI1 308.2

¡Otra vez en casa! * Cuando llegamos a casa, acababa de empezar un congreso campestre en Fruitvale. Pero no pude asistir los primeros días del congreso. Mientras cruzaba las montañas de Sierra Nevada, la última noche de nuestro viaje, padecí gran debilidad del corazón. Sara y Willie temieron que no viviera hasta llegar a casa. Pero pronto dejamos la gran altitud y me sentí mejor, pero llegué a Santa Helena muy debilitada. MI1 308.3

La noche que llegamos a casa recibimos un mensaje que nos pedía que al día siguiente fuésemos a ver la finca que se había comprado para el Colegio del Pacífico. Los hermanos creían que esta finca poseía muchas más ventajas que Buena Vista y que, dado que el propietario de Buena Vista no podía damos un título sin cargas, se creyó aconsejable comprar este lugar. Salimos de casa la mañana del 10 de septiembre temprano, en mi carruaje más cómodo. Era una subida de ocho kilómetros hasta la cima de la colina; luego, cuando estábamos a unos dos kilómetros de la finca, el terreno se volvió más llano. MI1 308.4

En el lugar nos recibió el pastor Irwin, que nos mostró parte de los terrenos y los edificios. En el recorrido me di cuenta de las ventajas con respecto a la finca Buena Vista. Cierto era que no había ahí el bonito y costoso edificio que encontramos en la finca de Sonoma, pero tiene varios edificios en buen estado de conservación, y de un tipo que puede ser fácilmente adaptado a las necesidades de una escuela. La mayor de las viviendas tiene treina y dos habitaciones y, además hay cuatro viviendas más. Todas las habitaciones están bien diseñadas, y adecuadamente amuebladas, pero sin excesos. En las casas y los terrenos todo se veía limpio y en buen estado. MI1 308.5

Hay más de seiscientas hectáreas de tierra en la finca, y unas cuarenta son de buena tierra cultivable. Ocho hectáreas de estas son de árboles frutales. Nos complació mucho la fruta que vimos. En el momento de nuestra visita había muchos trabajadores en el terreno ocupándose de las ciruelas, algunos recogiendo la fruta, otros preparándola para la desecación. MI1 309.1

El gran granero estaba atestado hasta el techo de la mejor alfalfa cosechada del terreno. En la cochera vimos ocho calesas y carretas. En la transacción se incluyeron veinte vacas lecheras, trece caballos y seis potros. MI1 309.2

El lugar tiene unas buenas instalaciones sanitarias, con un gran bal-neario y una estupenda piscina y muchos vestidores. Hay cuatro cuartos dotados de buenas bañeras de porcelana. El agua de la piscina procede de fuentes del lugar; se renueva constantemente entrando y saliendo de tuberías en los laterales del recinto. MI1 309.3

He intentado describirte ahora este lugar, aunque no lo vi del todo como lo han hecho otros. Estaba muy enferma el día que visité la finca, y no pude subir más de un tramo de la escalera del edificio principal. No me atreví a sobrecargar el corazón por esfuerzo excesivo. Sin embargo, se creyó que lo mejor sería que visitara el lugar lo antes posible y emitiera mi juicio sobre él como lugar para nuestra escuela. Este sitio me encanta; tiene muchas ventajas como emplazamiento para una escuela. Estamos agradecidos por el abundante suministro de agua pura que mana de numerosas fuentes y que es recogida en grandes depósitos mediante tres arietes hidráulicos; también por los buenos edificios, por la buena tierra de labranza y por los cientos de hectáreas de bosque, en las que hay muchos miles de metros de madera de aserradero. También estamos agradecidos por la maquinaria, que está tan bien conservada, por el mobiliario, que, aunque no es muy bonito, es de buena calidad y funcional; por la fruta que se enlata y se deseca, y que será muy apreciada por los maestros y los alumnos este primer año de la escuela. MI1 309.4

Cuando supimos que no íbamos a poder adquirir la finca de Sonoma, se me dieron garantías de que se nos proporcionaba un lugar mejor, en el que podríamos tener muchas ventajas con respecto a nuestra primera selección. Después de haber visto esta finca, la considero superior en muchos sentidos. La escuela no podría estar ubicada en mejor empla-zamiento. Se encuentra a trece kilómetros de Santa Helena, y se halla libre de las tentaciones urbanas. El coste total es de sesenta mil dólares. Se han recogido ya cuarenta mil, y esperamos que el resto se consiga pronto. Nuestro pueblo ve que esta finca es mucho mejor que aquella con la que esperábamos ser favorecidos. Está situada a solo diez kilometros del sanatorio en el que el Dr. Rand es el jefe médico. Los obreros que dirigen estas dos instituciones pueden cooperar en su trabajo para consolidar la obra del sanatorio y de la escuela. MI1 309.5

En el profesor C. W. Irwin y su esposa tenemos excelentes obreros. El profesor Irwin será el director de la escuela. No tienen hijos. MI1 310.1

Con el tiempo, tendrán que construirse más dormitorios para los alumnos, y los propios estudiantes podrán, instruidos por maestros ca-pacitados, construirlos. Puede prepararse madera in situ para esta labor, y puede enseñarse a los estudiantes a construir de manera aceptable. MI1 310.2

No es preciso que tengamos temor de beber agua impura, porque aquí se nos suministra con prodigalidad desde la casa de los tesoros del Señor. No sé cómo dar las gracias lo suficiente por tantas bendiciones, pero deseo poner toda mi confianza en el Señor y, mientras mi vida sea preservada, glorificar a mi Redentor. De corazón, con mi alma y con mi voz alabo a Aquel que ha hecho tan maravillosa provisión para nosotros. MI1 310.3

Fui a Oakland el lunes posterior a mi visita a la finca de Angwin, pero solo pude hablar dos veces. El calor era terrible y no pude soportarlo. Creo que tendré que tener mucho cuidado durante algún tiempo. MI1 310.4

Ahora debo concluir esta carta, porque estoy muy cansada; pero me pareció que no podía acostarme sin haberte hablado de este lugar. Me alegraría verlos a ambos. Si Emma quisiera venir, encontraría aquí un lugar estupendo para descansar. Pienso en cuánto disfrutaría de las instalaciones de la finca de Angwin. Y cuando crean que quieren adentrarse en una buena atmósfera, vengan a nosotros y encontraremos un buen lugar para ustedes. MI1 310.5

Está oscureciendo y no puedo escribir más.— Carta 110, 1909, pp. 1-4 (a J. Edson White, 17 de septiembre de 1909). MI1 310.6

Se acerca el momento en que Dios hará que se comprenda que su pueblo es preferido antes que los transgresores, y es preciso que nos coloquemos en una posición en la que pueda verse que nuestra dependencia está en Dios. Entonces el Señor abrirá caminos delante de nosotros que ahora no discernimos, caminos mediante los cuales nos exaltará y honrará. MI1 310.7

Creo que hemos visto esto en el caso del emplazamiento de nuestra escuela. Pensábamos que en la finca Buena Vista de Sonoma nos habíamos asegurado ventajas maravillosas. Estábamos muy complacidos con el lugar, y creíamos que respondería a nuestro propósito, aunque sabíamos que nos hubiera podido proporcionar casi todo, salvo una casa grande y costosa. Sin embargo, iba pasando el tiempo y no se cerraba la transacción, aunque el propietario tenía parte del dinero en sus manos, creímos que se nos mantenía fuera del lugar con algún propósito. Di a nuestros hermanos este consejo: «Díganles que nos entreguen la finca o que nos devuelvan el dinero». Lo siguiente que supe fue que nos habían devuelto el dinero. MI1 311.1

Luego los hermanos se pusieron en marcha para encontrar otro lugar, y en poco tiempo llegó la noticia de que se podía adquirir la finca de Angwin. Después, cuando la visité y observé sus muchas ventajas, me pregunté cómo podríamos haber encontrado otro lugar que se amoldase mejor a nuestras necesidades que el que hemos encontrado aquí. MI1 311.2

Durante el tiempo de espera no me sentí desanimada. Estaba segura de que el Señor conoce todas nuestras perplejidades y todas nuestras necesidades. Cuando me arrodillaba ante él en oración, decía: «Señor, tú lo sabes todo al respecto; sabes que hemos hecho lo que podíamos para adquirir una finca para la escuela; tú sabes que nuestros planes se han frustrado. Hemos esperado mucho; ahora, Señor, danos el lugar que nos conviene». Y cuando me llegó la noticia de que se había encontrado este lugar, dije: «El Señor ha preparado el camino para nosotros”. MI1 311.3

Estamos muy agradecidos al Señor de los ejércitos por esta propiedad; porque aquí tenemos exactamente lo que esperábamos tener en la finca Buena Vista: un lugar en el que podamos estudiar las obras de la naturaleza y, en los bosques y los montes que nos rodean, aprender de Dios a través de sus obras. Y aquí, mediante el estudio de su obra, podemos aprender cómo presentar a Dios a los demás. Doy a Dios las gracias de corazón, con mi alma y con mi voz por las abundantes ventajas que nos ofrece. Somos conscientes de que el Señor sabía lo que necesitábamos y que hemos sido conducidos por su providencia precisamente. Nuestro desengaño en cuanto a la finca Buena Vista fue grande; y nos resultó difícil aceptar que debíamos renunciar a todas nuestras expectativas respecto a ella; pero damos las gracias al Señor porque todo ha redundado para gloria de Dios. Estemos agradecidos, así que demos expresión a nuestra gratitud. MI1 311.4

Dios nos quería aquí, y él nos ha puesto aquí. Estaba segura de ello cuando llegué a estos terrenos. Las ventajas que veo en el suelo cultivado superan con mucho mis expectativas. Y estoy agradecida de que hoy haya tantos aquí para ver estas cosas por sí mismos. Creo que cuando ustedes anden por estos terrenos, llegarán a la misma conclusión: que el Señor ha diseñado este lugar para nosotros, y que precisamente la obra de su providencia nos lo ha entregado. MI1 311.5

Ahora que no es preciso que sigamos esperando, la escuela ya puede funcionar, y el trabajo comenzar de inmediato. Y desde el principio nos hemos de proponer andar humildemente con Dios. Procuremos mani-festamos según se nos indica en las palabras que les he leído hoy. Si lo hacemos —si estamos dispuestos a andar en los caminos de Dios y guardar su ordenanza—, la luz del cielo, ciertamente, brillará sobre nosotros. Si decidimos dar lo mejor de nosotros mismos en la institución, ejercitando los músculos físicos por igual con las facultades intelectuales, si estamos dispuestos a trabajar para el desarrollo armonioso de todas las facultades, la bendición del Señor reposará sobre nosotros en gran medida. MI1 312.1

Hay un sanatorio a unos kilómetros de aquí. Las dos instituciones pueden trabajar juntas armoniosamente. El profesor Irwin y sus colaboradores, y el Dr. Rand y sus auxiliares adjuntos pueden cooperar en sus esfuerzos.— Ms 65, 1909, pp. 2-4 («If Thou Wilt Walk in My Ways and if Thou Wilt Keep My Charge» [«Si andas por mis caminos y si guardas mi ordenanza” {Zac. 3: 7}], 3 de octubre de 1909). MI1 312.2

Patrimonio White, Washington, D. C., septiembre de 1955

El número 77 se publicó en la Review and Herald y en diversos libros
El número 78 se usó en el material suplementario del tomo 6 del Comentario bíblico adventista.

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