Mensajera del Señor

La década de 1840, un período turbulento para las pretensiones proféticas

Uno de los rasgos más prominentes de la agitación religiosa de las “inquietas décadas de los treinta y los cuarenta [del siglo XVIII]” es que mucho del interés “yacía fuera de los límites de la religión convencional”. 14 MDS 36.7

Una de las voces más llamativas de este fermento religioso fue la de la expectativa milenial. 15 MDS 36.8

Durante una década o más, Norteamérica había estado escuchando muchas voces, en el pulpito y en la prensa pública, diciendo que el segundo advenimiento estaba cerca. Pero la mayor parte del mundo cristiano creía que Jesús volvería sólo después que el mundo se hubiese convertido al cristianismo. Llamados postmilenaristas (el segundo advenimiento ocurre después de los 1.000 años de Apocalipsis 20), estos dirigentes cristianos miraban con desdén a los premilenaristas (el segundo advenimiento ocurre antes del período de los 1.000 años), quienes predijeron que Jesús regresaría en 1843-1844. 16 MDS 36.9

Entre los muchos sucesos fascinantes de la década de 1840, también estuvo la emergencia de una cantidad de personas que pretendían poseer el don profético. No todos los que hacían ese reclamo eran premilenaristas; algunos desarrollaban “nuevas” religiones; otros se concentraban en experimentos sociales. Debido a que estos experimentos a menudo iban acompañados de hechos extravagantes, ya sea religiosos o sociales, muchos contemporáneos eran hostiles a los fenómenos carismáticos. 17 MDS 37.1

Mirando a este período desde el punto de vista de Satanás y a la luz del tema del Gran Conflicto (ver páginas 256-263), ¿no podría esperarse que él enredaría los eventos a fin de hacer más difícil la aceptación de un profeta genuino? El libro de Apocalipsis hace claro el hecho de que Satanás está consciente de la línea del tiempo profético y del proyectado fin de su propio tiempo en el universo. Como los eventos continuaron ocurriendo según estaba divinamente predicho, el diablo “ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (cap. 12:12). MDS 37.2

Fanatismo extremo y manifestaciones extravagantes asociadas con falsos profetas, hacen que personas sensatas miren con disgusto a cualquiera que pretenda hablar en nombre de Dios. Tanto los postmilenaristas como los premilenaristas consideraron desdeñosamente la manifestación del don de profecía. 18 MDS 37.3

J. V. Himes, en la Conferencia de Albany de dirigentes milleritas, en 1845, dijo: “El movimiento del séptimo mes produjo mesmerismo de siete pies de profimdidad”. 19 Dirigentes milleritas, en la misma conferencia, votaron la siguiente resolución, según se informó en The Advent Herald, 21 de mayo, 1845: “Resuelto, Que no tenemos confianza en ningún mensaje nuevo, visiones, sueños, lenguas, milagros, dones extraordinarios, revelaciones, impresiones, discernimiento de espíritus, o enseñanzas, etc., etc,, que no estén de acuerdo con la palabra de Dios no adulterada”. MDS 37.4

Además de esto, en gran medida paralelamente al surgimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tuvo lugar el desarrollo de la secta de los Shakers (“los que se sacuden”, [secta derivada de una rama radical de los cuáqueros ingleses]), la Iglesia Mormona, la Ciencia Cristiana, y el surgimiento del espiritismo. 20 MDS 37.5

Es notable que cada uno de estos movimientos religiosos modernos fue generado por dirigentes carismáticos que pretendían poseer el don de profecía. Jemina Wilkinson y Ann Lee fueron de las primeras profetisas norteamericanas. Lee, mejor conocida como la “madre” de los Shakers, experimentó lo que parecían ser “trances y visiones en los que se le reveló que la raíz y fundamento de la depravación humana y la fuente de todo mal eran las relaciones sexuales... Durante los últimos cuatro años de su vida, se informó que la ‘Madre Ann’ realizó milagros que convencieron a sus seguidores de que ella era Cristo en su ‘segunda venida’ “. 21 MDS 37.6

El joven Joseph Smith se sintió muy perturbado por el variado despliegue de opciones religiosas: ” ‘En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones’, me digo a menudo a mí mismo, ‘¿qué debe hacerse? ¿Cuál de estas facciones tiene razón? ¿O están todas ellas equivocadas?’ ” MDS 37.7

Pronto su oración fue contestada por la “aparición” de tanto el Padre como el Hijo. De acuerdo con él, le dijeron que no debía unirse a ninguna denominación, que todas estaban corrompidas. Después de un período de estudio adicional, Smith informó que el ángel Moroni se le había aparecido y lo condujo a “planchas de oro largo tiempo enterradas que contaron la historia de una tribu perdida de Israel que había habitado el continente americano siglos antes”. Más tarde, Smith publicó el Libro del Mormón en 1830. MDS 37.8

Esta nueva “Escritura” se convirtió en la autoridad de los mormones en la mayoría de todos los asuntos. Declaró que “cualquiera que niegue ‘las revelaciones de Dios’ y diga ‘que están abolidas, que no hay revelaciones, ni profecías, ni dones, ni hablar en lenguas e interpretación de lenguas’, denuncia su ignorancia y niega ‘el evangelio de Cristo’ “. 22 MDS 37.9

El espiritismo, o esplritualismo, encontró sus raíces teológicas en la doctrina cristiana prevaleciente del estado consciente de los muertos, que están en el infierno o en el cie MDS 38.1

lo. La moderna resurrección de este antiguo paganismo se atribuye a Andrew Jackson Davis (1826-1910), el “Vidente de Poughkeepsie”, y a los fenómenos audibles en la casa de las hermanas Fox, cerca de Rochester, N.Y., en 1848. Se caracteriza a Davis como el que introdujo el “espiritismo intelectual”, y a Katie Fox como la iniciadora del “espiritismo fenomenal “. 23 MDS 38.2