Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)
Manuscrito 65—Apocalipsis 17: La iglesia no es Babilonia
Toda la sociedad se está decantando en dos grandes clases: los obedientes y los desobedientes. ¿Entre qué grupo se nos encontrará a nosotros? Los que guardan los mandamientos de Dios, los que no viven solo de pan, sino de cada palabra que procede de la boca de Dios, componen la iglesia del Dios viviente. Los que escogen seguir al anticristo son súbditos del gran apóstata. Alistados bajo el estandarte de Satanás, quebrantan la ley de Dios e inducen a otros a quebrantarla. Se esfuerzan por conformar las leyes de las naciones de tal manera que los hombres muestren su lealtad a los gobiernos terrenales pisoteando las leyes del reino de Dios. MI1 271.1
Satanás desvía el pensamiento con cuestiones insignificantes para que no se perciban con visión clara y nítida asuntos de enorme importancia. El enemigo planea que el mundo caiga en su trampa. MI1 271.2
_______________
Solicitado por W. E. Read, ya que contiene comentarios de Elena G. de White sobre Apocalipsis 17.
El denominado mundo cristiano ha de ser el teatro de grandes y decisivas acciones. Hombres en puestos de autoridad promulgarán leyes que controlen la conciencia, siguiendo el ejemplo del papado. Babilonia hará que todas las naciones beban el vino del furor de su fornicación. Toda nación estará implicada. De esta época, Juan el Revelador declara: MI1 272.1
«“Los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales”. Y oí otra voz del cielo, que decía: “¡Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!, porque sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella tal como ella os ha dado y pagadle el doble según sus obras. En el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle el doble a ella. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto, porque dice en su corazón: ‘Yo estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré llanto’”» (Apoc. 18: 3-7). MI1 272.2
«Estos tienen un mismo propósito: entregarán su poder y autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles» (Apoc. 17: 13, 14). MI1 272.3
«Estos tienen un mismo propósito». Habrá un vínculo de unión uni-versal, una gran convergencia, una confederación de las fuerzas de Satanás. «Entregarán su poder y autoridad a la bestia”. Se manifiesta así el mismo poder opresor y arbitrario contra la libertad religiosa, la libertad de adorar a Dios según los dictados de la conciencia, que manifestó el papado cuando, en el pasado, persiguió a aquellos que osaban conformarse a los ritos religiosos y a las ceremonias del romanismo. MI1 272.4
En la guerra que ha de librarse en los últimos días se unirán, en oposición al pueblo de Dios, todos los poderes corruptos que han apostatado de la lealtad a la ley de Jehová. En esa guerra el sábado del cuarto mandamiento será la gran piedra de toque; porque en el mandamiento del sábado el propio gran Legislador se identifica a sí mismo como el Creador de los cielos y la tierra.— Ms 24, 1891, pp. 4-6 («Circulation of Great Controversy, Volume 4” [La circulación del tomo 4 de la colección de El conflicto de los siglos], lº de enero de 1891). MI1 272.5
El Señor no le ha dado a usted [dirigido a un individuo que promovía la circulación de unas mofas del fuerte clamor] un mensaje para llamar Babilonia a la iglesia adventista del séptimo día ni para llamar al pueblo de Dios a salir de ella. Todas las razones que usted pueda presentar sobre este asunto no pueden hallar eco en mí, porque el Señor me ha dado luz categórica que se opone a tal mensaje. MI1 272.6
No cuestiono su sinceridad ni su honestidad. He escrito largas cartas en diferentes ocasiones a los que acusaban a los adventistas del séptimo día de ser Babilonia [diciéndoles] que no estaban presentando la verdad. Usted cree que ciertas personas me han inducido a tener prejuicios. Si así fuera, no estaría capacitada para que se me haya confiado la obra de Dios. Pero este asunto me ha sido presentado en otros casos cuando ciertas personas han pretendido tener mensajes de un carácter similar para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y se me ha dicho: «No les creas”. «Yo no envié a esos profetas, pero ellos corrieron” (Jer. 23, 21, NVI). MI1 273.1
El pastor A, que estaba en su lecho de muerte, tenía la habitación llena de gente interesada mientras se hallaba en el hospital de Battle Creek. Muchos fueron engañados. Ese hombre parecía estar inspirado. Pero la luz que se me dio fue: «Esta obra no es de Dios. No creas ese mensaje”. MI1 273.2
Unos años después, un hombre llamado B, de Red Bluff, California, vino a verme para presentarme su mensaje. Dijo que era el fuerte clamor del mensaje del tercer ángel que había de iluminar el mundo con su gloria. Creía que Dios había pasado por alto a todos los dirigentes y que le había dado a él ese mensaje. Intenté demostrarle que estaba equivocado. Decía que los adventistas del séptimo día eran Babilonia, y cuando le dimos nuestras razones y analizamos la situación con él y le demostramos que estaba equivocado, un gran poder vino sobre él y dio un fuerte clamor, desde luego. Di recado a la oficina para que vinieran el hermano B y mi hijo Willie. El Sr. B se puso de pie y con fuerza proclamaba el fuerte clamor del mensaje del tercer ángel, con un volumen cada vez mayor. Tuvimos muchas dificultades con él; su mente se trastornó y tuvo que ser internado en un manicomio. MI1 273.3
Un tal C defendía y publicaba un mensaje concerniente a la proclamación del fuerte clamor del tercer ángel; acusaba a la iglesia en forma similar a lo que usted está haciendo ahora. Dijo que los dirigentes de la iglesia caerían debido a la exaltación propia, que saldría a la palestra otra clase de hombres humildes que harían cosas admirables. Este hombre tenía hijas que pretendían tener visiones. MI1 273.4
Me fue presentado este engaño. Este C es un tipo inteligente, que puede hablar en público de forma aceptable, que posee abnegación y está lleno de celo y fervor, y tiene apariencia de consagración y devoción. Pero recibí esta amonestación de Dios: «No les creas; ¡yo no los he enviado!». MI1 273.5
Decía creer en los Testimonios. Afirmaba que eran verdaderos, pero los usaba de la misma manera que usted los ha usado para dar fuerza y apariencia de verdad a sus pretensiones. Les dije que ese mensaje no era de Dios, sino que engañaba a los incautos. No se dejó convencer. Le dije que las visiones de su hija eran espurias; no obstante, reivindicaba que esas visiones eran como las visiones de la hermana White, dando testimonio de las mismas cosas. [...] MI1 274.1
Si alguna vez estuvo inspirado un hombre al que yo contemplase, este, desde luego, lo estaba; pero le dije claramente que su inspiración procedía de Satanás y no de Dios. Su mensaje no llevaba las credenciales divinas. MI1 274.2
Con el fin de proclamar este mensaje a todo el mundo, indujo a un joven honrado y concienzudo a creer que era su deber robar la lista de la Review and Herald. Este es un delito que en el Estado [de Míchigan] se castiga con pena de prisión, y el joven huyó de Battle Creek. No se atrevió a regresar a Battle Creek por algún tiempo. Estableció una fecha en que debía terminar el tiempo de gracia, y, cuando todas las predicciones fallaron, el joven vio que había sido engañado y confesó su pecado, y ahora es un miembro honorable de la iglesia de Battle Creek. MI1 274.3
Solamente dos años después, otro hombre llamado D, de Connecticut, vino con un mensaje que él denominaba nueva luz, concerniente al mensaje del tercer ángel. Esta familia inteligente, a causa de su engaño, se ha separado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Debido a que yo había dado un testimonio definido contra esa supuesta nueva luz en . Connecticut, donde él vivía, se opuso a mi obra y a los Testimonios. MI1 274.4
El padre de los hijos de D asistió al congreso y al curso bíblico para pastores que se celebraron en Battle Creek; pero se mantuvo apartado y no armonizó con el espíritu de la reunión. Regresó a su hogar, y comenzó a corromper la iglesita de . Si yo no hubiera trabajado en ese lugar, habrían destruido toda la iglesia con su rechazo de la verdad y de la posición de los adventistas y de la Sra. White en particular. MI1 274.5
Por ese mismo tiempo, llegó de Washington, D. C., la Sra. E afirmando estar completamente santificada y poseer la facultad de sanar. Este espíritu dejó perplejas a muchas personas. Manifestaban el mismo espíritu acusador: esto es, que la iglesia estaba enteramente equivocada, y que Dios estaba llamando fuera de ella a un pueblo que obraría milagros. Un grupo numeroso de nuestros hermanos de Battle Creek se estaba separando. Fui movida por el Espíritu de Dios durante las horas de la noche para que escribiera a nuestros hermanos de Battle Creek. MI1 274.6
Dios está guiando a un pueblo. Ha elegido un pueblo, una iglesia, en la tierra, a cuyos integrantes ha hecho depositarios de su ley. Les ha confiado un legado sagrado y una verdad eterna que deben presentarse al mundo. Quiso reprenderlos y corregirlos. El mensaje a los laodicenses es aplicable a los adventistas del séptimo día que han tenido gran luz y no han andado en ella. Precisamente aquellos que han hecho gran profesión de fe, pero que no se han mantenido al mismo paso de su Guía, serán vomitados de su boca, a no ser que se arrepientan. El mensaje que llama Babilonia a la iglesia y que llama al pueblo de Dios a salir de ella no procede de ningún mensajero celestial, ni de ningún instrumento humano inspirado por el Espíritu de Dios. MI1 275.1
El Testigo fiel dice: «Yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apoc. 3: 18-21). MI1 275.2
Jesús entra para dar las más ricas bendiciones a los miembros indi-viduales de la iglesia si quieren abrirle la puerta. No los llama ni una sola vez Babilonia, ni les pide que salgan de ella, sino que dice: «Yo reprendo y castigo a todos los que amo” (con mensajes de reproche y amonestación). No ignoro estos reproches. He presentado amonestaciones porque el Espíritu del Señor me ha constreñido a hacerlo así, y he pronunciado reproches porque el Señor me ha dado palabras de reproche. No he rehuido declarar todo el consejo de Dios que me ha sido dado para la iglesia. MI1 275.3
Diré en el temor y el amor de Dios, que sé que el Señor tiene pensamientos de amor y de misericordia para restaurarlos y curarlos de todas sus rebeliones. Tiene una obra que debe ser hecha por su iglesia. No debe decirse que sus miembros sean Babilonia, sino que son la sal de la tierra y la luz del mundo. Han de ser los mensajeros vivientes que proclamen un mensaje vital en estos últimos días. MI1 275.4
«Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. Clamó con voz potente, diciendo: “¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible, porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación. Los reyes de la tierra han fornicado con ella y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales”. Y oí otra voz del cielo, que decía: “¡Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!, porque sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella tal como ella os ha dado y pagadle el doble según sus obras. En el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle el doble a ella. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto, porque dice en su corazón: ‘Yo estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré llanto’. Por lo cual, en un solo día vendrán sus plagas: muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego, porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga”» (Apoc. 18: 1-8). MI1 275.5
Todo el capítulo demuestra que la Babilonia que ha caído está constituida por las iglesias que no reciban el mensaje de amonestación que el Señor ha dado en los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero. Rehusaron la verdad y aceptaron una mentira. Rehusaron los mensajes de verdad. (Ver 2 Tesalonicenses 2: 1-12). El mensaje del capítulo 18 de Apocalipsis es claro y bien definido: «Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación. Los reyes de la tierra han fornicado con ella y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales”. Ninguno que lea este capítulo necesita ser engañado. MI1 276.1
Cómo se regocijaría Satanás si pudiera conseguir que se proclamase un mensaje según el cual el único pueblo a quien Dios ha hecho depositario de su ley sería aquel a quien se aplica ese mensaje. El vino de Babilonia consiste en la exaltación del falso día de reposo sobre el sábado que el Señor Jehová ha bendecido y santificado para uso del hombre, también la inmortalidad del alma. Estas herejías emparentadas, y el rechazo de la verdad, convierten a la iglesia en Babilonia. Reyes, comerciantes, gobernantes y maestros religiosos están todos en corrompida armonía. MI1 276.2
Nuevamente digo: El Señor no ha hablado mediante ningún mensajero que llame Babilonia a la iglesia que guarda los mandamientos de Dios. Es verdad que hay cizaña junto al trigo, pero Cristo dijo que enviaría a sus ángeles a reunir primero la cizaña en manojos para quemarla, y a poner el trigo en el granero. Sé que el Señor ama a su iglesia, la cual no ha de ser desorganizada ni dispersada en átomos independientes. No existe la menor coherencia en esto. No hay la más mínima evidencia de que ocurrirá tal cosa. Quienes obedezcan este mensaje falso y procuren seducir a otros, serán engañados y preparados para recibir engaños mayores, y los frutos de sus esfuerzos se reducirán a la nada. MI1 276.3
En algunos miembros de la iglesia hay orgullo, suficiencia propia, incredulidad arraigada y una negativa a abandonar sus ideas, aunque se amontonen las evidencias que hacen aplicable este mensaje a la iglesia de Laodicea. Pero eso no borrará a la iglesia para que no exista. Que la cizaña y el trigo crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces los ángeles llevarán a cabo la obra de separación. MI1 277.1
Amonesto a la Iglesia Adventista del Séptimo Día que cuide cómo recibe cada nuevo concepto, y también a los que pretenden tener gran luz. El carácter de su obra parece consistir en acusar y en destruir. [...] MI1 277.2
¿No deberían tener peso las palabras de Cristo?: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mat. 7:15). Se dirá cada vez con más frecuencia: «“Mirad, aquí está el Cristo” o “Mirad, allí está”». Que los creyentes obedezcan la voz del ángel que ha dicho a la iglesia: «Únanse estrechamente». En la unidad está la fortaleza de ustedes. Ámense como hermanos, sean compasivos, sean corteses. Dios tiene una iglesia, y Cristo ha declarado: «El poder del abismo no la vencerá” (Mat. 16: 18, LPH). Los mensajeros que el Señor envía llevan las credenciales divinas.— Carta 16, 1893, pp. 1-7 (a W. F Caldwell, 11 de junio de 1893). MI1 277.3
Patrimonio White, Washington, D. C., 6 de octubre de 1954
El número 66 se usó en el material suplementario del tomo 5 del Comentario bíblico adventista.
El número 66a está incluido en el nº 65 (pp. 249-255).